Diskover escribió:
Je, sabia que algun dia alguien me hecharia en cara esto.
Veras, no lo veo digamos... "emocionante" meterme en un hilo que hable sobre huelgas o inmigracion, etc... por que estoy ya hasta los huevos de hablar de estas cosas, donde el reusltado es que unos estamos a favor de hacer huelgas y otros se quejan de que las haya, o de que unos no veamos tan mal la inmigracion y otros la consideren una invasion.
Sobre la otra cuestion: ¿Que es un pueblo? ¿Quien dice "esto es un pueblo"? ¿Quien tiene la legitimidad para decir "estos son diferentes a estos otros por tanto son un pueblo"? Recaemos en la trampa una y otra vez de no ver que la cuestion de pueblo, raza, nacion, etc... son conceptos conservadores que se crearon a golpe de garrote y se impusieron en la antigüedad sobre millones de personas cuya mayor preocupacion era saber donde habria comida al dia siguiente.
En el fondo yo creo que no estas tan en desacuerdo conmigo, pero supongo que no puedes estarlo tanto por que aun sabiendo que puedo tener razon eso chocaria con tus ideales nacionalistas, algo por lo que llevas luchando durante mucho tiempo y ha estas alturas no estas dispuesto tirar por la borda.
Entonces, según tú los vascos no existen, porque como no hay nadie facultado para decir lo que es un pueblo, resulta que es una ficción. Qué cosas oye. Lo de la raza a día de hoy es una soberana estupidez, todos sabemos que somos mestizos en mayor o menor grado, así que no voy ni a comentarlo, desde luego, no seré yo quien defienda posiciones racistas. En el tema de las naciones, lo he dicho ya muchas veces, los estados modernos actuales surgen a partir de avatares históricos total y absolutamente circunstanciales (hoy fulanito y menganita se casan y aumentan sus reinos, mañana a alguien se le ocurre cogerle "prestadas" un par de provincias a su vecino y se lleva unos amigotes con lanza y a caballo con él para convencerle. O, como en el caso de América, simplemente los EEUU compran por cuatro duros Alaska a los rusos o los holandeses Manhattan a los indios por cuatro collares de bisutería). Si a día de hoy se mantienen los estados es por conveniencias principalmente económicas (sin fronteras no existirían aranceles, ni políticas proteccionistas, ni divisas por turismo, etc.) y, en segundo lugar, políticas.
Ahora bien, que yo no esté de acuerdo con la existencia de estados no quiere decir esté agusto en el que me encuentro ni que deba conformarme. Como ya dije en alguna otra ocasión, me importaría tres cojones ser español o rumano si pudiera ser simplemente yo, cosa que a día de hoy resulta totalmente imposible, y no soy tan tonto como para creer que es por el malvadísimo estado opresor español (que también), sino principalmente por los propios políticos vascos que nos gobiernan, empezando por ese señor tan simpático y que me cae tan bien como es el presidente de todos los navarros, Miguel Sanz. ¿Quieres saber hasta qué punto influye la política en la vida de cada uno? Tú pareces creer que independientemente de quién se siente en el sillón, vamos a estar todos igual de bien o de mal, pero eso no es así, se puede estar decentemente, mal, o muy mal, y el tipejo que ocupe ciertos cargos va a influir, y de qué manera, en toda tu vida, y te pongo un ejemplo muy claro y muy sencillo, aplicado a mi comunidad (y no porque sea egocéntrico ni nada de eso, sino porque es lo que conozco y de lo que puedo hablar con conocimiento de causa.)
El gobierno de UPN-PP (que son los que llevan cortando el bacalao por aquí toda la vida, incluso con el franquismo, porque sí, oh sorpresa, son los mismos) diseñó el año pasado un documento que denominaron "plan estratégico de Navarra". En él está planificado todo el desarrollo (o no) económico y social de Navarra para los próximos 25 años (que se dice pronto). Ahí se detalla con toda meticulosidad dónde se van a fomentar las industrias, dónde van a implantar nuevos polígonos, qué vías de comunicación se potenciarán y dónde -y hacia dónde- se dirigirán. A qué se va a dedicar la población de cada zona (estos al turismo rural, estos a la industria fabril, los otros al paro). Es decir, conscientemente están potenciando económicamente unas zonas (curiosamente donde ellos sacan más votos), dejando que otras caigan en el ostracismo y el abandono más absolutos (adivina dónde... en efecto, donde UPN-PP apenas saca votos, o directamente ni existen).
¿Que qué tiene eso de raro o en qué influye al tejido social? Pues lo explico rápidamente: el sur de navarra es mayoritariamente españolista, tiene una agricultura muy potente, pero adolece de un débil tejido industrial. El centro, donde está la capital, es donde se concentran casi todas las industrias y servicios de la provincia. Es un lugar totalmente hetereogéneo con gran mezcla de ideologías (para que te hagas una idea, en las últimas elecciones municipales de Pamplona donde dejaron participar a
todos los partidos políticos, UPN-PP fue primero seguido de cerca por Euskal Herritarrok, que quedó segundo en votos). El norte de Navarra apenas tiene industria, su orografía y la pobreza del suelo impide que puedan haber cultivos, sus habitantes sobreviven a duras penas de la ganadería y la explotación forestal. Aquí UPN-PP (y PSOE) apenas tienen representación, son una minoría nada relevante y no se comen un colín.
