Toxicidad

Mírate al espejo. A los ojos. Visualiza a tu alrededor a esas personas que han estado o todavía están cerca de ti.

¿Ves las heridas? ¿Ves las expresiones de dolor? Seguro que también puedes ver los espacios vacíos que han dejado quienes ya no están ahí, los que consiguieron alejarse lo suficiente antes de no poder evitar quedarse a tu lado.Y te preguntas, por supuesto, qué es lo que les hace seguir todavía cerca. Qué motivo tienen. Te planteas razones pero simplemente divagas, te pierdes tratando de alcanzar argumentos que sabes que resultarán inútiles. Totalmente inútiles porque sabes muy bien, perfectamente, que tú eres la razón. El principal motivo.

Y aunque evitas mirarte a los ojos, sientes la respuesta arder dentro de ti y consumir tu corazón. Lo que es más... la sensación exacta sería la de corrosión y no sobre tu corazón, sino en el espacio que este antes ocupó.¿Cómo estando tan vacío, nadie consigue entrar en ti? ¿Llenarte aunque sólo sea un poco? De nuevo, pierdes el tiempo con preguntas para las que hace mucho tiempo que encontraste respuesta, la respuesta desoladora.

Mírate. Tu aspecto ¿no te das cuenta? Eliges siempre para vestir algo de color rojo o negro y esos colores son los que combinas cada día. Precisamente esos. Precisamente los colores con los que la naturaleza ha elegido teñir a sus criaturas más peligrosas, las venenosas, las que portan ponzoña. Vistes de rojo y negro y sabes que esa es, a tu manera, la forma de conseguir lo que la naturaleza no te permite: avisar a los demás. Advertir de tu peligro.Si estiras los brazos, alcanzarás a gente que te quiere. Y eso es lo más desesperante. La gente que más cerca está de ti... ¡te quiere! ¿Cómo es posible? ¿Cómo puede ser si para ti es obvio el daño que les haces? Porque engañas, porque mientes, porque tu aspecto - te dices- es para advertirlos, pero todo lo demás, a-b-s-o-l-u-t-a-m-e-n-t-e todo lo que eres transmite el sentido contrario.

Todo.

Porque escuchas, porque atiendes, porque sonríes, porque das consejos casi siempre acertados basados en todas esas experiencias que otros han compartido contigo. Estás ahí. No dices no a nadie que te ha ofrecido antes algo, no te niegas a compartir ni mides lo que das.

Sí, todos los que te quieren saben que hay mucha gente que no soportas o desprecias. Pero también saben que incluso a esa gente le darías parte de tu tiempo, parándote a escuchar sus estupideces absurdas o ridículas. Eres bueno. Te dicen. Eres paciente. Estás loco, has escuchado más de una vez. Siempre, todo eso y mucho más, te ha llegado acompañado de una sonrisa que has sabido corresponder pero no sentir que te abrigaba el alma.Y ahora, que te miras. Ahora que te ves, quisieras poder llorar de rabia, gritar que no te toquen, que se alejen, que escapen de ti mientras puedan todos ellos, hasta dejarte solo. Hasta quedarte tan solo que ese veneno, al poder intoxicar a nadie más, acabe contigo tal y como sientes y sabes que debería haber sido hace mucho tiempo ya.
Bueno, tiene una base autobiográfica. De un momento de reflexión sobre mi situación y mi entorno emocional. No es que piense así sobre mí exactamente, pero llegué a este texto desde mí, eso sí.

La verdad es que te agradezco el comentario sobre lo técnico :)
La verdad es que está mejor como reflexión personal que como relato :P Un par de cosillas que me han llamado la atención, nada importante:

Los que consiguieron alejarse lo suficiente antes no poder evitar quedarse a tu lado

Te falta un de detrás de no.

Y te falta una tilde en Mírate.

Respecto al texto en sí, si tanto compartes y si no te niegas a nada no creo que seas tan venenoso como dices. No seas tan duro contigo mismo, todos tenemos claroscuros. Todos podemos dañar a las personas que nos quieren, esa es la parte mala del amor en el sentido más amplio de la palabra, pero es que pasa siempre.

Y a ver si subes algun relato más, que los echo de menos :(
:) Feliz Año Nuevo y tal...

Gracias por las pequeñas correcciones, ya están hechas. Y gracias también por leer y opinar.

Intentaré poner más cosillas y, lo que es más, como propósito de Año Nuevo tengo el dedicar más tiempo a escribir, que se me están quedando demasiadas historias en la cabeza. :)
Un texto muy intenso. ¡Mucho ánimo en lo personal! Me ha gustado a mí también mucho la analogía del rojo y negro.

Un saludo
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