Aquel instante hermoso
en el que empieza a amanecer
cuando el sol aun no corona
el horizonte con su haber
En ese momento, entre la bruma
el señor del bosque se retira
y duerme en la recóndita espesura
donde nadie penetra,
donde nadie le mira
cuando la niebla se levanta
entre el follaje, buscando las copas
deja el rocio como lagrimas
en el enves de sus hojas.
y sueña el rayado en su lecho
con las manadas en la vereda del rio
mientras las observa al acecho
vé los cielos teñidos
de rosados flamencos.
El sol ya calienta
de la mañana enbravecido
reflejando mil colores
en sus ojos dormidos
Y los simios saltando
de los frutos de la selva en pos
colgados como aquellos
de las ramas en derredor
al pie de un abismo.
Y el rayado de cansancio jadea
de su noche de caza reposando
cuando penetró en la aldea
donde viven los humanos
Descansa el rayado
aun poderoso y libre
pero la selva retumba
de un funesto grito...
al tigre! al tigre!