Bien, en el caso del sur, el plan estratégico prevee la creación de varios polígonos industriales y la atracción de inversiones extranjeras en la zona, con lo cual en cierto modo se garantiza la pervivencia de trabajo y, por tanto, una estabilidad a la población de ese lugar, que no tendrá necesidad de emigrar. Esto irá unido a la construcción de una autovía y una nueva red ferroviaria que comunicará esta zona con Aragón y La Rioja. (nada que objetar a esto)
En la zona centro, se tiene previsto mantener las industrias que hay a día de hoy. No hay intención de realizar ningún tipo de actuación especial fuera de eso.
En la zona norte, la zona más vasquista y "casualmente" la más deprimida económicamente, el plan es diferente. Aquí se pretende potenciar el turismo rural. Por supuesto, no piensan hacer nuevas carreteras ni redes ferroviarias, porque desde allí sólo pueden ir o al País Vasco (¡dios, la tierra de esos herejes que pretenden invadirnos!) o al País Vasco-frances (¡estamos rodeados de vasquitos malos!
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) Claro, algo que a priori puede parecer inocuo e incluso beneficioso, se sabe a ciencia cierta, porque no es el primer lugar donde ocurre, que tiene otras consecuencias más oscuras, que se resumen en:
- El turismo rural no es como el de costa, es mucho más minoritario y no requiere de grandes cantidades de trabajadores, con lo que, si no va acompañado de otras medidas económicas, resulta insuficiente para mantener a una población como la que existe en el norte de Navarra, más teniendo en cuenta que la ganadería está desapareciendo a pasos agigantados y la explotación forestal se ve muy restringida (y cada vez más, y además me parece bien) por la creación de más y mayores reservas naturales.
Esto va a conllevar inevitablemente a la emigración masiva de estos pueblos a la ciudad (Pamplona) o, como es aún más probable, a donde va a haber más trabajo, que será en el sur de Navarra. Esto va a conllevar un desarraigo social y cultural muy importante en esta gente (quien no conozca Navarra no puede ni imaginarse la diferencia abismal de caracter, cultural, idiomático y de todo tipo que se da entre los del sur y los del norte), máxime en un lugar donde el gobierno de Navarra no respeta los más mínimos derechos lingüísticos. Por otro lado, el hueco de estos emigrantes lo cubrirán los turistas o, mejor aún, jubilados que comprarán a precios de risa casas allí para pasar sus últimos años entre paisajes paradisíacos. Jubilados que acudirán de todas partes de España y Francia y que ni sabrán nada de costumbres, idioma, etc. ni van a hacer nada por entenderlos ni integrarse. Y el ejemplo lo tenemo bien cerca, en Iparralde (País Vasco Francés) donde ha ocurrido exactamente eso. Consecuencia final: los habitantes de esa zona han emigrado, se encuentran desarraigados, lejos de su gente y costumbres y se van diluyendo, ellos y sus descendientes, entre los de su lugar de adopción. Por otro lado, entre los que se quedan pasa justo la situación contraria: deben adaptarse a una población nueva, no autóctona y que además pasa como de la mierda de los problemas, modus vivendi o cualquier otra cosa del sitio que les acoge. Como ejemplo podemos ver lo que ocurre con los jubilados alemanes en la isla que a todos se nos viene a la cabeza. Por lo tanto aquí también asistiremos a la paulatina desaparición de la cultura y el modo de vida autóctonos. Recuerdo que no hay ningún impedimento para situar allí unas cuantas fábricas, la situación geográfico-estratégica respecto a Europa es magnífica.
Esto recuerda a los traslados masivos de poblaciones de colonos o de rebeldes a golpe de látigo que realizaban los reyes en la edad media para repoblar o deportar según los casos, las partes de sus cortijos que más les interesase. En este caso, eso se va a disfrazar, ya que esta gente va a tener que emigrar "voluntariamente" (o morirse de hambre)
Esta parrafada para demostrar simplemente hasta qué punto nos influye la política (¡qué tontos esos que dicen "yo paso de política", porque la política no pasa de ellos!), que incluso puede determinar con años de antelación dónde viviremos, dónde nacerán nuestros hijos, cual será nuestro trabajo, en qué idioma tendremos que hablar o a qué lugar iremos de vacaciones (por el tema de dónde habrá carreteras, aeropuertos o trenes).
