Miradas fugaces en un tren

Aquí estamos, perdidos en este tren a ninguna parte, solos tú y yo entre cientos de personas.

Sé que eres tu, lo supe desde el mismo momento en que tu mirada me lo dijo, y ahora se que quiero compartir mi vida contigo, tener hijos y todo eso que nos convierta en dos pequeños miembros mas de esta sociedad que tanto odiamos. Sé de sobra que me harás feliz, y que yo conseguiré hacerte la mujer mas alegre del mundo. Sé que cada segundo que comparta contigo me hará sentirme el hombre mas afortunado.

Me gusta todo de ti, te miro sin que te des cuenta, inhalo el perfume que desprende cada rincón de tu cuerpo, observo tus labios sutilmente pintados de carmín, pero ante todo, es tu mirada fugitiva, perdida entre la gente que nos rodea, la que me encanta.

Llegamos a la estación y te bajas. Lástima que no haya tenido el valor de decirte nada, me lamento de que ni siquiera sé tu nombre.

Quizá no nos volvamos a ver.
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