La esclavitud en tiempos modernos

Llevo ya un tiempo dándole vueltas al tema, ver a los gobernantes de este país (sea el PSOE, sea el PP) y las políticas que están siguiendo, las órdenes que están ejecutando y cómo están actuando en materia económica, destinando los miles de millones que a la ciudadanía se le dicen no existir para que la banca nacional no desaparezca.

Es curioso ver cómo se liberaliza el despido, cómo se quitan las ayudas a los ciudadanos o se les reducen las prestaciones que previamente han pagado con su trabajo. Cada día es más común ver cómo lo que ya hemos pagado de repente tiene que ser repagado de nuevo, cómo el gobierno central quita dinero a la educación pública para dárselo a la privada, cómo reducen fondos públicos a la seguridad social para dárselos a la sanidad privada, cómo se reduce el salario de los funcionarios públicos para pagar el rescate que los bancos necesitan, para después venir y decir que saben que por mucho que los bancos tengan dinero no van a dar créditos.

Salta el bulo de que la administración es muy grande, que su coste es inasumible (cuando cinco años atrás existía superávit), el bulo de que los funcionarios no son más que un atajo de vagos (cuando sabemos que los médicos trabajan más horas de las que deben, que los profesores trabajan muchas más horas de las que se dice trabajan...) o el bulo sobre que los parados no buscan trabajo (claro a todos les gusta dejar de trabajar y quedarse sin casa porque no la pueden pagar al banco), el de que el estado no debe endeudarse porque no se pueden tener más gastos que ingresos. Y lo peor de todo es que muchos se lo creen y lo defienden como un nuevo credo, como su credo.

Ante un gobierno así -ya sea éste o el anterior- que está asumiendo las órdenes del máximo dirigente de otro país sin intentar disimularlo, ¿Quién puede pensar que debe defenderle? señores, nuestros gobernantes nos están vendiendo, digan lo que digan alguien afirmó una vez, con bastante acierto, que no hay que fijarse en lo que se dice si no en lo que uno hace y está claro que las medidas que se están tomando no están destinadas a mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos o a paliar la sangría de destrucción de empleo que el país está sufriendo. Lo que se está llevando a cabo es una destrucción del estado y de su justicia, se está poniendo el camino a la nueva era, una era donde sólo aquel que tenga dinero podrá subsistir, donde la criminalidad estará entre los principales problemas y donde los medios de comunicación no serán más que medios propagandísticos de las élites de poder que servirán para educar a los súbditos, más si cabe aún.

Es que si alguien me dice que la reforma laboral para fomentar las contrataciones consiste en facilitar el despido (con mínimas ayudas a la contratación que ya se han eliminado), que la reforma sanitaria consiste en reducir la financiación a la sanidad pública y en reducir el número de trabajadores, además de aumentar las horas de trabajo de aquellos que siguen en ella, o que reducir el tiempo, cuantía y condiciones de la prestación por desempleo se hace para fomentar la búsqueda activa de trabajo (cuando hay cinco millones de parados que no encuentran ninguno), que la parcialidad de la televisión pública puede ir de manos de un señor que hizo su tesis sobre la forma de manipulación de la información, o que se venden empresas públicas que dan beneficio para tener más ingresos... qué queréis que os diga, da la sensación de que no actúan de la manera que dicen. Sobre todo cuando aún con la deuda pública que tenemos estamos entre los países de Europa con menor endeudamiento, muy a pesar de algunos.

Si además tenemos un mínimo de idea de por qué surgió la crisis en la que estamos inmersos, en cómo hemos llegado a esta segunda recesión en la que se está atacando a la deuda pública de manera sistemática y reconocida, en la que se está forzando a nuestros gobiernos a seguir una línea que únicamente intenta que se pague lo que se ha prestado a los bancos del país desde el extranjero por encima de todo y en primer lugar, sin tener en cuenta la miseria que eso pueda conllevar para el ciudadano de a pie mientras se van tomando medidas para que cada vez los salarios reales (lo que se puede comprar con el salario neto) sean más bajos y por tanto fabricar aquí sea más productivo para ellos, que casualmente son los que tienen las industrias. Mientras se desregula y aumentan los impuestos indiscriminadamente para los más pudientes y para los más pobres en igual porcentaje, se paga con ese dinero el rescate bancario que sirve para pagar su deuda privada con las entidades extranjeras, casualmente de la nacionalidad que nos dice cómo debemos llevar nuestra economía. Con la demanda interna por los suelos las PyMEs cada vez más mermadas, las grandes compañías con cada vez mayor cuota de mercado, el desvío de capitales hacia el sector privado... todo eso debería dar qué pensar, se sea del partido político que se sea.

