› Foros › Off-Topic › Miscelánea
La estafa inmobiliaria. El desastre colectivo es tal que puede decirse que España no conoce drama semejante desde la Guerra Civil.
http://www.elperiodicodearagon.com/noticias/noticia.asp?pkid=664292
Hoy toca hablar de los pisos. El desastre es de tal naturaleza, que puede decirse que España no conoce drama semejante desde la Guerra Civil. Y no exagero un ápice. En los tres cuartos de siglo transcurridos desde la contienda fratricida nuestra sociedad no ha sufrido nunca un trauma semejante; tanto si se mide en sufrimiento personal para los ciudadanos como en la debacle económica que produce. Las cifras sobre la caía de precios varían bastante según la fuente, pero todas coinciden en que en los últimos cuatro años el valor de las viviendas ha caído entre un 17% y un 26%. Como es muy raro que alguien compre una casa pagando de entrada más del 20% del precio, podemos concluir que los dos millones de personas/familias que han comprado piso en los últimos cinco años han perdido hasta la última peseta del dinero que pagaron, o tienen unas hipotecas que valen más que las casas que compraron.
El estrago puede medirse a cinco niveles. Como las ondas que produce una pedrada en un estanque, el daño se acaba extendiendo a toda la superficie.
La primera pedrada se la llevan los infortunados que no han podido hacer frente a los pagos. Según el Consejo del Poder Judicial, las ejecuciones hipotecarias afectan a más de trescientas mil familias en cuatro años. Pero hay mucho miles más que han entregado las llaves sin llegar al juzgado. O que han tenido que malvender para evitar la ejecución. Es fácil imaginar el sufrimiento de estas personas. Intenso. No duermen. Sienten que el mundo se hunde a su alrededor. El sueño de una vida feliz se desmorona. Tienen que refugiarse en casa de familiares o amigos. Además siguen siendo acreedores de los bancos, porque la venta en subasta nunca alcanza a pagar la deuda. Estas son las primeras víctimas.
En segundo lugar están los infelices que no han perdido la casa, pero tienen que ir pagando las deudas a costa de comprometer su patrimonio o el de sus familiares. Lo que se prometía como una aventura gozosa, (tener vivienda propia) se convierte en una pesadilla creciente. La pregunta que se hacen es si podrán seguir aguantando. Saben que la casa vale menos que la deuda. Sufren con la subida de tipos. Tiemblan con la bajada de precios. Palidecen con las perspectiva de perder su empleo. Son esclavos de la abyecta hipoteca. En esta triste situación se encuentran dos millones de propietarios.
El tercer nivel de afectados son los tres millones de propietarios que quieren vender sus viviendas pero tardan años en encontrar comprador, aunque rebajen el precio que piden.
En el cuarto nivel de afectados se encuentran los 22 millones de propietarios de pisos que comprueban cada día como pierde valor su patrimonio. Se desvanecen sus sueños de una jubilación de oro. Padecen al comprobar que sus bienes no valen lo que pensaban. Son gente que nunca compró acciones, ni quiso arriesgar con sus bienes. Ahora descubren que los pisos no son "una inversión segura". Lo de Madoff no es nada comparado con la estafa inmobiliaria. Las víctimas de Madoff perdieron 13.900 millones de euros. Los propietarios de viviendas en España hemos "perdido" sesenta veces más.
En el quinto nivel de afectados nos encontramos los 47 millones de españoles. La debacle inmobiliaria es causante del paro laboral, parón económico, y parálisis colectiva que nos agarrota. El pesimismo se ha hecho dueño del territorio.
El huracán inmobiliario ha barrido del mapa a decenas de miles de empresas que vivían de un sector hipertrofiado. Lo que es peor, muchas empresas que serían productivas en condiciones normales, mueren o languidecen porque no encuentran financiación. El propio sistema financiero se tambalea.Este humilde columnista vaticinó hace cuatro años (Periódico de Extremadura 13/4/07 "¿Hasta cuándo caerán los pisos?) que el ajuste duraría al menos doce años. No hacía falta ser experto para atisbar el tsunami que se acercaba. ¡Pero convino a todos ignorar la tormenta!
Tengo delante el informe del BBVA "Situación inmobiliaria, abril 2000". Ya entonces se decía en la portada "el esfuerzo financiero para comprar vivienda ha superado el nivel crítico del 33% de la renta bruta de las familias". Pero la orgía no había hecho más que empezar. Especuladores, notarios, constructores, tasadores, entidades financieras, registradores, concejales de urbanismo, recaudadores públicos- una larga cohorte se conchabaron para inflar los precios.
