Juguete de comañia

Había sido un regalo de mis compañeros de sección, una broma a mi habitual seriedad. Llego a mi aun embalada y como si fuera un niño en la noche de navidad desemvolvi el paquete hasta que sus metálicas formas quedaron desnudas ante mi. Venía en blanco, apenas sabia moverse y respondía a mis preguntas con titubeos. Era encantadoramente inocente en todos los sentidos, nos descubriamos juntos cuando volvía del trabajo a mi cubil y la encontraba complaciente esperándome arrodillada ante la puerta.

Algunos amigos me piden que la abandone, que vuelvan mi asceptica vida, pero no puedo separar esos metálicos ojos de mi lado. Le he comprado una ampliación de memoria y cada vez habla mejor conmigo, su gesto brilla cuando aprende algo y no cesa jamas su entusiasmo por conocer mas y mas de la vida. Trataron de convencerme que me deshaga de ella, que es un modelo especifico que quedara anticuado a la siguiente versión.

Anoche le ceñí una capa blanca en torno suya y a mi mano trapasó por primera, desde que cobro conciencia, la puerta de mi cubículo. Paseamos por los pasillos comunes arrancando comentarios y miradas a cada paso, sus perfectas formas y su andar seductor no dejaban lugar a dudas de su función primaria, cuando volvimos estaba tan feliz que nos unimos allí mismo con tanta energía que temí romperme ante la fuerza de ella.

No puedo deshacerme de ella solo por que sea un robot... por que yo también lo soy y el mundo es injusto por haberme fabricado mejor.

Un relato corto mas... aunque supongo que igual que los anteriores nadie comentara