Mi opinión de sobra es conocida, se siguen estas políticas neoliberales para favorecer a las élites del capital, para que cada vez existan más diferencias entre las clases sociales y los pobres sean más pobres, lo que hace que tengan que seguir trabajando y que la mano de obra esté asegurada generación tras generación. Como los esclavos de la edad media, ellos, sus hijos y los hijos de sus hijos seguirían trabajando para el amo, por un plato de comida y a cambio de todo su esfuerzo.

Sin querer defender al comunismo, sí me gustaría decir que gracias a éste, tras la segunda guerra mundial el estado del bienestar se montó como conocimos, pero después de la caída del muro de Berlín, de la Perestroika y el desmembramiento de la U.R.S.S. no hay nada contra lo que competir, por lo que el bienestar de los ciudadanos ya no es algo importante. Para nada quiero que vuelva el comunismo (que tantos muertos produjo), pero creo que algo es necesario para despertar en las mentalidades de las personas de hoy en día el sentido del colectivismo, el sentido de que es necesario darse cuenta de que la lucha de clases no es ninguna tontería porque lo único que tenemos las clases bajas es la fuerza que nos da la unión.

También debemos aprender que en la caída del comunismo y del capitalismo hay algo en común, las acumulaciones de poder/capital, ellas son la verdadera podredumbre de ambos sistemas. Si a ello añadimos la falta de crítica desde la ciudadanía, permitimos que por excelentes que sean los sistemas en los que nos encontramos, puedan ser controlados, y una vez controlados ya son deformados y destruidos.

Para conseguir que todo esto se detenga hay que volver a unirse, hay que refundar sindicatos (no CC.OO. o UGT, si no unos nuevos para defender y negociar de igual a igual) hay que refundar partidos políticos e ideologías, y sobre todo darse cuenta de que el bien del prógimo es el de uno mismo. Que los bancos no van a ayudarnos nunca porque lo único que persiguen es su propio beneficio y que por tanto no deben ser rescatados, y menos a costa del estado del bienestar, la mayor riqueza de los ciudadanos, ni pensar que el mercado se regula sólo, porque la historia está llena de pruebas que demuestran que nunca ha sido así, salvo en la imaginación de alguno.

Tampoco nos dejemos llevar por esos bulos que intentan hacernos ver que el estado debe reducirse a la mínima expresión, porque el estado debe estar ahí para proteger a los ciudadanos y si nosotros mismos intentamos debilitarlo, cuando haga falta que se ponga de nuestro lado no lo hará, o lo hará sin apenas poder ser determinante, así que intentemos mantener a nuestro mejor valedor, eso sí, intentemos también que aquellos que lo gestionan lo hagan con el afán que deben y no con el que les dicen.

Por favor, no os dejéis esclavizar, porque de seguir así nos esclavizarán a todos, y yo no quiero ser esclavo del capital.
Lucy_Sky_Diam escribió:
Llevo ya un tiempo dándole vueltas al tema, ver a los gobernantes de este país (sea el PSOE, sea el PP) y las políticas que están siguiendo, las órdenes que están ejecutando y cómo están actuando en materia económica, destinando los miles de millones que a la ciudadanía se le dicen no existir para que la banca nacional no desaparezca.

Es curioso ver cómo se liberaliza el despido, cómo se quitan las ayudas a los ciudadanos o se les reducen las prestaciones que previamente han pagado con su trabajo. Cada día es más común ver cómo lo que ya hemos pagado de repente tiene que ser repagado de nuevo, cómo el gobierno central quita dinero a la educación pública para dárselo a la privada, cómo reducen fondos públicos a la seguridad social para dárselos a la sanidad privada, cómo se reduce el salario de los funcionarios públicos para pagar el rescate que los bancos necesitan, para después venir y decir que saben que por mucho que los bancos tengan dinero no van a dar créditos.

