Acróbata

El amor es una cuerda floja, hace tiempo que me di cuenta que nos tiramos toda nuestra vida intentando subir a ella, como acróbatas amantes del riesgo.

Durante un tiempo andamos con seguridad sobre la cuerda, todo nos parece bonito, y seguro, y si alguna vez estamos a punto de caer, hay una red de protección que nos ayudará y podremos volver a seguir recorriendo la cuerda.

Luego llega una época en que no te sientes ni tan seguro ni tan bien en la cuerda floja, todo parece más complicado, tus pies tiemblan, la cuerda se hace si cabe más estrecha, y empiezas a pensar qué es lo que pasa.

Durante toda mi vida he visto desde fuera a mucha gente mantenerse en la cuerda, aferrarse a ella, y no lo comprendía. Hasta ahora.

Mi cuerda se hacía cada vez más estrecha, casi caí y horrorizado, vi que la red de protección había desaparecido. Me aferré fuertemente a ella, mis manos empezaron a sangrar del esfuerzo, mis miembros se entumecieron, hasta que no pude aguantar más.... caí, caí y caí hasta que choqué con un suelo de granito, sangrando, di unos últimos espasmos hasta que todo ennegreció.

Y ahí, muerto ya, yace mi amor, yacen inertes mis sentimientos.... en el suelo, destrozado, se encuentra mi corazón.