Toda esta chapa tremenda (si alguien ha llegado hasta aquí, enhorabuena, se ha ganado un gallifante) puede parecer una paranoia conspirativa, pero se trata de un genocidio cultural en toda regla, silencioso y sibilino, no sólo por esto, que en sí podría considerarse consecuencia inevitable de las estrategias económicas o simple casualidad, sino que es el colofón de muchas décadas de acoso y derribo de todo lo que huela mínimamente a vasco. Cosas que pueden parecer tan ridículas como eliminar todo tipo de subvenciones y ayudas a los grupos de bailes vascos a la vez que se amplían las de los que bailan jotas (y ojo, que considero la jota navarra tan nuestra como el zortziko de Lantz, pero al parecer para nuestro querido gobierno no es así), o retirar todo tipo de ayudas económicas a los euskaltegis (academias donde los adultos aprenden euskera), lo que en la práctica supone su condena a muerte y que sólo los ricos van a poder aprenderlo (el euskera no es inglés, no se aprende ni en un año, ni en dos ni en cuatro, las academias son caras y no hay ningún organismo público que se haga cargo de ello), la retirada de carteles bilingües de las carreteras y calles para poner otros sólo en español, el derribo de frontones, la equiparación del status legal del euskera con el de las lenguas extranjeras como el inglés o el alemán... son cosas que por sí solas quizá no levantasen recelo, pero si se van sumando, es más que evidente el aniquilamiento sistemático y premeditado de todo lo que nos recuerde nuestras raíces vascas. Y todo esto no lo hace Madrid no les hace falta, para eso tienen a la Banda del Corellano, tiene cojones, cuatro garrulos descerebrados destruyendo con ahínco gran parte de su acervo cultural. Su pretensión es no oir una sola palabra en euskera, que no se baile la ezpatadantza o la esku-dantza, que no se vean partidos de pelota sino solo fútbol, sustituir el txotx de los sagardotegis por el fino de Jerez y, en definitiva y parafraseando a otro forero, convertir a Navarra en una sucursal de Castilla. A mí me da igual ser español o no, siempre que me dejen ser
YO . Lo que no voy a tragar es con tener que ser obligatoriamente de determinada manera, el español tipo que debe pensar de determinada manera, escuchar cierta música, jalear a la selección de fútbol, votar sólo PP ó PSOE, etc. etc.
¿Dices que no existe el nacionalismo español? Desborda por todos lados, y en la mayoría de los casos es mucho más radical que el vasco o el catalán, solo que como tiene la sartén por el mango y todos los medios económicos, mediáticos y cohercitivos a su disposición, lo puede hacer todo en silencio y con sigilo para que no se note demasiado (ya sabes, si no te la meten de golpe sino poco a poco, duele menos), mientras que vascos o catalanes si no gritan y la lían gorda no tienen nada que rascar.
A mí, si me dejan ser vasco, que es lo que soy para bien o para mal, no tengo ningún problema en ser a la vez español, pero si permitiese que me modelasen a imagen del prototipo de español perfecto que tienen algunos jerifaltes, ya no sería yo, sería una sombra de mí mismo, un producto prefabricado y artificial, una fotocopia cutre de cualquier otra persona de Burgos, Granada o Betanzos. Y ya si me dicen que tiran todas las fronteras y soy simplemente Iñaki (que es mi nombre), pues entonces me hacen el tío más feliz del mundo
Lo que estoy tratando de decir es que tristemente, en pleno siglo XXI, estamos tratando de sobrevivir como pueblo, algo nada fácil en la época de la homogeneización y los clones. Cualquiera que haya viajado un poco (yo lo he hecho mucho) puede apreciar que las ciudades europeas apenas tienen identidad, en lo básico (y no me refiero a chorradas como que los autobuses tengan dos pisos o que los comercios cierren a las 5 de la tarde) se parecen muchísimo, y ahí es donde no quiero yo que lleguemos, me gustaría una sociedad donde se aunasen el progreso (globalización, economía... lo que querais) y las tradiciones y la idiosincrasia de cada cual, algo que, aunque difícil, es posible, como ya ha demostrado Japón.
Sobre qué es un pueblo (tranquilos, que con esto acabo), no creo que me equivoque al decir que yo tengo una identidad propia, me he criado en un entorno cultural determinado, he tenido unas vivencias particulares y se me han transmitido a través de mis parientes una serie de creencias, historias, enseñanzas, valores, posturas ante la vida y todos los etc. que querais añadir. Todos los que hayan tomado parte en ello, o hayan vivido circunstancias análogas a las mías, son quienes forman mi pueblo. Ya está, es mi definición, soy yo, mis circunstancias y mi gente, conocida o desconocida.
Todo esto puede haber sonado demasiado "espiritual" e incluso moña o gilipollas, pero me la suda, yo pienso así, y si mañana cayesen todas las fronteras del mundo, yo encantado de la vida si además va acompañado de algunos intensos cambios sociales y, sobre todo, respeto a lo que cada uno es, pero si me obligan a comulgar con ruedas de molino, me cabreo, me rebelo y empiezo a tocar los cojones y me cago en España, en Navarra, en Euskadi y en el que haga falta para decir que aquí estoy yo y que a manipular se vayan a Salsa Rosa, que yo tengo muy claro lo que soy, como soy y que se metan su proyecto de crear ciudadanos clónicos por el culo. ("Tienen la ley, también tienen a Dios, tienen a su ejército, pero nosotros tenemos mala ostia. LPR)