Análisis: Conflict: Vietnam

Conflict: Vietnam
Por JPL



ImagenNombre: Conflict: Vietnam
Desarrolla: Pivotal Games
Publica: SCi
Plataforma: PlayStation 2 (versión comentada), Xbox y PC
Genero: Acción en tercera persona
Textos: Español
Voces: Español
Calidad de la versión PAL: Imagen Selector de Hz



PUNTUACIÓN: 7

Dentro:
  • Variedad de situaciones
  • Control de múltiples personajes
  • Excelente ambientación
  • Modo cooperativo
Fuera:
  • Escasa rejugabilidad
  • Escenarios indestructibles
  • Linealidad




ANÁLISIS:

Funciona. Más o menos. Y me refiero al control de múltiples personajes mediante un completo sistema de comandos.
Pero sigamos un cierto orden.
Conflict Vietnam es la nueva entrega de la serie desarrollada por Pivotal Games y distribuida por SCi, que en esta ocasión se aleja de Oriente Medio para trasladar la acción a la guerra de Vietnam; otro juego ambientado en Vietnam -en menos de un mes hemos visto publicados al menos tres juegos que utilizan como escenario el susodicho conflicto-.
En principio la guerra de Vietnam debería levantar menos ampollas que la Tormenta del Desierto (no es lo mismo hacer un juego sobre unos sucesos que han tenido lugar hace casi 40 años que sobre otros mucho más recientes y que todos pudimos ver desde la comodidad de nuestro sofá), pero no es éste lugar para comentar lo oportuno (o inoportuno) de hacer un juego basado en una guerra real, con muertos reales y que probablemente representan a los abuelos o los padres de alguno de los que lo juegan. O tal vez alguno de los auténticos protagonistas tenga oportunidad de recrear lo sufrido.
En nuestro caso, controlamos a 4 combatientes (médico novato, 2 tipos duros genéricos y un francotirador) en primera o tercera persona según nos convenga o guste, que, por circunstancias, durante la ofensiva del Tet quedan separados de su división y a lo largo de 14 misiones, enlazadas entre sí mediante escenas de vídeo prerrenderizado harán casi de todo para reunirse con ella. Ya me cargué el final del juego, lo siento. ¿O no?

La base del juego reside en el control que podemos ejercer sobre cada uno de los miembros del equipo. Durante el tutorial tomaremos el control de Doc, el médico del equipo, y se nos irá introduciendo en las sutilezas del control del personaje, armamento y más importante, las órdenes de equipo. Éstas nos permiten agrupar al equipo, ordenar un alto al fuego / fuego a discreción, cuerpo tierra... y también dar instrucciones individualizadas (desplazarse a una zona y cubrirla, proteger a un personaje, curar a un miembro herido, recoger un objeto). Una vez superado el tutorial, podremos tomar el control de cualquiera de los protagonistas, teniendo todos ellos las mismas capacidades de comando. Sencillamente: todos pueden ser jefes.
Y luego viene Vietnam y la guerra.

De entrada el caos es total: en la jungla no ves a los enemigos, te limitas a seguir el rastro que dejan las balas para así localizar a los amarillos, putos vietcongs o demás nomenclaturas que nuestro equipo utiliza (el redactor hecha de menos un mayor uso del término charlie). Más sobre la ambientación en unos párrafos. Afortunadamente, los compañeros controlados por la consola ven mejor que tú y darán buena cuenta de los enemigos. Incluso el autoapuntado lo hace mejor que uno: mueve el cursor y espera que se fije en un elemento desechable (nota: un malo). Prescindiremos del autoapuntado de la tercera persona en contadas ocasiones: esos certeros tiros en la cabeza con los que el francotirador dará buena cuenta de los vigilantes, armamento pesado que utilizamos para hacer unos barridos en zonas especialmente concurridas... El redactor / crítico no hacía más que debatirse entre si esa dependencia del autoapuntado era debida a su inutilidad o al viejo y querido pero limitado Dual Shock2 en cuanto a juegos en primera persona.

Y avanzas en la selva, en ambientes rurales, urbanos, túneles, templos. Utilizas armamento propio del ejército estadounidense y el soviético que recoges de los vietnamitas. Vives escenas que parecen tomadas directamente de esas películas que todos conocemos (lanchas en ríos, campos de prisioneros...). Las misiones son variadas y la gente de Pivotal Games realmente ha intentado introducir elementos de distintos géneros, desde el mata-mata sin tregua a juegos de disparos sobre raíles (¿Panzer Dragoon Orta en un helicóptero destruyendo lanzaderas de misiles?)... con momentos como el ¡fump! del mortero cuando te entretienes jugando al bombardeo del enemigo. Incluso invitan al jugador a tomar una ruta no de sigilo sino de cautela a la hora de afrontar alguna misión. El juego no permite sutilezas propias de Snake o Sam Fisher, pero sin duda se agradece ese toque que recuerda a esos juegos, incluso al patrio Commandos, haciendo que pases unos minutos estudiando pautas de patrullas para poder hacer blanco sin ser visto. Al principio cuesta adaptarse a una nueva forma de jugar después de haber estado matando a troche y moche, por ejemplo.
Aparece el ya casi obligatorio vehículo con arma montada. No es un Warthog, pero tampoco lo pretenden. Puede parecer gratuito, cuesta manejarlos y nada más montarte en uno; los enemigos se encariñan con él y lo hacen pedazos; te planteas para qué lo han incluido. Pero si te molestas en aprender a conducirlos, les sacarás rendimiento (lo que no quita que resulte risible comprobar como una tanqueta resbala, sí, resbala por una pendiente, como si fuera una pelota).

