Te voy a dar (Thirty five).

—Te voy a dar todo lo que tengo —dijo convencido de sí mismo.
—¿Ah sí? ¿Y eso por qué?
—Sabes que me encantaría compartirlo contigo.
—Pero no tienes porque entregar nada, ¿verdad?
—Lo mismo da, mientras sea para ti…
—¿Pero luego, qué tendrás tú?
—El gran honor de verte feliz.
—¿Y con eso te conformarías?
—Sería lo más grande del mundo.
—¿Por qué…? ¿Por qué siempre me sueltas lo mismo? ¿Cuándo vas a aprender?
—¿Es que tiene algo de malo el querer a alguien? —Si se le quiere más que a uno mismo, sí —pensó ella—. Porque si te doy todo lo que tengo y me hace feliz hacerlo, al dártelo tendrás más que nadie y tú lo serás mucho más…
—No lo seré.
—… y yo también lo seré entonces.
La chica denegó con la cabeza y bajó la mirada hasta las baldosas de la calle: que seguían húmedas.
—¿Cómo puedes saberlo? Entonces…
—Me lo imagino.
—Pero en teoría tendrías que serlo mucho.
—¡Basta! No sigas —gritó su corazón exasperado—. ¿No ves que lo que estás diciendo son estupideces? ¿No te das cuenta de que no tienes que darme nada?
—Pero te quiero —dijo él—, mucho…
—No,  no, y no. Dime amor, ¿Cuántos dedos tengo aquí? —dijo, enseñándole tres dedos de la mano.
—Los que tú quieras mi amor… ¿No ves que te di mis ojos para que pudieras ver mejor?
—Pe—pero… ¡Yo no los quiero! Yo quiero que puedas ver tan bien como yo. Y que nos podamos mirar el uno al otro. Tómalos, son tuyos.
—¿Seguro? Pero yo te quiero…
—Ya lo sé, y yo también. No tiene nada que ver… Ahora dime:  ¿Cuántos dedos tengo aquí?
—Tres. Tienes tres dedos —dijo él.
—Muy bien —sonrió—. Toma tus manos también. ¿Para qué querría hacer cuatro cosas a la vez si ya me es complicado realizar una sola?
—Pero yo te quiero… —dijo él.
—Y yo también — respondió ella—. Y por eso quiero que tengas lo que es tuyo.
—Pero yo…
—Y…
—¿Sí…?
—¿Qué te hizo pensar que me gustaría tanto tocarte? ¿Acaso no sabes que lo mejor del mundo es cuando me rozas con tus dedos, y me despiertas por la mañana?
—No… no lo sabía.
—Pues así es. ¿Cómo lo harás sin manos?
—No lo sé. Lo cierto es que me gustaría poder dejarte dormir, sin embargo, tengo la necesidad de que abras los ojos. Quiero saber que sigues viva… Lo necesito con tantas ganas… cada día…
—Pues que sepas que a mí también me gusta tocarte, ¡y  mucho! Y sin un corazón que lata dentro de tu pecho tu piel está muy fría, tanto como el mármol… No me gusta el frío. ¿Para qué querría yo dos corazones y vivir dos vidas, sin ti? ¡Cómo puedes, si quiera…
—Lo siento, lo siento... Yo sólo quería demostrarte mi amor. Entregándote lo más preciado. Porque… porque  es imposible que te regale a ti misma.
—¿Por qué no haber empezado por un espejo? —se rió.
El joven empezó a reír junto a ella. Luego se cercó recompuesto y renacido. En apenas unos minutos su cuerpo y mente experimentaron un cambio total y absoluto.
— Me has devuelto los ojos, que son para observarte y cuidarte;  las manos, que sirven para viajar por tu cuerpo y ayudarte; y el corazón, que además de amarte, los latidos del cual siempre ayudan a dormirte.
—Sí, y ahora todo es perfecto —dijo.
—¿Lo es?
—¡Claro! Porque estás completo. Porque… porque… podemos compartir las miradas, durante horas. Y puedes volver a acariciarme. Y también, cuando me rodees con tus brazos, sentiremos el cuerpo caliente del otro, y tengo, tengo tantas ganas de fundirme contigo...
El chico se acercó con los brazos extendidos para abrazarla.
—¿Entonces, eres feliz?
La chica asintió.
—Sí, lo soy… aunque no lo sepa, lo soy —dijo sonriendo.
—No sabes cuánto me agrada oír eso.
—Suerte que no me diste las orejas, entonces.
—Suerte…
—Venga, arreando para casa, que hace frío…
Y se perdieron al doblar la esquina.
Sublime [plas] [plas] [plas]

Muy bonito, si señor.
Hacia tiempo que no leía con tanto gusto.
Se agradece. [pos eso]
Enorme DeFT, para qué decir nada más. Sé que cada vez me curro menos las críticas pero bueno... he conseguido arreglar un asuntillo y ya me meto más a menudo al messenger :P.

