Si Richard Stallman, padre del software libre, defiende a Google en términos de privacidad no pueden ser tan malo como se piensan muchos.
Google no es puro demonio como Facebook
Richard Stallman espera en el bar de la cafetería del edificio de La Nau de la Universitat de València tomando té con leche y vestido con su inconfundible polo granate. En 15 minutos empieza su conferencia y cerca de 400 jóvenes, muchos informáticos, abarrotan el Paraninfo. El padre del sistema GNU y el software libre no se despega de su ordenador. Un pequeño netbook Lemote blanco donde no deja de escribir código, con los ojos mirando fijamente a la pantalla tras sus clásicas gafas redondas. A su alrededor, fans que le graban con cámaras de vídeo y emiten en streaming, periodistas, fotógrafos y los miembros de la Asociación de Empresas de Software Libre de la Comunidad Valenciana (Asolival), organizadores de la charla.
El gurú no defrauda. Al entrar en el paraninfo, donde se celebra el acto que tuvo lugar en el marco de Claustre Obert, el espacio de debate y reflexión creado por la Universitat de València y EL PAÍS, se hace el silencio. Disparos de cámaras fotográficas y Stallman que deja sus cosas y se marcha. "Richard Stallman ha ido al servicio pero ha pedido que no le esperemos para que no se haga tarde, así que voy a comenzar con la presentación", dice Vicente Cerverón, director de la Escuela de Ingenieros, entre las risas cómplices del público. A su vuelta, explica a los asistentes que cualquier imagen suya que tomen no debe ser subida a Facebook.
"Participar en una sociedad digital no es mejor por defecto. Puede ser bueno o malo si la sociedad es justa o es injusta", dice Stallman para comenzar a explicar sus ideas "por una sociedad digital libre". Como un profeta, enumera una tras otra las amenazas de la sociedad digital. Con una conferencia en tono divulgativo, su intervención se basa en la idea de la vigilancia que ejercen empresas y Estados sobre los usuarios de sistemas informáticos: "Google no recoge datos tan maliciosamente como Facebook. Google no es puro demonio como Facebook". Es por eso que Stallman no tiene móvil.
"No tengo teléfono porque es un sistema de vigilancia y es deber de cualquier ciudadano poner el dedo en el ojo del gran hermano", explica, acusando a los sistemas de geolocalización de aportar información sobre dónde se está en cada momento. Para Stallman, "la censura es más fea que cualquier obra" y aunque hay Estados que la niegan, asegura que existe incluso en los países que no parecen tenerla. Además, el padre del software libre explica que los formatos de datos de los archivos son "grilletes digitales" que restringen a los usuarios al uso libre de la informática, porque impiden utilizarlos a quienes no tienen el programa adecuado. El software como servicio, el voto electrónico, la guerra contra compartir y la ausencia de derechos de los internautas hacen que se recorte la libertad en la sociedad digital.
"¡Abajo la Ley Sinde! Digan conmigo, ¡abajo la SGAE!", grita Stallman, al que le siguen los asistentes gritando sus consignas. "Ahora voy a subastar este adorable ñu", dice entre las risas del público. Un joven que lo compra por 50 euros y sube emocionado a recogerlo cierran la charla. Stallman recauda fondos para su fundación en cualquier parte: "En la Free Software Foundation necesitamos vuestra ayuda".