El miedo es una emoción que juega una función protectora tanto en los animales como en los humanos. Es una respuesta ante una señal de amenaza que hace que la persona sea capaz de disponerse a afrontar un peligro de la forma más adaptativa para ella.
La sensación de amenaza dispara una respuesta fisiológica de carácter institivo que trata de preservar al individuo frente a una situación de peligro. Para ello dispone de mecanismos de vigilancia que se activan para facilitar la superviviencia.
El instinto de conservación está vinculado a la emoción de miedo, porque ésta alerta de la existencia de un peligro para la supervivencia del organismo.
Por tanto el miedo es una emoción positiva que facilita la adaptación al medio en el que una persona se desenvuelve.
Sin embargo, en algunas personas esos mecanismos fisiológicos se disparan ante estímulos y situaciones que en principio no suponen ninguna amenaza, es decir, pasa a ser un comportamiento patológico, perdiendo su carácter adaptativo y pasando a ser un problema para quienes lo sufren... LAS FOBIAS.
Las fobias es un tema a parte, la fobia es un miedo intenso, desproporcionado y persistente antes situaciones, objetos o condicions que en un principio no tendrian que generar ese temor. La persona que tiene fobias, puede reconocer lo ilógico y absurdo de su comportamiento y no encuentra una explicación razonable, pero reconoce que no lo puede controlar. En este sentido la fobia es un miedo patológico. La importancia clínica de la fobia depende del grado de interferencia con la vida cotidiana, en que medida altera su vida.
El mecanismo del miedo se caracteriza por una serie de respuestas internas que van a dar como resultado el comportamiento del miedo: una vez que el organismo percibe sensorialmente una posible amenaza, se disparan una serie de respuestas internas en cadena. Así, la información llega directamente a la amígdala. Ésta entonces estimula al hipotálamo, que es el responsable de secretar una hormona que hace que la pituitaria secrete seguidamente la hormona adrenocorticotripina (ACTH) que, a su vez, hace que la glándula suprarrenal secrete cortisol. Una vez que el cortisol está en el torrente sanguíneo, el organismo se dispone a llevar a cabo su respuesta a la amenaza.
La amígdala ademas de informar al hipotálamo, tambien informa al cortex prefrontal que es la encargada de examinar la amenaza y decidir si efectivamente está ante una señal de peligro y qué tipo de respuesta llevar a cabo.
Las primeras respuestas qaue genera el organismo son muy conocias, y algunas inmediatas (taquicardia, hiperventilación, rigidez muscular, sudoración...) y otras aparecerán como consecuencia de mantenerse la respuesta de miedo por un tiempo (sensación de ahogo, asfixia, mareos, vómitos, entumecimiento, hormigueos.....
Solo decir, que el sistema nervioso simpático, responsable de estas acciones, actúa en sentido de todo o nada. por ello, una vez que se liberan la ACTH y el cortisol se producen una serie de respuestas que tienen por finalidad preparar al organismo.
Resumiendo... las reacciones corporales del miedo tienen una finalidad protectora y adaptativa, sin embargo poseen efectos que las hacen incómodas y desagradables, pudiendo llegar a ser insoportables para algunas personas.
PD: perdón por el tocho!