Increble no?
El problema de España no es Zapatero, no es la "social democrata" que con sus pequeñas practicas anti-mercado petiero la pata, no son los intereses de lobbys de genero, ideologicos etc. que han desviado muchas politicas importantes a nivel economico... Tampoco es culpa de medios como ellos que han creado una españa irreal en sus papeles...
Que risa da este periodico que busca siempre parapetiar la historia para buscar un culpable... y no es nadie mas que la "fascista y ladrona iglesia catolica"
Ahora no! la culpa ya no es de Aznar ni de Bush! es que como en españa no hay judios , y los judios son sinonimo de progreso, entonces... como la iglesia no dejo entrar a los judios hace 500 años
![Que me parto! [qmparto]](/images/smilies/net_quemeparto.gif)
entonces el fracaso de españa como pais europeo es culpa de la iglesia
No me creen?
http://www.elpais.com/articulo/opinion/ ... iopi_4/TesTRIBUNA: BASILIO BALTASAR
El malestar español
Para hacernos una idea del legado que los judíos no dejaron en España debemos imaginar la influencia que habría tenido entre nosotros la erudita disputa de los rabinos (con su radical veneración por el libro, la letra y la palabra) y las consecuencias culturales de su pasión polémica. Las vehemencias patriarcales de los judíos en la sinagoga habrían dado a nuestro paisaje intelectual una productiva intensidad. Y no sólo por la caudalosa genealogía de sus saberes. Allí donde pudo subsistir, la pluralidad de creencias ayudó a reconocer la soberanía moral del conocimiento y la familiaridad con otras lenguas, otros ritos, otras concepciones del mundo, sembraba una duda de alto valor pedagógico al que no podía ser ajeno un curioso y tolerante observador.
Pero la comunidad judía contribuía al dinamismo de la Historia con aportaciones paradójicas que resultarían esenciales al espíritu del hombre moderno. La tenacidad de sus infatigables discusiones extendía entre la sociedad de su tiempo una deslumbrante oleada de herejías y disidencias. ¡Ojalá hubiéramos tenido entre nosotros al Spinoza que los rabinos de Ámsterdam expulsaron con furiosos anatemas de la sinagoga! ¡Quién hubiera oído entonces sus ácidas sentencias filológicas contra la Biblia! ¡Y las lecciones escépticas de Francisco Sánchez en Toulouse! Y así hasta llegar, siguiendo las huellas de la fertilizante estirpe sefardita, a las recientes reflexiones multidisciplinares del pensador Edgar Morin.
Sin embargo, a pesar de ser tan notable la contribución de los judíos al desarrollo cultural de las naciones -sobre todo desde la Revolución Francesa, cuando tantos de ellos abandonaron sus creencias seculares para incorporarse al prometedor cosmopolitismo laico de los gentiles-, no ha sido sólo su ausencia la que ha conformado nuestra áspera relación con los valores del mundo moderno.
La obsesión por extirpar de España cualquier atisbo de influencia judía dio a la Inquisición siglos de potestad para modelar a su antojo el alma macilenta de un país atemorizado por la epidemia emocional de las delaciones. Pero la amenaza del deshonor y la hoguera no cercó tan sólo a los conversos, metódicamente humillados para ejemplo de todo cuanto súbdito se atreviera a desobedecer la sumisión dominante.
Este periodico hace un par de meses le echaba la culpa a los judios por el capitalismo de sus empresas... ahora cambian la cosa