—¿Es que tiene algo de malo el querer a alguien? —Si se le quiere más que a uno mismo, sí —pensó ella—. Porque si te doy todo lo que tengo y me hace feliz hacerlo, al dártelo tendrás más que nadie y tú lo serás mucho más…
—No lo seré.
—… y yo también lo seré entonces.
La chica denegó con la cabeza y bajó la mirada hasta las baldosas de la calle: que seguían húmedas.
—¿Cómo puedes saberlo? Entonces…
—Me lo imagino.
—Pero en teoría tendrías que serlo mucho.


Al leer este fragmento me he trabado un poco, sobre todo en la parte en negrita. Igual se debería haber delimitado mejor lo que son los pensamientos de lo que dice el chico introduciéndolo por segunda vez, aunque supongo que no lo habrás hecho por no parecer redundante... la verdad es que yo ahí tampoco encuentro mucha solución.

Por lo demás ya sabes que a mí con estas cosas me ganas. Además, veo que ese discurso tan pesimista y negativo de la vida ha variado... qué cosas. Me ha gustado mucho DeFT, creo que por ahora este es el diálogo que más me ha gustado.

Aunque parezca que no, sigo husmeando por aquí [poraki]
Muy bonito :).

DeFT escribió:—¿Entonces, eres feliz?
La chica asintió.
Sí, lo soy… aunque no lo sepa, lo soy —dijo sonriendo.
—No sabes cuánto me agrada oír eso.


Qué grande. No se aleja de la realidad...
Me ha gustado mucho. Hay algún fallo aquí y allá, pero son fáciles de detectar a poco que lo repases.

Y a pesar de gustarme mucho es un poco raro. Tal como está escrito no sabes bien si son dos personas hablando, o dos robots, o... Y es que hablan de regalarse y devolverse partes del cuerpo de una forma muy literal. Supongo que es la gracia del relato no saber exactamente qué son... :)


Un saludo,

Arawna
Me encantan tus diálogos. Son profundos pero a la vez tremendamente simples, casi algo infantiles...pero eso es lo que los hace inconfundiblemente tuyos.
No sé si la has visto. Pero te recomendaría ver " Secretos de un matrimonio" y la segunda parte "Saraband" de Ingman Bergman.
Muchas de tus historias me las imagino en una peli de ese estilo.

(:
....

Y la chica se asustó, se asustó de sentirse tan querida, de ver cómo una persona podía darle tanto sin ella pedir nada. ¿Qué estaba pasando? Supongo que algo tan sencillo como el amor, que así es. Dar sin esperar nada a cambio. Bueno sí, esperando la felicidad de la otra persona y sintiéndote con ello el ser más dichoso del mundo. Por eso que mejor que darlo todo, parece que así podemos demostrar que solo nosotros somos los más indicados de querer a esa persona más y mejor que nadie: cuidarlo, amarlo, protegerlo, demostrar que merece la pena, hacerlo sentir único. Y con ello además de dar nos volvemos increíblemente egoístas....aún sin quererlo.

El chico quería darle sus ojos, sus manos y su corazón. Incluso todo eso era poco para poder entregárselo, demasiado poco para lo que ella merecía….Ella por el contrario, solo deseaba compartir todo con él, congelar momentos para poder recordar, sonrisas para poder ver y caricias que poder sentir.

Te voy a dar….es un diálogo de estos que tanto me gustan: tiernos, cercanos y que llegan al lector. Totalmente en tu línea, en esa que solo te identifica a ti pero introduciendo además algunos recursos de humor que me han gustado bastante como muestras en las últimas líneas o en la expresión del espejo :) ¿No es cierto? xDD

Personalmente me encantó leerlo.
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