Esto necesita un profundo análisis socioeconómico y no unos escasos esbozos de preferencias políticas. En general las comunidades con representaciones serias de partidos independentistas son comunidades poderosas en su estatus económico (Cataluña, Navarra, País Vasco) sin embargo regiones como Galicia puede que no pudiesen subsistir partiendo de una autogestión económica.
En cualquier caso la independencia no es sinónimo de autarquía, sino de autoregulación en todos los aspectos y de posibilidad de ajustar las relaciones económicas y políticas para explotar al máximo los potenciales económicos y en ciertos aspectos culturales de cada región.
De todos modos, todo esto es siniestramente ambiguo y es muy complejo llegar a conclusiones concretas de una forma coherente e informada.