Pergeñaron hipotecas a 50 años, períodos de carencia, intereses crecientes. Urdieron falsedades del tipo de "los pisos nunca bajan". Los que sabían callaban, y los que hablaban eran desacreditados. Izquierda Unida propuso en el parlamento limitar las hipotecas a un máximo de 15 años. Los demás se rieron. Ahora propone que la entrega de llaves cancele la deuda. No lo admiten, pero ya no se ríen. Estamos sembrando las semillas para una revuelta popular. En el timo de la estampita el timador se hace el idiota para engañar al infeliz codicioso. En el timo inmobiliario la codicia ha llevado a la ruina a millones de compradores, pero el "idiota" estafador descubre ahora que una estafa tan profunda, dolorosa y masiva como ésta, se vuelve contra todos. De momento ya lo estamos pagado, con una crisis de caballo. Y está lejos el final del drama.
Quintiliano escribió:Hola, no estoy de acuerdo con la comparación, me parece una exageración absolutamente fuera de lugar.
Una guerra civil es una confrontación armada donde se producen crímenes constantes, injusticias que terminan con la vida de las personas.
Este que se cita no es más que la consecuencia de un problema español: el abuso del mercado inmobiliario, liberalizado en el año 2000 por un decreto del gobierno de José María Aznar, quien eliminó todos los requisitos legales exigidos desde el año 1969 para poder actuar como agente inmobiliario, abriendo con ello las puertas a una mayor proliferación de Inmobiliarias. Cualquiera, sin estudios o una mínima preparación, podía colgar un letrerito de "inmobiliaria" y dedicarse a vender e intermediar en operaciones de ese tipo, legalmente, desde el año 2000.
Además el problema viene también en nuestra forma de ser adquisitiva. Siempre queremos comprar. En el año 2000 la burbuja inmobiliaria estaba a niveles máximos porque se tenía que esconder el dinero negro para evitar perderlo con el cambio de moneda al euro. Ello produjo un nivel de especulación inmobiliaria auténticamente brutal. La gente compraba pisos con unos sobreprecios espectaculares. Hay dos culpables: por un lado las constructoras e inmobiliarias, y por otro, el comprador que consiente y paga ese precio.
Ahora con la crisis han caído las ventas y nadie quiere comprar a precios abusivos. Se ven pisos de 70.000 euros que antes costarían el doble. Hay gente desesperada por vender su casa del pueblo y se ven casas medianamente dignas por 30, 40.000 euros, que antes no se venderían por menos del doble.
España está pagando décadas de pelotazo urbanístico y abuso en los precios pero nosotros seguimos endeudándonos hasta las cejas para pagar algo que cuesta más de lo que vale realmente.
Un piso debería costar una cosa razonable. No es así. Según estudios hechos por expertos de la página idealista.com, muchas propiedades inmobiliarias salen más baratas a largo plazo alquilando que comprando. Sólo si te planteas vivir más de 40 años en un sitio te puede compensar comprar.
Esas familias que ahora se ven con el agua al cuello debieron considerar si con sus niveles de ingresos podían meterse en una hipoteca. Porque todos somos mayorcitos y cuando firmamos algo, luego hay que apechugar con las consecuencias. Y echarse a llorar no te va a evitar la deuda.
Una familia media quizá debería vivir de alquiler hasta que tenga un buen colchón ahorrado que le permita pagar al menos el 30% de la vivienda y los primeros gastos. Pero no, mucha gente se endeuda, paga todo a plazos, hasta los muebles y el coche, y luego cada mes toma recibo de hipoteca, del coche, de los muebles.... es inevitable terminar mal.
Yo tengo muy claro que probablemente no tendré una casa en propiedad nunca. Aunque pudiera permitírmela. Demasiados años pagando una hipoteca para luego ser propietario de un piso que no voy a poder vender por lo mismo que me costó.
Esta crisis también y sobre todo castiga a los especuladores, esa gente que compraba pisos para acumularlos y venderlos por más. Entre ellos muchos particulares. ¿Quién no conoce a alguien que tiene varios pisos vacíos, comprados solamente para especular? Pues ahora no podrán ganar un duro. Si quieren venderlos, perderán una buena cantidad de dinero, porque no valen lo que pagaron por ellos.
En definitiva, esta crisis tiene una parte muy positiva: primero ha echado del mercado a los malos empresarios, haciendo que quiebren todas esas inmobiliarias malas que vivían al día y no eran solventes.
Segundo, ha castigado a los avariciosos y codiciosos especuladores inmobiliarios.
Tercero, ha obligado a los bancos a poner su catálogo de propiedades (que ahora consideran un "pasivo") a la venta o alquiler, cuando estos bancos se guardaban esas propiedades para especular también con ellas.
Cuarto, ha puesto en el mercado muchas viviendas vacías e incluso nuevas a los precios más bajos que se ven en décadas, y aún así, siguen siendo precios exagerados.
Quinto, quien quiera comprar un piso y tenga dinero ahorrado, tiene ahora las mejores oportunidades y si espera un poco más, aún las tendrá mejores, porque los precios seguirán bajando aún una temporada.
Sexto, los alquileres están bajando porque la gente busca alquileres económicos y los abusones que pedían mucho dinero se han visto obligados a rebajar sus precios. Si son inteligentes claro.
Saludos