
La crisis estructural es una evidencia. Los gastos se disparan, los ingresos televisivos son un recurso único e imprescindible y el margen
de maniobra se reduce provocando que los impagos están al orden del día. Se buscan recursos, un nuevo modelo
de organización y un cambio radical en la gestión. Los clubes españoles no llegan, en Europa están fuera
de juego y los grandes,
Madrid y Barça, se han dado cuenta
de que ganar siempre y sin excesiva oposición no provoca nada más que una caída radical en el negocio.
En fútbol se necesita sangre, éxito o fracaso, ganar o perder. El debate eleva la pasión, si el fútbol fuera previsible sería un deporte más. Se buscan culpables y ganadores; estos últimos años el margen para la sorpresa no existe, el
Madrid y el Barça lo ganan casi todo, la comparación con la liga escocesa no resulta extraña. El fútbol español ha perdido el objetivo, nuestro modelo debe competir con el inglés, la comparación con el fútbol escocés nos deja en mal lugar.
El dinero,
de fondo
Los clubes buscan repartir el dinero
de las televisiones, ser el órgano ejecutivo y legislativo
de la competición y luchar contra la imposición
de tener que someterse a una Asamblea federativa que no distingue
de niveles. Sería una competición ajena a la LFP. En Italia el proyecto Premier va más avanzado, la Serie A dejará paso al Calcio. Aquí se ha puesto la primera piedra, los descensos cobran otra dimensión ya que el futuro será diferente para los que arranquen
de primer toque en la nueva competición. No tiene fecha pero descender este año puede tener daños colaterales relevantes para el futuro.
Entrenar más, jugar con más intensidad, proyectos a largo plazo así como busca y captura del superviviente, esos que hacen del fútbol menos y que no dejan
de ser un riesgo para todos. Una alineación o un entrenador no puede estar en un hilo sólo por no tragar con los usos y costumbres
de unos pocos que viven protegidos por dos o tres detalles que siguen sirviendo para callar bocas, serán las
de los ingenuos.
Hay que exigir plenitud, máximo empeño y que los equipos pequeños que no juegan entre semana conviertan cada partido en una final. Basta ya
de especular. Si diseñan una liga con protección económica para el descenso, el escenario del miedo y la especulación no deberían estar permitidos. El fútbol, cuando todos van al máximo sigue siendo el espectáculo más maravilloso del mundo y eso si que vale muchos millones
de euros.
El momento del cambio
Llega la hora
de la reforma, ordenar la liga
de las estrellas es un paso obligado ya que si existe una relativa igualdad en las condiciones la competición crece. La Premier es una marca reconocida, los ingresos aumentan a pesar
de la crisis y la calidad competitiva no desciende. Esta temporada han perdido a Cristiano Ronaldo y sin el impacto mediático del luso la competición ha sido emoción y lucha, faltan superar el corte ya que la Premier son mitad fuertes, mitad débiles pero paso a paso el capital llega a un fútbol que es el referente en escenario futbolístico.
Por detrás la Bundesliga. Tienen como espejo a la Premier pero no pierden carácter propio. Los estadios se llenan, la competición crece con el único problema del Bayern. Fichan a los mejores
de sus rivales, el país se dividen entre los incondicionales bávaros y los que odian al Bayern, la competición es igualada pero si no gana el
de siempre salta la sorpresa. A pesar
de no tener la dualidad
Madrid – Barça, la Bundesliga está a un paso
de superar a nuestra liga a nivel
de marca. La conclusión es sencilla, tenemos a los mejores ugadores, también a los dos clubes referencia, Real
Madrid y Barccelona, y las mejores condiciones. Buenos estadios que necesitan una reforma ya que el Mundial 82 ya queda muy lejano, una prensa que provoca el grito
de la afición y un consumo
de fútbol por habitante que garantiza audiencias.
La reforma
de la liga no puede quedarse en el modelo
de competición, se necesitan gestores ambiciosos para darle otra dimensión a una liga española que compite con las mejores pero deja sensaciones
de que falta mucho por hacer.
La 2ªB necesita otro modelo, los clubes no aguantan los gastos y la competición dará que hablar este verano. La previsión es que el fondo
de garantía no
de para cubrir los impagos, y es que reducir los salarios no es suficiente. La competición se cae. El fútbol español no soporta dos categorias profesionales y una semiprofesional. La 2º es la hermana pequeña, el rincón donde juegan muchos jugadores españoles que perdieron su lugar en 1ª por ser peores o por la ley Bosman que hacía que tener un equipo con 25 fichas
de jugadores fichados
de otras ligas y sin residencia previa fuese un 19% más barato que tener un equipo
de 25 jugadores españoles. Una torpeza, sin fútbol
de cantera no se sienten los colores y sin el sentimiento, el fútbol es otro deporte.
Futbolitis - Marcos López