¿Viste morir la
niebla en el horizonte?
Yo estaba allí,
compartiendo
su vaporosa
textura,
fuente medicinal
que alivia
mis días de
hastío.
El cielo me guiñó
un ojo
y la aurora
exhibió
su sonrisa
anaranjada.
Añoro la niebla,
añoro los días
en que me acompaña
en la carretera
y me muestra
sólo lo que ella
quiere enseñar
(es misteriosa)
La noche se torna
cálida y maravillosa,
y al llegar
a casa
me sumerjo en
el mar de su
quietud,
suave,
tiernamente
tejida.
miércoles 29 de mayo de 2002