Bueno pues a ver si alguien me puede dar una explicación ya que me estoy mareando bastante con este tema.
Este fin de semana aproveche para reinstalar y actualizarme a Windows 10 (Original con su clave) pues bien hago una instalación limpia formateando el ssd para que no hubiese rastro del Windows 8.1 anterior, Cual es mi sorpresa que al cambiar al nuevo sistema operativo he notado que el rendimiento es malisimo, tanto es así que sufro de micro parones en el escritorio, hay veces que me tarda mucho en reiniciar o incluso al abrir algún programa que haya instalado véase el Scandisk o el AllSuite 3 se me queda como la pantalla que intenta abrir y tardo mucho. Aparte también cuando cambio la resolución y meto los drivers de Nvidia me salen las letras borrosas (Vamos un desastre).
He probado a volver a instalar el Windows y sigo en la misma tesitura, pensé que podía ser el SSD que ya tiene unos años, pero le he pasado el Scandisk, un lector de velocidades y un programa de ver los sectores y me da todo resultados dentro de lo normal... Aun así decidí ayer reinstalar el sistema en mi otro SSD a ver si también pasaba y nada sigue igual... Ya no se por donde puede ir el tema. El caso es que vengo de Windows 8.1 y todo a la perfección.
Mi equipo es un:
I7 5820K
16 Gb RAM DDR4 3000 mhz
Placa Base Asus Sabertooth X99
Sli EVGA 970 FTW
Fuente AeroCool Strike X 1100 W
A ver si alguien me puede orientar que estoy haciendo mal...