Salta el bulo de que la administración es muy grande, que su coste es inasumible (cuando cinco años atrás existía superávit), el bulo de que los funcionarios no son más que un atajo de vagos (cuando sabemos que los médicos trabajan más horas de las que deben, que los profesores trabajan muchas más horas de las que se dice trabajan...) o el bulo sobre que los parados no buscan trabajo (claro a todos les gusta dejar de trabajar y quedarse sin casa porque no la pueden pagar al banco), el de que el estado no debe endeudarse porque no se pueden tener más gastos que ingresos. Y lo peor de todo es que muchos se lo creen y lo defienden como un nuevo credo, como su credo.

Ante un gobierno así -ya sea éste o el anterior- que está asumiendo las órdenes del máximo dirigente de otro país sin intentar disimularlo, ¿Quién puede pensar que debe defenderle? señores, nuestros gobernantes nos están vendiendo, digan lo que digan alguien afirmó una vez, con bastante acierto, que no hay que fijarse en lo que se dice si no en lo que uno hace y está claro que las medidas que se están tomando no están destinadas a mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos o a paliar la sangría de destrucción de empleo que el país está sufriendo. Lo que se está llevando a cabo es una destrucción del estado y de su justicia, se está poniendo el camino a la nueva era, una era donde sólo aquel que tenga dinero podrá subsistir, donde la criminalidad estará entre los principales problemas y donde los medios de comunicación no serán más que medios propagandísticos de las élites de poder que servirán para educar a los súbditos, más si cabe aún.

Es que si alguien me dice que la reforma laboral para fomentar las contrataciones consiste en facilitar el despido (con mínimas ayudas a la contratación que ya se han eliminado), que la reforma sanitaria consiste en reducir la financiación a la sanidad pública y en reducir el número de trabajadores, además de aumentar las horas de trabajo de aquellos que siguen en ella, o que reducir el tiempo, cuantía y condiciones de la prestación por desempleo se hace para fomentar la búsqueda activa de trabajo (cuando hay cinco millones de parados que no encuentran ninguno), que la parcialidad de la televisión pública puede ir de manos de un señor que hizo su tesis sobre la forma de manipulación de la información, o que se venden empresas públicas que dan beneficio para tener más ingresos... qué queréis que os diga, da la sensación de que no actúan de la manera que dicen. Sobre todo cuando aún con la deuda pública que tenemos estamos entre los países de Europa con menor endeudamiento, muy a pesar de algunos.

Si además tenemos un mínimo de idea de por qué surgió la crisis en la que estamos inmersos, en cómo hemos llegado a esta segunda recesión en la que se está atacando a la deuda pública de manera sistemática y reconocida, en la que se está forzando a nuestros gobiernos a seguir una línea que únicamente intenta que se pague lo que se ha prestado a los bancos del país desde el extranjero por encima de todo y en primer lugar, sin tener en cuenta la miseria que eso pueda conllevar para el ciudadano de a pie mientras se van tomando medidas para que cada vez los salarios reales (lo que se puede comprar con el salario neto) sean más bajos y por tanto fabricar aquí sea más productivo para ellos, que casualmente son los que tienen las industrias. Mientras se desregula y aumentan los impuestos indiscriminadamente para los más pudientes y para los más pobres en igual porcentaje, se paga con ese dinero el rescate bancario que sirve para pagar su deuda privada con las entidades extranjeras, casualmente de la nacionalidad que nos dice cómo debemos llevar nuestra economía. Con la demanda interna por los suelos las PyMEs cada vez más mermadas, las grandes compañías con cada vez mayor cuota de mercado, el desvío de capitales hacia el sector privado... todo eso debería dar qué pensar, se sea del partido político que se sea.

Mi opinión de sobra es conocida, se siguen estas políticas neoliberales para favorecer a las élites del capital, para que cada vez existan más diferencias entre las clases sociales y los pobres sean más pobres, lo que hace que tengan que seguir trabajando y que la mano de obra esté asegurada generación tras generación. Como los esclavos de la edad media, ellos, sus hijos y los hijos de sus hijos seguirían trabajando para el amo, por un plato de comida y a cambio de todo su esfuerzo.

