Corazón de Volcán.-

CORAZÓN DE VOLCÁN

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Corazón de volcán perdido en un mar de amargas dudas, llantos oscuros que nunca nadie imaginó, pena escondida en lo mas recóndito de mi ser, ingenuas promesas de eternos amores perdidas en la niebla, pesadillas que oprimen con saña mi pecho, abrazos incrustados en mi piel que jamás se olvidan, recuerdos de mi dolorosa infancia que humedecen mis pupilas, corazón de potro desbocado cuyo cuerpo fue destino de ojos ávidos de belleza.

Ocultas penas que jamás podrán blanquearse, crueles ángeles que te exigen peajes de amor, pasiones ocultas por la densa bruma, carne lacerada, huesos dañados … Atrás quedaron las flores trenzadas con cariñosas manos de tierna madre, dolores del alma que ni otros dulces y cariñosos besos consiguen sanar, edenes remotos que se alejan por el difuso horizonte.

Repentinos ocasos que me producen profundos sentimientos de culpa, sensaciones de fracaso que me acompañan toda mi atormentada vida, temores que por mucho que corro siempre me alcanzan, tiernas lágrimas de dolor y pasión reprimida, sábanas y mejillas rosadas aletargadas en mares de triste añoranza, besos perdidos que buscan las mejillas de mi amor secreto.

Dolorosas heridas enmascaradas con noches de amor de alcohol y lujuria, secretos de amor que me llevaré a la tumba, paraísos de amor y deseo conviviendo con la miseria, besos de labios angelicales que nunca sabré si fueron sueños o realidad, incontrolables rubores de adolescente enamorado, lacrimógenas despedidas cuyo destino fue el olvido.

Pensamientos de dudas en la penumbra del cruel infierno, tal vez fue el orgullo el maldito culpable de la injusticias que antaño cometí, atravieso dulcemente el umbral de los reproches, mariposas me acarician mientras sacio mi sed con las fuentes de mi infancia, suspiros por cantos infantiles que me producen lágrimas evocando el ayer, penas que no conocen la luz.

Injustificados sentimientos de culpas ya preescritas, miradas de reproche que se clavan en mis carnes como puñales, sutiles cancioncillas con tiernos recuerdos de lisonjas de tierna madre, irreverentes y desafinados cantos infantiles entre sombras de subyugantes y melancólicas madrugadas, por desgracia sólo son sueños de juventud que ya me dejaron para siempre.



TORI.
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