Tr4ncos escribió:katxan escribió:El cómic además cuenta con una ventaja bestial respecto al cine: no necesita ningún gran presupuesto, no necesita dirigirse a un target concreto de público ni recaudar cientos de millones la primera semana para recuperar la inversión. Un tipo con imaginación, un paquete de folios y una pluma, es todo lo que se necesita. Dentro de esa mano se encierran miles de extras, costosísimos efectos especiales, sentimientos, historias y, sobre todo, arte en estado puro. Esa relativa menor presión del mercado hace que en cómic florezcan obras que en cine o literatura serían totalmente impensables. Las historietas de Vuilleumin DEBEN, TIENEN que ser en cómic. Y yo no he visto jamás nada tan transgresor, tan bestialmente feroz, tan sobradamente crítico, tan, tan... no hay palabras para describir lo que este punki parisino es capaz de plasmar en sus páginas y que jamás veremos en letra impresa ni en una pantalla de cine.
Tu opinión me ha gustado bastante por lo general, así que sólo cito este párrafo para matizar unas cosillas. ¿La ventaja de contar con pocos medios respecto al cine no incluye también a la literatura? Incluso necesita menos medios. Si se quiere dibujar una historieta con relativa solvencia, puede ser necesario emplear buenos lápices o/y tintas. Y si se realiza el tebeo en el ordenador, es recomendable usar una tableta gráfica decente que en muchos casos costará más de 50 € -lo sé porque mi mejor amigo es dibujante y trata de meterse en el mundo de la historieta-. Por no hablar del trabajo de investigación necesario para crear una obra -aunque esto es aplicable a todas las artes-.
Juraría que un escritor en muchos casos cuenta con medios muy baratos. Un bolígrafo barato y unos folios pueden bastar, si se hace a lo virtual bastará un PC y un simple procesador de textos. Estoy de acuerdo en que en la historieta se pueden expresar recursos propios muy difíciles o imposibles de imitar en la literatura, como los famosos detallitos exagerados de Mortadelo y Filemón -por ejemplo, un elefante volador- o la historia paralela del pirata en Watchmen. Esto es lo que entiendo cuando hablas de las historietas de Vuilleumin -por cierto, me pica la curiosidad por contemplar y leer algo de este autor-.
Corrígeme si es menester, que será mi particular entendimiento interpretando. Con la primera parte de la afirmación
"Esa relativa menor presión del mercado hace que en cómic florezcan obras que en cine o literatura serían totalmente impensables", ¿te refieres a la excesiva mercantilización del mercado literario? Si así lo entiendo, en parte estaré de acuerdo. Pero no nos podemos olvidar de editoriales más pequeñas como Mono Azul o Icaria Editores; así como el mercado nacional de la historieta tiene a Astiberri, por poner un ejemplo, en contrapartida a Panini. En cuanto a la otra parte de la afirmación, ¿dices que en la literatura no podrían salir muchas obras por limitaciones mercantiles y creativas -juraría que la libertad creativa es tremendamente amplia en la literatura, superando en casos al cómic*-? ¿O simplemente es un asunto de recursos propios del cómic, cosa que pasa también en todas las demás artes?
PD: Por si te extrañas: El cine lo omito, me centro más bien en la parte literaria.
PD 2: ¡Cuántos nombres, muchas gracias por las menciones! De aquí a 20 años ya me habré leído algo.
* Lo digo porque en la literatura no hay que preocuparse tanto por la armonía entre dibujo y guión. Aunque es verdad que no hay que olvidar lo siguiente: la literatura ya lleva miles de años, el cómic poco más de 100.
No me hagas mucho caso porque he escupido toda esa parrafada visceralmente y del tirón, sin siquiera acabar de leerme el artículo del Vicentito éste y más con las tripas que con otra cosa. Cuando he hecho esas afirmaciones estaba pensando en la relación cine-cómic directamente y no he pensado en ese momento en la literatura, así que coincido contigo en las matizaciones que has hecho.