Sin querer defender al comunismo, sí me gustaría decir que gracias a éste, tras la segunda guerra mundial el estado del bienestar se montó como conocimos, pero después de la caída del muro de Berlín, de la Perestroika y el desmembramiento de la U.R.S.S. no hay nada contra lo que competir, por lo que el bienestar de los ciudadanos ya no es algo importante. Para nada quiero que vuelva el comunismo (que tantos muertos produjo), pero creo que algo es necesario para despertar en las mentalidades de las personas de hoy en día el sentido del colectivismo, el sentido de que es necesario darse cuenta de que la lucha de clases no es ninguna tontería porque lo único que tenemos las clases bajas es la fuerza que nos da la unión.

También debemos aprender que en la caída del comunismo y del capitalismo hay algo en común, las acumulaciones de poder/capital, ellas son la verdadera podredumbre de ambos sistemas. Si a ello añadimos la falta de crítica desde la ciudadanía, permitimos que por excelentes que sean los sistemas en los que nos encontramos, puedan ser controlados, y una vez controlados ya son deformados y destruidos.

Para conseguir que todo esto se detenga hay que volver a unirse, hay que refundar sindicatos (no CC.OO. o UGT, si no unos nuevos para defender y negociar de igual a igual) hay que refundar partidos políticos e ideologías, y sobre todo darse cuenta de que el bien del prógimo es el de uno mismo. Que los bancos no van a ayudarnos nunca porque lo único que persiguen es su propio beneficio y que por tanto no deben ser rescatados, y menos a costa del estado del bienestar, la mayor riqueza de los ciudadanos, ni pensar que el mercado se regula sólo, porque la historia está llena de pruebas que demuestran que nunca ha sido así, salvo en la imaginación de alguno.

Tampoco nos dejemos llevar por esos bulos que intentan hacernos ver que el estado debe reducirse a la mínima expresión, porque el estado debe estar ahí para proteger a los ciudadanos y si nosotros mismos intentamos debilitarlo, cuando haga falta que se ponga de nuestro lado no lo hará, o lo hará sin apenas poder ser determinante, así que intentemos mantener a nuestro mejor valedor, eso sí, intentemos también que aquellos que lo gestionan lo hagan con el afán que deben y no con el que les dicen.

Por favor, no os dejéis esclavizar, porque de seguir así nos esclavizarán a todos, y yo no quiero ser esclavo del capital.

[sati] [plas] [plas] [plas] [plas] [plas]
Muy de acuerdo contigo y con tu texto, hace tiempo que pienso prácticamente lo mismo y que leyendo y leyendo uno llega a las mismas conclusiones.

Aunque te hago un apunte, el comunismo no ha matado a nadie, ha sido el totalitarismo y los dirigentes sin escrúpulos. Ahí tienes a Marinaleda o para mi conociendo bien lo que hay, Cuba, esta última tras pasarlo realmente mal en el periodo especial mantuvo sus servicios sociales y ahí son ejemplo para el resto, ¡ojo! que también soy consciente de una falta de libertades que no veo sentido aplicar a la población (aunque muchas ya levantadas, como la de que los cubanos no pudieran ir a hoteles, la represión que hubo a homosexuales en los años 70 y 80 y que hoy en día la hija de Raúl Castro es la encargada del colectivo de LGBT..., van a su ritmo en ese aspecto pero poco a poco)

Basta ya de ser manipulados y pensar que los servicios sociales son gastos a reducir, son necesidades de todos que suframos entre todos y que nos garantizan una tranquilidad en el día de mañana.
Basta ya de acabar con nuestras tiendas de barrio y medianas empresas, cuando son las que crean puestos de trabajo y son el 85% de nuestra economía, todo para que terminemos consumiendo en las grandes cadenas extranjeras que luego cotizan en vete a saber donde.
Basta ya de demonizar contra los trabajadores, sean funcionarios o simple gente ganandose la vida, todos sabemos lo que cuesta ganarse el pan como para alegrarse de quitar ayudas unos a otros.
Basta ya de desahuciar familias cuando hay miles de viviendas vacias siendo un derecho constitucional, ¿es digno y moral esto? Lo siento mucho pero mientras la banca reciba un euro público, los desahucios deberian ser parados totalmente. Al igual que no veo ningún sentido dar dinero a bancos privados, más cuando se trata de encubrir estafas como lo de Bankia y que los políticos arropen a banqueros ladrones expoliadores del estado como es Rodrigo Rato, uno de los mayores culpables de esta crisis que duerme tranquilamente en algún sitio a todo lujo.

