El horizonte se torna
y nos traspasa de repente
cual cámara cinematográfica.
-Está todo negro.-
dice ella.
Pensaba que había algo…
al otro lado.
(Pienso, tranquilo).
El cielo se hunde,
se entierra en la hierba,
sale humo del campo,
-¡Son nubes!.-
dice ella.
La hierba se eleva
nos traspasa el suelo
el cielo esta ahí,
regresa el horizonte.
-¡Ya!-
dice ella.
Y vuelve a besarme.
Todo se mueve,
menos nosotros.
Seguimos abrazados,
a pesar de todo.
Porque tú eres azúcar y yo café,
en un nómada recipiente...
Somos el centro gravitacional.
Corazones imantados mutuamente.
Síntesis, conexión, tocamos fondo.
Una cadena de dos eslabones.
...Y el calor del amor,
calentando recipientes.