El juego es bastante lineal y se desarrolla en ambientes cerrados, algo de esperar, pero no deja de romper la sensación de inmersión el hecho de no poder subir un mínimo desnivel para acceder hasta un nido de ametralladoras, o esas escaleras que carecen del primer escalón y te dejan viendo el piso superior ¿Cómo subieron los vietnamitas? ¿y cómo bajaron?
Siguiendo con la linealidad de las misiones, hay 2 niveles que no es que sean lineales, es que van sobre raíles. A lo largo de las misiones aparecerán nuevos objetivos que deberemos cumplir para poder finalizarlas, y objetivos secundarios que de llevarlos a cabo nos reportarán puntos de experiencia que nos permiten mejorar las habilidades de nuestros personajes. Un ligero toque de JdR, pero tan escasas sus pretensiones que su efecto queda del todo diluido cuando, al acabar cada pantalla, comprobamos como la cantidad de puntos de experiencia es lo suficientemente grande como para hacer de nuestros soldados expertos en múltiples disciplinas de disparo y, en definitiva, no cambia el curso general del juego.
Lo lineal del juego y lo confinado de los espacios hace que el juego no tenga muchas papeletas para que lo juegues una y otra vez. Salvo que tengas un amig@ y puedas dedicarte a sembrar el caos entre los vietnamitas en compañía y a pantalla partida, controlando cada uno a dos soldados.
En cuanto al resto, el único inconveniente es que casi todo se basa en situaciones disparadas por nuestras acciones: llega al punto A y serás atacado por 2 enemigos por el flanco derecho y 3 por detrás. Siempre. Y esto provoca cierto malestar, sobre todo cuando tenemos en cuenta que sólo disponemos de 2 posibilidades para guardar nuestros progresos y en ocasiones nos sentimos como el personaje de Bill Murray en Atrapado en el tiempo: 1, 2, 3 enemigo a la derecha , 4, 5, 6 francotirador en la copa del árbol, 7, 8, 9 el tanque me mata otra vez. Pero no es TAN preocupante: conocer el futuro nos permite jugar con las posibilidades que ofrece el control de todos los miembros del equipo.
Lo que realmente resulta desesperante en ocasiones es la detección de colisiones: erguidos no tendremos ningún problema para ir allí dónde queramos. Ahora bien, la cosa se complicará bastante si queremos tomar una buena posición de disparo estando tumbados. Esperad un poco de baile "gracioso" hasta conseguirla.

Vuelvo al principio de este artículo: el control de nuestro equipo mediante comandos funciona más o menos. Más: en todas las situaciones que van de calma total a tensas pero no fuera de control pues tendremos tiempo de ordenar a nuestros subordinados tomar posiciones, curar un compañero... Menos: cuando reina el caos; si nos vemos rodeados y ampliamente superados en número intentar cualquier cosa que no sea un cuerpo a tierra (presionando dos botones simultáneamente) está condenado al fracaso.
Podría concluir que si uno afronta cada misión de la forma correcta son más numerosos los más que los menos.

La ambientación está bien conseguida, tanto en el apartado técnico como en la dirección artística. En cuanto al nivel gráfico el juego es correcto, nada llama la atención demasiado ni positiva ni negativamente. Salvo las texturas: detalladas, variadas y de gran calidad -sin pixelotes horrorosos cuando con el rifle de francotirador apuntas a una pared que está a cuatro metros-. ¿Sonido? Cuenta con DPLII y unas cuantas canciones de la época licenciadas que logran la ambientación perfecta para zonas como los campamentos americanos y los viajes en barco. Los efectos de sonido también se aprecian trabajados -me encontré abusando de un arma en particular porque el tup, tup, tup que hacía me tenía enganchado. Y lo mejor de todo, el doblaje. Sin medias tintas, repleto de insultos y palabras de esas feas. Es la guerra, y no deberíamos esperar a nuestro francotirador diciendo al vietcong de turno "Disculpe, ¿tiene hora?" antes de descerrajarle un tiro entre ceja y ceja. El juego se gana por múltiples méritos el distintivo de 16+ que lleva en su portada.

Resumiendo, Conflict Vietnam es un juego correcto, que ofrece algunos momentos que recordarás pasado el tiempo y que debido a lo lineal de su desarrollo no pasará a la historia. Lo que hace lo hace bien, pero tampoco intenta nada nuevo. Ahora bien, como muchas cosas en la vida, en compañía gana. Medio punto cuando menos, ya que a poco inteligente que sea tu partenaire, será más avispado que tu consola.

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