Z_Type escribió:Para Zibergatze:
Podrias decirme de donde has sacado la foto del tio del collarin?
Te lo digo porque me parece curioso que tenga toda la cara roja y justo la parte de la boca, blanca y el labio sin tenerlo partido, ni siquiera un minimo corte. Espero no te sienta mal, pero (me) parece un poco montaje. La parte de la nariz, la boca y la barbilla, no solo tienen la misma proporcion que en la foto de al lado, sino que tambien el mismo juego de sombra y la misma expresion. Hay algun sitio "oficial" donde salga la foto y articulo o informe del forense?
esas fotos las saco un forense en la carcel... si mi memoria no falla... fueron tras 4 o 5 dias de incomunicacion.... y creo que tengo parte del texto que redacto el forense...
edito.... tengo lo que saco Gara tras el informe del forense... si tengo tiempo te busco luego el informe... pero el tema debio ser que le pegaron durante horas golpes secos con algo aclochado (en teoria para no dejar marcas....) y se pasaron de la ralla...
si quieres mas datos oficiales... supongo que en 5-10 años saldra el juicio....
con lo de Puma.... lamento lo de tu amigo... aqui ha pasado bastantes veces.... que paga el inocente.... y cosa curiosa... si te pegan entre 5 antidisturbios una paliza... debes saber quien te pego (numero de agente) para denunciarles por lo penal... creo que solo puedes sacar indemnizacion del estado por lo civil....
vamos que ellos no se investigan entre ellos para saber quien te ha metido de ostias....
El forense que atendió a Romano en prisión apunta a «múltiples y repetidos golpes»
El médico forense que atendió a Unai Romano en la prisión de Soto del Real durante casi cuatro meses establece que «la causa del traumatismo craneo-encefálico pudieran ser múltiples golpes, repetidos e insistentes». Descarta, además, la teoría policial de la autoagresión. Su informe pericial consta en las diligencias judiciales que se siguen por la denuncia de torturas que presentó Unai Romano, a las que ha tenido acceso GARA. Otros informes menos detallados apuntan a que «una o varias contusiones intensas» fueron la causa del edema facial, aunque no aclaran cuál fue la razón. El forense que atendió a Romano en prisión apunta a «múltiples y repetidos golpes»
Los informes de los médicos forenses que visitaron a Unai Romano en lugares y momentos diferentes coinciden en subrayar la violencia que evidencian sus lesiones. No obstante, ninguno establece la causa del edema facial que presentaba, y que causó un gran impacto en la sociedad vasca al hacerse pública la foto de su rostro al entrar en prisión tras el paso por comisaría. El único que emite una valoración médica sobre el posible origen de las lesiones del joven gasteiztarra, detenido por la Guardia Civil el 6 de setiembre de 2001, es el forense que le atendió en prisión durante casi cuatro meses.
En su opinión, el mecanismo de producción del traumatismo craneo-encefálico que presentaba Romano «pudieran ser múltiples golpes, repetidos, insistentes, sobre ambas regiones parietales y occipital superior».
El informe añade que «es más pausible pensar en múltiples golpes repetidos que en uno solo (...) Estos golpes repetidos han podido realizarse con un objeto contundente muy almohadillado, puesto que no han ocasionado ninguna herida abierta en cuero cabelludo».
En el testimonio de su detención, Unai Romano detalló que había sido golpeado en la cabeza con «unos palos forrados en espuma o cinta-aislante, no lo sé exactamente», lo que concuerda plenamente con la hipótesis del forense.
Junto a ello, este médico descarta la teoría de la autoagresión, a la que intenta aludir la versión oficial, porque «ello hubiera supuesto que el lesionado se lo hubiera producido gol- peándose continuamente con una pared o sobre el suelo, siempre en la misma zona, lo que hubiese ocasionado gran sufrimiento y dolor». Concluye que «el origen de las lesiones puede deberse a agresión por terceras personas».
Otros estudios inciden en que «la acción tuvo que ser muy violenta e intensa», pero son más ambiguos. Así, apuntan a que «uno o varios golpes fuertes» provocaron el edema facial. Algunos facultativos comparan las lesiones de Romano con las que se producen después de «un golpe muy fuerte» en un accidente de tráfico.
Frente a estas consideraciones médicas, uno de los agentes de la Guardia Civil que realizó labores de enlace declaró, dentro de las diligencias judiciales que se siguen por este caso, que por la mirilla de la celda vio a Romano dándose dos golpes con la cabeza contra un lateral de la pared.
Según su declaración, interpretó que «los golpes consistían en una llamada de atención», y aseguró que, después de los «cabezazos», le miró la cara, sobre todo la frente, y «no le vi nada».
En relación a la lesión en la región occipital superior (zona de la coronilla), las primeras referencias hechas por Romano aparecen en los informes de los forenses que lo atendieron en dependencias policiales y en prisión. En ellos se recoge que «tenía sensación de quemazón en cuero cabelludo». Además, en al menos dos ocasiones le pusieron hielo en la cabeza mientras estuvo arrestado.
La forense que lo reconoció en el cuartel y ordenó su traslado a un centro sanitario manifestó que «ésa fue la primera vez» que veía unas lesiones como las de Romano. En la misma línea, otro médico forense adscrito a la Audiencia Nacional española declaró que era «la primera vez que atendía a un detenido con esos cambios cromáticos» y que «nunca» había visto «una contusión con hemorragia y emigración sanguínea como la que presentaba Unai Romano en una persona viva».
En este sentido, uno de los facultativos que lo examinó en el hospital adonde fue trasladado durante la incomunicación indicó también que, en su dilatada experiencia profesional, no había visto «una lesión como ésta, difusa y continua».
El alta médica, 127 días después
El 8 de setiembre de 2001, Unai Romano ingresó en la enfermería de la prisión de Soto del Real en régimen de incomunicación. Diez días después fue trasladado a un módulo normal. No obstante, el alta médica no la obtuvo hasta el 11 de enero de 2002, es decir, 127 días después de necesitar la primera asistencia médica.
En octubre de 2001 ya expuso la conveniencia de que le realizaran una revisión cardiológica y una exploración neurológica para valorar posibles secuelas. Insistió «en la necesidad de hacer las pruebas diagnosticadas solicitadas con la mayor prontitud posible».
En el informe correspondiente a la última visita, fechado el 11 de enero de 2002, se señala que «se encuentra curado de las lesiones sufridas» y que precisa la realización «a la mayor rapidez posible» de los informes de neurología, cardiología, urología y cirugía. Durante esos meses, casi cuatro, las consultas médicas se realizaron semanalmente.
El 13 de setiembre de 2001, Romano ya solicitó que le hicieran fotos de la cara, ojos, cabeza y cuello, así como diversas pruebas médicas.