Creo que todo esto de la SGAE, los músicos llorones y la economía insostenible forma parte de esos pequeños indicios que nos avisan de que nos acercamos a un cambio sistémico inevitable. Los nuevos "problemas" son imposibles de solucionar con las viejas fórmulas.
El pensamiento darwinista de las élites está en fase de colapso. La tan admirada competitividad inculcada a las "bajas castas" va siendo sustituida poco a poco por una mucho más sana y sensata 'cooperatividad', y la egoísta costumbre de acumular va siendo sustituida por la generosa costumbre de compartir.
Pero es que, si nos fijamos, nada de esto se está dando por consenso, sino de forma natural. Creo que vivimos momentos históricos y que los cambios no se van a parar aquí, ni mucho menos. Y da igual lo que hagan y lo mucho que pataleen, como mucho sólo lograrán retrasar mínimamente lo inevitable.