Sus finos rasgos quedaron cubiertos un instante por los cabellos ya plateados, en un suave ademán se los aparto para tomar la bolsa de papel llena de frutas variadas de la mano de la anciana frutera.
-Es una verguenzá, señora Ana, ¿las ha visto?, las ha visto por las calles con esos panfletos?, te gritan sus consigas y te tratan de convencer de sus ideas!, el consejo debería hacer algo para erradicar esa estúpida idea!-
La achatada silueta femenina respondió al nombre Ana y suspiro en silencio; sabía bien a que se refería la frutera.
-¿Se refiere a la plataforma "pro-hombres"? -Dijo Ana desquitando el asunto con la mano libre- No creo que debamos preocuparnos, solo gastan sus jóvenes energías en ese tonto ideal-
El rostro de la frutera se puso del mismo tono que los tomates que exibia en el mostrador.
-¿tonto ideal señora Ana?, ¡esas insensatas quieren traer de nuevo a esos engendros!, ¡Traerlos de nuevo a la vida!... ¿como pueden ni por un instante considerarlo?... Nosotras nos criamos bajo su tiranía, sufrimos de su estúpida genética.... ¿para que nos revelamos?... ¿para que luchamos señora Ana?... si esas estúpidas niñas consiguen su objetivo todo habría sido en vano, volverán los tiempos del yugo y de la reclusión-
-Se preocupa demasiado, el consejo jamas aceptara sus peticiones. Olvidelas... ellas también luchan por un ideal aunque sea erróneo, ya aprenderán por si mismas, todas pasamos por ello-
Con la bolsa en la mano se dirigió a la calle aprovechando para escapar el momento en que una cliente requería a la frutera. La calle estaba tranquila, pocas mujeres caminaban a esa hora y el trafico se reducia a algunas bicletas y a pequeños transportes personales; el grueso del transporte se efectuaba bajo tierra como bien sabia. Observo el cielo y el sol ya alzado en su cenit, debia darse prisa si quería comer temprano. Había atravesado varias calles cuando debió detenerse ante una masificada marcha formada por mas de un centenar de jóvenes que inundaban la avenida portando pancartas donde el símbolo fálico brillaba intenso, llevaban descubiertos sus pechos y sobre ellos habían escrito sus lemas. Sus voces se unían en un coro común en una rítmica consigna:
- Dos mitades de un mismo ser! hombres y mujeres han de coexistir otra vez!-
A su alrededor las mujeres, en su conjunto de mayor edad, las miraron con una expresión entre la comprensión maternal de una madre que observa la travesura de su hija y la aversión al mensaje que exclamaban, que despertaba en muchas de ellas recuerdos poco agradables.
-Por favor firme nuestra petición, señora seguro que usted nos comprende, solo pedimos poder clonar a una docena de hombres - Le pidio una joven acercándole la pantalla con el pequeño bolígrafo plástico en la mano- La nueva generación tiene derecho a conocer a nuestros ancestros, a nuestros abuelos!-
-Lo siento niña, vuelve a tus estudios antes de que os metíais en mas lios- contesto en cierta forma premonitoria, pues segundos después las sirenas de la policía inundarían la calle y la mayoría de las chicas serian detenidas para ser amonestadas públicamente por el escandalo provocado.
Con un pequeño cascabeleo tiro las llaves sobre la mesa. Levantó un pequeño cuadro donde un payaso alegre saltaba sobre la cuerda circense, bajo el marco un pequeño panel se desplegó. Tras desactivar el sistema de alarma se internó en el pasillo, echando una involuntaria mirada hacia la esquina donde las espigas de gas habrían expulsado su carga sedante de no haber tecleado el código correctamente.
Atravesó el impoluto salón de colores suaves, amueblado con un gusto exquisito según los entandares actuales. Largos sillones bionicos que se amoldaban a su cuerpo con delicadeza, una mesa baja realizada en un único bloque de resina de forma caprichosa sosteniendose en sus tres finisimas patas, las ventanas estaban cubiertas por una ligera muselina teñida a mano que daba calor y distinción a la habitación.
No se detuvo y continuo hacia la cocina anexa donde dejo la bolsa de papel y encendió el horno. Para dirigirse hacia el final del pasillo donde una gran puerta daba acceso a un completo baño. En el, una estantería aparentemente empotrada cubria media pared. Pulsando un botón oculto bajo la madera, la estantería se plego sobre si misma para mostrar varios bustos, cremas y prótesis mamarias.
