expericuento

CUENTOS DE POR AQUÍ



Una no elige el lugar dónde va a nacer. Yo lo hice en el interior de un autobús, en uno de esos dobles que recorren la Castellana. En plena noche (o al menos eso creí hasta que salimos del hangar y una luz atronadora me hizo retroceder y retroceder, refugiarme en el acordeón del vientre de aquel ómnibus). No se estaba mal, pero hacia las cuatro de la tarde la temperatura del plástico, más los vaivenes del vehículo, me obligaron a salir y estirar las alas.

<el sol las había secado, ahora eran cuero bruñido. >>

-¡Mira, qué asco, una polilla marrón!
-¡Uy, es enorme! Échala, échala, corre abre la ventana.


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El viento era cálido, traía demasiada luz y necesitaba guarecerme. Los viajeros del autobús entraban en el metro, quizá no era tan mala idea. El brillo de mil fusibles me arrastró hasta el interior de un vagón que en cada parada absorbía más y más viajeros. Resultó curioso fisgonear desde arriba, descubrir calvas u horquillas bien sujetas, los bostezos de los sentados y los gruñidos de los erguidos, los sudores de las manos y la risa de un turista belga. Pero me moría por un poco de aire fresco.

<perdiéndose en antesalas de acuarelas baldosines.>>

-¡Ay, coño, que me ha pisado.
-Perdón, perdón, lo siento, es que me asustó ese bicho tan feo.


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Atardecía, el tráfico era más denso. Denso y lento. Lento y ruidoso, demasiado ruidoso. Decidí llegarme hasta el Retiro. También lo encontré estridente, demasiado para ser un parque. Aún así me acerqué al invernadero esquivando melodías y patos. No encontré plantas en su interior, sino la exposición de un artista cubano; con retales de naufragios levantaba esculturas. Todas me olieron a mar, a agua salada separadora de arenas y gentes. Sobre una de ellas me posé.

<oye las olas de vidrio, las mareas de oraciones.>>

-¿No es eso una polilla?
-Éstos artistas…


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En un café de la calle Huertas cené algo. Nada importante, un borde de un lienzo bastante malucho. Todos, entre cerveza y cigarro, gesticulan gritos o voceaban sonrisas. Eran horas de extremados contrastes entre vestidos simétricos. Por fin el silencio; los que rondan las calles regresan a sus hogares y los que sueñan con sábanas regresan a sus cartones. Un barrendero riega Alcalá, otro charla con la Cibeles.

<cada una de ellas tiene, dos, tres, cuatro, seis polillas.>>

-¿Y a ti qué, doña Estatua? ¿Qué es lo que más te gusta de Madrid?
-El vuelo de los insectos en primavera.


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Una no sabe dónde va a morir. Yo me acurruqué en la mano de la diosa.

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Muy curioso, original y tremendamente divertido con esos diálogos entremezclándose con el testo. También me han gustado mucho las frases en cursiva y sobretodo la última frase. La forma en que empiezas y acabas el cuento me parecen lo mejor. Eso sí, hay una cosilla que no entiendo, qué significa esto:

"antesalas de acuarelas baldosines"

A ver si la autora (o alguien másXD) me lo explica. [Ooooo]
Buenísimo. Luego edito mi post y lo amplío, que me he escaqueado 5 minutos del trabajo (y eso que estoy en casa...)

Besos!
gracias Prado, luego leeré lo que añadas (a ver si dejas un poquito el curro y nos deleitas con el humo de ese cigarro que quedó pendiente)

gracias Cragor [oki] me parece un flipe total que hayas opinado pq mira que lo haces poco. Gracias dobles.


PD- Eso de las "antesalas de acuarelas baldosines" es una forma cursi de referirme a los pasillos, a los nudos de trasbordos en el metro. ¿Demasiado ñoño? ¿incomprensible? puede, no sé; a veces me gusta jugar con las palabras y que un nombre haga la función de un adjetivo.... soy asin. Ese tipo de cosas siempre me ha causado problemas con los que leen mis desbarres pero.... hay que ser fiel a uno mismo.


Muak.
Ok, entendido ahora. Claro que no es ñoño ni nada parecido, yo soy el menos indicado además para decir eso de nadie que se me va la mano con los adjetivos y similares una salvajada. Simplemente no sabía si era una expresión ya hecha o un juego de palabras tuyo.
Hola LChana; un post algo más acorde con lo que tus relatos merecen...;)

El primero me gusta, sobre todo por ese aire de dejadez y de indeterminación que le das ("una no elige...", "en uno de esos...") Hay algo que me suena extraño: el paréntesis me parece demasiado largo y rompe un poco el ritmo. El diálogo, interesante. Yo suprimiría la última coma, y lo dejaría así:

"Échala, échala. Corre, ¡abre la ventana!"


El segundo también me parece muy bonito, pues directamente vemos a través de los ojos de la polilla. Alguna cosilla: La primera frase me descoloca un poco, pues en una misma oración hablas de dos aspectos muy distintos: describes el tiempo y luego una situación personal de la polilla, y lo haces enumerando acciones que posiblemente deberían tener todas algo en común. Es cierto que hacer una oración con "Y necesitaba guarecerme" sería dejar algo cojo, pero se puede alargar.


Me encanta el ritmo del tercer texto, tan lento como el tráfico. Una idea genial. Una sugerencia sobre la puntuación. Yo lo dejaría así:

"Atardecía. El tráfico era muy denso. Denso y lento. Lento y ruidoso. Demasiado ruidoso."
Las pausas son como un atasco. El coche anda hasta que encuentra obstáculos. Con tus comas, las frases siguen corriendo, lenta pero activamente, y da menos sensación de densidad.



El último y el epílogo, muy poéticos y evocadores. Geniales. Y rimando te sales de la tabla.

Me ha encantado. De hecho, lo he guardado en word (espero que no te importe)

Musu bat.
No, Pradete, no me importa. Gracias por tus correcciones, más sabiendo lo liado que estás. Necesito un corrector de estilo, con vistas, seminuevo. URGE.
De momento tu ayuda es muy valiosa... y por supuesto la de todo aquel/lla que quiera ayudarme/opinar.
6 respuestas