Soy además de los que piensan que los sectores estratégicos deberían estar en manos del estado con el fin de garantizar el suministro a toda la población (estamos viendo como las electricas suben la luz cada trimestre llegando un momento que habrá quienes no podrán permitirse el suministro eléctrico, lo mismo con la gasolina, gas, metro...), hablo de hidrocarburos, electricidad, infraestructuras, banca público, educación y sanidad. Estas empresas que antes eran estatales fueron malvedidas a amiguetes, empresas más que rentables, que se dedicaban a ofrecer servicios a la sociedad y donde el gobierno no buscaba tener record de ganancias cada año como si ocurre ahora, basta ya de expolio a las familias.

Hay que cambiar el chip de una vez, los sociodemocratas convertidos a liberales y después a neoliberales están destrozando todo lo que costó tanto levantar. Suben impuestos, suben el costo de la vida, congelan salarios mínimos y ahogan más a las familias, basta ya de esta nueva esclavitud. Ya no se trata de fachas o rojos, se trata de ladrones de trajes y corbata representando al PPSOE.
KorteX escribió:... Aunque te hago un apunte, el comunismo no ha matado a nadie, ha sido el totalitarismo y los dirigentes sin escrúpulos. Ahí tienes a Marinaleda o para mi conociendo bien lo que hay, Cuba, esta última tras pasarlo realmente mal en el periodo especial mantuvo sus servicios sociales y ahí son ejemplo para el resto, ¡ojo! que también soy consciente de una falta de libertades que no veo sentido aplicar a la población (aunque muchas ya levantadas, como la de que los cubanos no pudieran ir a hoteles, la represión que hubo a homosexuales en los años 70 y 80 y que hoy en día la hija de Raúl Castro es la encargada del colectivo de LGBT..., van a su ritmo en ese aspecto pero poco a poco)...


Por esa regla podríamos decir que el capitalismo tampoco ha matado a nadie... Creo que sí, el comunismo acabó matando porque permitió que se creara una élite que controló y asfixió a los ciudadanos, tal y como está sucediendo ahora con el capitalismo.

Hablar de Marinaleda es lo mismo que hablar de Suiza, por ejemplo, donde todo va muy bien, aunque deba ser cogido más como la excepción que como la norma, tristemente, todo sea dicho. Sobre la falta de libertades de Cuba no voy a entrar a hablar porque creo que es un debate muy largo y malinterpretable para llevarlo por un foro, donde no se tiene una comunicación 100% "bieninterpretable".

Es lo que decía antes, se empiezan las cosas regulando para que no puedan aparecer grupos de control que controlen nada, pero finalmente las élites acaban entrando en los sistemas y rompiéndolos desde dentro. No es fácil tener una norma que evite el acceso y que sea justa, porque puede crear élites por sí misma...

Ya hablando de comunismo y capitalismo, creo que ambos se necesitan, el capitalismo que hemos conocido surgió gracias al miedo porque triunfara en el mundo entero el comunismo, posteriormente, una vez que el segundo se impuso pudo campar a sus anchas, pudo destruir todos los mecanismos de control que se idearon, y cuyo contrapeso era el miedo a la escalada comunista, y finalmente, desatado, acabó devorándose a sí mismo.

Unos podrán decir que el problema es el origen fiduciario del dinero, porque al poder crearse de la nada produce inflación y eso falsea el mercado. Otros verán el problema en el patrón oro, o cualquier otro cambio fijo del dinero, donde no puede aumentarse la oferta monetaria libremente, lo que hace que haya menos dinero en circulación.

Para mi el sistema fiduciario estaría muy bien si estuviera bien regulado y no pudiera llegar cualquiera a cambiarlo mañana, con la demagogia que fuera acorde al momento. Controlar a los bancos obligándoles a tener más de un 60% de depósitos por cada préstamo relajaría mucho al sector, una banca pública que se encargara de engrasar la facilidad de las empresas al crédito para evitar que los bancos pudieran constreñir al personal tampoco estaría mal. De ahí, con unas cuantas medidas de ayuda al desempleo y más empresas públicas, podría llegarse a tener una sociedad que funcionara muy eficientemente.
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