Ya sin la peluca y la prótesis se sentó en el comodo sillon y con una orden verbal la pantalla mostró las imágenes de la misma manifestación que había presenciado minutos antes.
La voz de la presentadora sono atona, impersonal.
-"La población se halla conmocionada por los recientes actos de la plataforma por la restauración del hombre, pese a que no transgreden ninguna ley en sus reclamaciones el malestar de la población es evidente. Para hablar del asunto tenemos como invitada a la alta consejera de asuntos sociales, a la que agradecemos su visita al programa, para ofrecernos la opinión oficial sobre el asunto"-
La cámara encuadro a una anciana uniformada con un ligero habito y sin un solo cabello, su mirada era severa pero su gesto era de absoluta comprensión.
-"No debemos darle importancia a lo acontecido hoy, todas fuimos jóvenes y muchas recordamos a los hombres, debemos admitir el romanticismo de sus ideas. Incluso yo admito que tenían facetas psicomentales atrayentes que no me importaría volver a disfrutar, pero para nuestra culta sociedad era evidente que su programación genetica ya no era en absoluto compatible con nuestro mundo ordenado y pacifico; el hombre era un ser violento y celoso de sus recursos. Su desaparición fue un movimiento genuinamente evolutivo, ni siquiera fue un fin violento, en una mayoría democrática se les pidio abandonar el planeta- "
La presentadora asintió intrigada.
-"¿No se arrepiente el consejo no de haber ayudado a la colonia masculina de la luna cuando colapso?"
-"¿por que hubiéramos tenido que hacerlo?, ellos ni siquiera nos pidieron ayuda, tenían todo lo necesario para vivir unas vidas plenas, alimentos, medios... Incluso les habíamos hecho entrega de uteros artificiales y material para clonar mas hombres, no queriamos que se extinguieran solo que abandonasen la tierra.. pero su genetica; la estupida arrogancia del macho alfa les perdió. Creo que es un evidente ejemplo de selección natural-"
-"¿Pero sería posible; como argumenta esta plataforma; traerles de vuelta?"-
-"En la practica sería muy fácil. Conservamos centenares de embriones masculinos con fines científicos, e incluso aunque careciéramos de ellos, conservamos muestras genéticas sufientes para clonar centenares de individuos. No rechazamos la idea de permitir el desarrollo de uno de estos embriones en un útero artificial con fines estrictamente científicos. ¿Pero traer de vuelta al hombre solo por la reacción hormonal de unas muchachas que han leido demasiadas novelas antiguas? ¡Nunca se les permitirá!, es mejor que se hagan ya a la idea de que el hombre es un ser extinto cuyos restos merecen destinarse a un museo"-
La imagen desapareció y tras mirar algunos segundos la pared vacia dirigió su mirada hacia las paredes donde una docena de fotografías relataban su vida. En todas sus ropas eran femeninas, no importaba la edad, su vida había sido una completa mentira y lo sabía. Entorno los ojos con cariño hacia la foto donde su madre sonreía a su lado, no podía recriminarle nada, recibio todo su amor pese a su condición.
Durante un instante recordó hace ya cincuenta años cuando los últimos hombres embarcaban bajo la mirada de miles de mujeres, hacia la colonia lunar. Estuvo ahí, al pie de la multitud... ¿y si hubiera gritado entonces su condición?... Olvido el pensamiento con desagrado, hubiera sido tratado como un paria y sido víctima de abusos sin nombre.
Camino de nuevo al baño y observo su piel arrugada y flácida. Sin los implantes mamarios el traje le quedaba cómicamente descompensado. Poco a poco fue desnudándose, las prendas cayeron una a una al suelo, la ultima fue una larga tira de tela que enrollada en su pelvis escondía su sexo. Frente al espejo de cuerpo entero observo su cuerpo y en especial su sexo arrugado y apagado. Un acceso de tos le invadió durante en un inesperado instante mientras entraba en la bañera.
Un pensamiento atraveso su mente, cuando le fallaron las fuerzas y su cabeza golpeo la cerámica.
-Una mujer... habría querido nacer realmente mujer...-
Susurro mientras el último hombre fallecia sin ruido.
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