Alzo la voz a los ojos
cristalinos, azulados
rigidos, en mí fijados
clavados en mis pupilas.
Alzo la voz al pelo
liso, cubriendo mi pecho
protegiendo de todo escalofrio
mis lagrimas de metal.
Alzo la voz a su cuerpo,
cubriendo mis pensamientos
rozando mis sentimientos
en una noche azul abismal.
Alzo la voz a mis ojos
temblorosos entre sonrisas
demostrandome cada día
lo mucho que te quiero.
Alzo la voz a susurros
que en mi despertaron un día
tus manos que, entre sueños
rozaron este alma fría.
Puedo gritarlo al mundo
nadie me oirá,
pues vives en mis sueños,
morirás
en cuanto abra los ojos
y renacerás
en cuanto morfeo me tome a su antojo.
Aunque álguien ya dijo
que la vida consiste en eso,
sueños, esperanzas,
que rompo entre mis dedos
cada vez que la luz del día
me despierta en mi lecho.
Vive, te lo ruego.
Vive, te lo suplico.