Y respecto a los recursos de uno y otro medio, es evidente que cada uno tiene los suyos propios y no son extrapolables entre sí. Por algo tanto el cómic como la literatura son MEDIOS creativos. En el caso de Vuilleumin, y ya que lo he mencionado, su mérito o demérito no es la utilización del dibujo, Vuilleumin no es ningún virtuoso de la pluma, sus dibujos son toscos, burdos e incluso podría decirse que groseros, nada que ver con el clasicismo de maestros como José Luis Salinas, Harold Foster o Alex Raimond, pero no importa, ese estilo de dibujo le sienta perfecto a lo que realmente es el valor que encierran sus obras, que es la crítica feroz e inmisericorde a la sociedad, un humor auténticamente BESTIA, lo más salvaje que he visto yo en cualquier medio, no deja títere con cabeza, no es que insulte o se meta con tal o cual colectivo, eso lo hacen muchos con poca gracia y con el único objetivo de crear polémicas chorras, es que directamente va a los huevos de todos los estamentos sociales, todas las razas, religiones y posicionamientos políticos y les suelta una patada en los huevos mientras se mea de la risa. Es cómic underground en estado puro, aunque no tiene nada que ver con el underground americano de los Robert Crumb y compañía. No en vano en más de una ocasión Vuilleumin vió secuestradas sus obras y fue llevado a juicio denunciado por las más diversas asociaciones.
Yo realmente no tengo gustos muy mayoritarios, no me va demasiado el manga, salvo honrosas excepciones (por supuesto Akira y Madre Sara, del maestro Otomo, Uzumaki, Battle Royal y poco más, no trago demasiado al omnipresente Masamune Shirow y demás clones de éste), del cómic americano huyo como de la peste de los amariconados superhéroes con pijama, no puedo con ellos, prefiero a otros autores como Richard Corben y su magnífico DEN, o esas obras maestras que son Walking Dead, Predicador o Y, el último hombre, o las obras del brutal Geoff Darrow (Hard Boiled, Shaolin Cowboy). Y el que a mí me fascina es el cómic europeo, no está sometido a los dos mil imperativos productivos de las cadenas americanas, los plazos de entrega son muchísimo más amplios y la libertad creativa infinitamente mayor que en las grandes compañías americanas, y eso se nota un huevo en la calidad. Hay fumetti italianos realmente buenos, y qué decir de la magnífica producción de Bande Dessinèe de la escuela franco-belga, son los putos amos con géneros que van desde la intriga policíaca a la aventura clásica, la ciencia-ficción más visionaria o el humor más surrealista y desbocado (las aventuras del cerdo Edmundo son desternillantes, o cualquier cómic de Edika).
Vamos, que si el mindundi este no sabe que existe un Kogaratsu, un Muñeca de Marfil, un Torpedo o un La estrella del desierto y cree que todo se circunscribe a Mortadelo y Filemón (que ojo, en su género es MUY BUENO), este tipejo lo único que demuestra es su ignorancia total y absoluta. El cómic solo es una expresión creativa más, otro medio para contar algo, igual que el cine, igual que la pintura, la literatura o incluso la fotografía. No es que se le esté dando más importancia de la que tiene, es que en este país donde aún se le llama tebeo por el antiquísimo TBO, aún existe la cavernícola mentalidad de que son monigotes para críos, no existen las ganas ni la voluntad de abrir la mente y ver más allá de los prejuicios, pero ahora es cuando el denominado noveno arte está empezando a encontrar el reconocimiento y el lugar que le corresponde. Es alucinante ir a Francia y ver el respeto y la reputación que tiene la Bande Dessinèe, tiene la misma consideración y prestigio que cualquier creación literaria y algunos autores son auténticos referentes de la cultura. Aquí preferimos identificarnos con pedantes insufribles y totalmente idos de la olla como Fernando Sánchez Dragó o chabacanos directores/actores de cine como Santiago Segura antes que con Jordi Bernet o José Ortiz. Así nos va.