Monólogo interior

- ¿Debo recordar aquellos momentos en que era un niño y siempre estaba rodeado de un montón de ilusiones?

Normalmente lo hago a menudo. Es una forma de expresar mi rechazo a los problemas que acarrea esta nefasta vida moderna. Todo se complica al crecer. -¿Donde están ahora aquellos amigos con los que compartía horas y horas de juegos?. Posiblemente algunos estén borrados ya de la memoria, aunque ese impulso por rescatarlos del tiempo, siempre acaba trayendo esas magníficas visiones en mi subsconsciente.

Tengo conciencia completa que de pequeño ya distinguía perfectamente entre el bien y el mal, teniendo la suerte que me lo iba enseñando mi propio corazón, no a base de enseñanzas ni de castigos de mis progenitores. Hoy en dia la sigo teniendo, cambiando los llantos que hacía de niño cuando sucedían cosas que no me gustaban, por un sentimiento de rabia y resignación ante las adversidades.

-¿Que consigo recordando el pasado?. Realmente mucho. Me alegra saber que en esos felices años de mi vida, me desentendía por completo del rutinario mundo exterior que se extiende allí fuera, preso de una vorágine espantosa, y que va amenazándote con presentarse ante ti descaradamente a medida vas creciendo.

Realmente, sigo siendo aquel crío que sonreía ante un regalo, entristecía ante unos gritos y lloraba cuando las cosas que tu querías no te salían bien. Todo ello adaptado a este cuerpo de adulto, simplemente con algunos rasgos físicos cambiados.

-!No quiero nunca perder el niño que llevo dentro!. Por supuesto, y eso espero. Perder eso sería como perderme a mi mismo, lo que realmente soy: un niño que ha ido creciendo y se ha tenido que amoldar a todo lo que eso conlleva. Alegrías, disgustos, fracasos,depresiones...En fin, un cúmulo de cosas que por mucho que no quisiera, siempre van a estar allí, poniéndome obstáculos y travas para que la vida no sea tan bonita como todos quisiéramos.

-!No quiero saber nada del mundo de los adultos! Aquel niño que fuí y que soy me esta hablando. Me dice que no entiende la forma de actuar de los mayores, siempre dispuestos a hacerte daño y a cualquier precio para conseguir sus caprichos. No entiende que nos matemos unos a otros como quien mata moscas, no entiende el odio que se esta generando por todos lados, ni entiende el por que el ser humano está tan obstinado en construir cosas que acaban derrumbándose bajo su propio peso. Muchas veces me cuenta en voz baja que no es capaz de creerse todo lo que esta sucediendo a mi alrededor.

Por mi parte, no pienso darle ni una sola oportunidad a los mayores para que me intenten convencer de que todas sus estupidas acciones están justificadas. Ellos son otro mundo aparte, un mundo agresivo y salvaje donde todo se resuelve a base de violencia. No quiero nunca jamás que el niño que llevo dentro un día se revele e intente convertirse en ese adulto incivilizado y despiadado que el ser humano es. Nunca.
0 respuestas