Comencé a mirar por la ventana. Pero aún no podía explicar lo que pasó. Me quedé sin habla.Sin sentido. Era un caballo desbocado, mejor dicho un corazón desbocado. Continué así unos cuantos meses en los que los días parecían de fuego y las noches de interminable luz oscura. La luz de un flexo sobre un pupitre baldío excepto por un pequeño cuaderno y un bolígrafo negro.Era el caldo de culitvo de una locura que se forjaba en mí como se forjan las espadas. Una locura que sigue conmigo. Una locura fluctuante, oscura, forjada con un recuerdo que permance conmigo y no se va. Es como un fantasma que me persigue y aparece cuando menos me lo espero.
Ayer sus facciones volvieron a ser claras en el espejo de mi mente. Sus labios tan rojos. Sus ojos.Su pelo negro.Mi corazón volvió por un momento a esa locura. Y me acordé de esas noches de luz oscura en el que mi corazón yacía apagado y sin sangre por la que latir.
Y aún te recuerdo. Y espero que algún día me vuelva a invadir esa locura, ya que significará que has vuelto, que no eres un recuerdo que me azota.
mis palabras son las que se las lleva el viento, las tuyas están grabadas en mi corazon.