Se lanzó con la misma mentalidad que el CDI de Philips. Ser un reproductor multimedia donde ver enciclopedias, ver fotos y escuchar CDs de audio. En Commodore no tenían ni idea de las posibilidades que permitía el tener 700 MBs disponibles en el CD para juegos.
Todo lo que sacaron fueron jueguillos de apenas 2 o 3 MB en tamaño con pistas de audio Red Book y palante. Sin calentarse la cabeza.
Y es una pena porque tenía más RAM incluso que el MegaCD de Sega (8 megabits frente a los 6 del MegaCD) y con juegos diseñados para aprovechar el hardware seguro podrían haber hecho virguerías. O haber lanzado juegos como el Monkey Island 2 en CD en lugar de en 11 discos como lo sacaron.
Para ese tipo de juegos, Monkey Island, Dark Seed, Indiana Fate of Atlantis, etc habría sido una plataforma estupenda. Pero dejaron de darle soporte muy pronto.
Commodore siendo Commodore, vamos.