Típica estupidez española.
Supongo que a ninguno de los descerebrados con demasiado tiempo libre que protagonizan esta gilipollez se le ha ocurrido pensar que los empleados de la Oficina pueden estar preocupados por el futuro de sus empleos y que no son culpables de las decisiones de Rodrigo Rato.
Me gustaría saber qué cara pondrían ellos si cuando se queden/quedaron en el paro un grupo de tarados hubieron ido a celebrarlo a la puerta de sus antiguos empleos con matasuegras y confeti.
Porque evidentemente, muchos empleados de Bankia van a terminar perdiendo su puesto de trabajo.
Pero en este país de envidiosos y mezquinos, que los demás pierdan sus empleos ó vean recortados sus sueldos, como ocurrió con los funcionarios, es motivo de fiesta.
En lugar de arreglar mis problemas, me alegro por los problemas de los demás.