Aquí les dejo un cuento sobre vampiros, espero que les guste. Me encantaría leer sus críticas sobre el texto y el estilo. Si tiene apoyo, podría escribir más historias con estos personajes u otros pero con la misma temática.
Nos estamos posteando
El niño vampiroEl niño salió corriendo. Había visto a su padre matar a su madre y lo había visto succionar cada gota de sangre de la mujer. Era un vampiro, el pequeño estaba seguro de ello.
Dentro de la casa de Stephen —así se llamaba el niño—, el padre, Giampaolo, terminó de saciar su sed. Sentía, en aquel momento, que su cuerpo no era más su cuerpo, que su mente volaba por entre nubes grises, cargadas de una tormenta que aún no había comenzado, pero que muy pronto caería sobre un terreno árido.
Pensó rápido. Con una agilidad que no sabía que tenía hasta ese momento fue hasta el cobertizo en donde guardaba sus herramientas de jardinería, ya que se dedicaba a eso. Cogió una pala y un pico y fue hasta el jardín de atrás.
El aroma de las rosas, de las margaritas, de los jazmines entraron sin permiso por entre las aletas de su nariz; estaba extasiado, jamás imaginó una mezcla de aromas tan dulces, y eso que por quince años había trabajado en los parques más bellos de la ciudad.
Una llovizna tierna comenzó a caer en ese instante y Giampaolo sintió, esa vez, como las gotas que caían sobre su cuerpo robusto se transformaban en su mente y en sus sentidos, en pequeñas plumas transparentes que acariciaban cada partícula de su piel.
Después, Giampaolo comenzó hacer un agujero en el piso. Tenía que deshacerse del cadáver de su esposa. «Pobrecilla», dijo el hombre, pero para su sorpresa no sintió remordimiento. Soy un depredador y los demás, mis vecinos, mi familia, mis amigos son sólo comida, reflexionó Giampaolo sonriendo y una gota de sangre cayó sobre la tierra húmeda. Comenzó a tener una erección.
Cuando cruzó el umbral de la puerta de entrada, empezó a oír voces dentro de su cabeza que lo llamaban, lo alentaban y si, también lo estimulaban.
Para su suerte, su esposa, Jayne, había caído muerta sobre la alfombra de la sala, lo que facilitó el transporte del cuerpo. Jamás comprendió porque a los esqueletos de los muertos se los llamaba «cuerpo» y no «persona» o «individuo», o por su nombre de pila: «El niño que fue secuestrado la semana pasada fue hallado muerto cerca de la crecida del río. El individuo fue trasladado a la morgue para practicarle la autopsia…». Pero ahora lo entendía todo y lo sabía todo; conocimientos ancestrales lo invadían, imágenes y sonidos habían perforado cada célula de sus neuronas como agujas trayendo consigo todo lo que otros vampiros conocían.
Antes de entrar a la casa había hecho un pozo profundo, por lo que sólo tendría que dejar el cuerpo de Jayne y taparla con la tierra que amontonó a un costado. Pensaba luego, y de noche —ahora tendría que salir de noche solamente—, edificar una fuente sobre ese lugar.
***El niño, Stephen, corrió lo más rápido que pudo llegando hasta la plaza principal de la ciudad que quedaba a varios kilómetros de distancia.
Sentados en los bancos de la plaza, de forma ovalada, Stephen vio a dos jóvenes, una muchacha y un muchacho besarse apasionadamente.
Stephen se había escondido detrás de un roble centenario, y desde allí vio al joven cuando acariciaba los pechos de la joven instantes después de que ésta se sacara la blusa y el sujetador. En ese momento, Stephen se olvidó de su madre y de su padre, el vampiro, y se concentró en los amantes: El muchacho se había bajado la cremallera de sus jeans y la joven comenzó a descender sobre la pelvis de su novio.
Stephen estaba excitado; no tanto por los senos de la joven sino por el cuello de ésta. Cada palpitar que la yugular de la muchacha, producía en Stepehn una sed insoportable, una sed inhumana.
Sin pensarlo, por instinto, trepó al roble como si fuera un gato y desde allí, saltó a la espalda de la joven. En el momento en que clavaba sus colmillos en la piel blanca de la muchacha sintió una explosión de placer que a su corta edad jamás había experimentado.
Era como su padre, era un vampiro.
Continuará…