Podría decirte algo...
pero me guardo las palabras.
Para evitar mis llantos...
para aguardar tus miradas.
¿Porque no pudo quererme?
¿Porque me apartó sus palabras
de mis oidos hambrientos,
de mis sueños en la nada?
Pude intentar algo...
Pude decir cualquier cosa
para escapar de tu miedo
nacido del alma.
Diosa de universos
que llegan a su fin.
Diosa de estos versos
que se arrancan de mí.
Supervivencia propuesta
por otros ojos, otra boca...
No había ninguna intención
de continuar.
¿Puedes oir mis lamentos?
¿Puedes ver los jirones
que he arrancado a mi voz?
Pudimos crear algo...
nuestro mejor recuerdo...
y pudo ser alto, elevarse alto...
pudo ser sincero.
Pasó muy deprisa,
reventó en mi dirección,
lloró en un rincón
oscuro de su cabeza.
Y todo se acabó.
Quise la paz,
el brillo en tus ojos,
que refleja en un haz
el grito de mil niños.
Quise el extasis
de tus labios finos.
Quise la rabia
de un amante clandestino...
Todo sobre ti es como yo quise ser...
Y ahora te vuelvo a echar de menos...
Todo sobre ti sobrevuela mi mente
mientras vosotros me arrancais mis recuerdos.
¿Puedes ver que necesito
rezar por algo más?
Quizas necesite escapar
y derramar en el camino
"que nunca se ha
de volver a pisar"
todos los consejos recibidos,
todos los besos que he de dar
para caer en tus brazos rendido
de nuevo... a mi pesar.
Llora que llora
en un rincon este niño,
pidiendo al cielo a gritos
desvanecer, olvidar,
todo recuerdo construido
en contra de mi voluntad.
