JEJEJEEE el malvado pancatalanismo ataca de nuevo, ¡Muy pronto el mundo será nuestro!
Dicho esto, y siendo todos de la UE, pues no me parecería mal que algunos pueblos y regiones fronterizas puedan cambiar de estado, si eso puede significar una mejora en los servicios, al fin y al cabo, Puigcerdà y Barcelona están más cerca que París, y unas fronteras militares del siglo XVII no tienen por que ser las más lógicas económicamente. Lo mínimo que se puede pedir es que al menos puedan recibir los servicios del otro país.