El anillo del universo para lelos.14...tercera división de excavadoras

El pelotón rodeó a los tres amigos. En verdad era el pelotón más raro que jamás hubieran visto, con la excepción de Pood, que una vez vio un pelotón de gallinas africanas en dirección al campo de batalla.

Los soldados iban vestidos con mono de obreros, y todos llevaban como arma un pico, un martillo neumático y diversos enseres de construcción. Eran una cuadrilla de obreros. Con casco y todo, pero de camuflaje.

-Identifíquense- Inquirió el que parecía el jefe

-Me llamo Tom Asco. Estos son Pood y Fred

-¿De donde venís?

-De distintos sitios

-Bien, habitantes de Distintos Sitios. ¿Sois azules o rojos?

-Yo soy azul- dijo que Pood, que claramente era azul- azul metalizado

Los soldados intercambiaron miradas

-¿Y ustedes?

-Eh...mmmm...¿Porqué?

-Porque si son rojos, tendremos que matarles

-¿Y si somos azules?

-Si son azules, no

-Ah...pues somo azules

-¿Seguro?

-Sí, bastante

-Está bien, acompáñenme

El pelotón les condujo por una serie de calles, algunas de ellas levantadas por obras que habían sido precintadas por el ejército y alrededor de las cuales había mujeres llorando

-¿Están ustedes de obras?- Preguntó Tom

-Eso no ha sido nada gracioso- Dijo el que parecía el jefe- de hecho me parece usted un poco gilipollas

-No me extraña- Dijo Pood que apartó los ojos ante la mirada de Tom

-Estamos en guerra con la otra mitad de la ciudad. Nosotros servimos a nuestro general, el General Azul. La otra mitad está controlada por el General Rojo. Los combates son cruentos y casi diarios. Nuestro efectivos se reducen considerablemente. Es un alivio que hayan llegado ustedes. ¡Sargento Gud!

-Sí, señor- contestó el más alto de los soldados

-Acompañe a los nuevos y dele uniformes. Hoy tenemos que levantar la cabeza de puente enemiga. Han hecho una zona ajardinada. Un duro golpe sin duda alguna.

-Espere, verá, creo que ha habido algun error...nosotros no queremos combatir

-Entonces son ustedes rojos

-No, no lo somos

-Pues cállese y póngase el uniforme

Tom y Fred se pusieron el uniforme que les había traído el Sargento Gud. Pood no se lo puso pues no tenían ninguno para cangrejos, pero se puso el casco de obrero encima del caparazón y quedó la mar de contento.

-Tengo hambre- informó Tom

-Me da igual- Dijo el teniente, al que, verdaderamente le daba igual.

Cuando cayó la noche avanzaron por el puente. Allí les esperaban unas excavadoras.

-¿ Y esto?- Preguntó Tom- ¿También forma parte del disfraz?

-¿Qué disfraz?

-El de obreros...

-No es un disfraz, imbécil. Son los uniformes. Aquella es la tercera división de excavadoras. La más veterana en combate

-¿Combate? ¿Combatís como obreros? ¿Y los fusiles?

-¿Qué fusiles?

-Para disparar

-Creo que no has entendido. No sé como serán las guerras en tu mundo, pero aquí luchamos de la siguiente manera. Cada General del ejército es un urbanista. Que se pasa las horas planeando el urbanismo de la ciudad enemiga. Cuando estos se distraen, les hacemos una obra. Las obras son muy molestas. A mi una vez me levantaron la calle donde vivo y me hicieron un aparcamiento. Se da cuenta, ¡Un aparcamiento! Es terrible...

-Si, claro. Cerca de mi casa hiceron uno, pero en vez de criticarlo lo que hago es utilizarlo para dejar mi coche

-Pues vaya tontería...

-Bueno, verás, si quieres te puedo...

-¡Calla!- Espetó el Teniente, y con un movimiento de brazo todos los soldados se agacharon. Fred y Tom hicieron lo mismo- Hemos llegado a la zona ajardinada. Estamos en territorio enemigo. Ahora calladito...

-Claro

-He dicho que callado, joder

Tom no dijo nada. El teniente se giró y señaló a dos sargentos. Después hizo un movimiento con el brazo en forma envolvente por el parque. Ellos susurraron algo a sus hombres, se levantaron y corrieron agachados por ambos lados de la calle que unía el puente con el parque. Al cabo de un momento, los diez hombres, llegaron allí e hicieron la señal de "Despejado". Entonces avanzaron las excavadoras y detrás el resto de los soldados. Fue duro, fue una batalla contra el tiempo y el terreno. Ni rastro de presencia enemiga. Una gran batalla. Al cabo de unas horas la zona ajardinada había sido levantada y una calle adyacente había sido cambiada de sentido. Eso, sin duda, merecería una medalla...