El hombre carbonizado en Añaza, de 51 años y residente en Taco, se suicidó
El Grupo de Homicidios del Cuerpo Nacional de Policía confirmó ayer que el hombre decidió acabar con su vida voluntariamente. La hipótesis de los investigadores es que la víctima se quemó a lo "bonzo", ardió durante varias horas y, posteriormente, fue desmembrado por perros, ratas u otras alimañas en el barranco.
El Cuerpo Nacional de Policía confirmó ayer que el cadáver que apareció carbonizado y desmembrado en un barranco de Añaza, en Santa Cruz de Tenerife, durante la mañana del pasado domingo pertenece a una persona que se suicidó. Además, se trata de un varón de 51 años, natural de Tenerife y vecino del barrio de Taco. La investigación del suceso fue desarrollada por el Grupo de Homicidios de la Policía Judicial. A tenor de los datos divulgados en la jornada de ayer, las gestiones de dicho equipo permitieron determinar que los restos humanos pertenecen a un varón de "mediana edad, de nacionalidad española y residente en el municipio de La Laguna, que decidió poner fin a su vida". El Cuerpo Nacional de Policía avanzó que dicha persona había desaparecido de su domicilio y, de hecho, sus familiares presentaron una denuncia. Después de que, desde el pasado domingo, se hayan planteado varias hipótesis sobre las circunstancias que rodearon la muerte (como un ajuste de cuentas o que fuera una "mula" a la que abrieron para sacar la droga), la versión ofrecida ayer por los agentes resulta sorprendente para muchas personas, pero las pesquisas de Homicidios se dirigieron, desde el principio, a tal hipótesis, aunque sin descartar otras opciones. Tras el análisis de los restos y otras pruebas, el suicidio quedó confirmado.
El varón se quemó a "lo bonzo", murió y ardió en una hoguera durante varias horas. Después, la carne carbonizada de las piernas fue desgarrada y separada del tronco por perros asilvestrados, ratas u otras alimañas en el barranco. El fallecido estaba identificado, por lo menos, desde la mañana del martes.
Dicho hombre ya intentó quitarse la vida entre finales del año pasado y comienzos del 2012 en una playa del área metropolitana, tras beberse una botella de lejía u otro líquido corrosivo de similares características.