Manuale di Seduzione (Thirty six)

Quiero que cuando salgas vuelvas a ser ese niño feliz, sin prejuicios ni condicionamiento social alguno. Ese niño que, como cada tarde, bajaba a jugar al parque de al lado de su casa. Y en el banco de arena, estuviera o no acompañado, hacía castillos, para luego destruirlos con sus muñecos híper—mega—varoniles.
Laura, tu vecina, está sentada en un banco con sus amigas y no te quita el ojo. A su edad no tiene el deseo sexual activado. Entonces, ¿Qué quiere? ¿Por qué te presta tanta atención? Se da cuenta de tu sonrisa y tu autonomía, y es que, la conversación de sus amigas es tan aburrida… Quiere hablar contigo, quiere que le hagas caso, quiere que la contagies de tanta alegría. Y para que luego no la fulaneen (Laura está por X, en la edad de la inocencia) decide ir a buscarte las cosquillas: Y te saluda, para luego irse. Te insulta y se ríe, o directamente te empuja.
Quiere tu sonrisa, y tú no lo sabes. Pero tu «yo adulto» sí lo sabe, ¿verdad?
Al crecer has perdido esa autonomía, y en ambos ha despertado el deseo sexual. Se te ha llenado la cabeza de pensamiento lógico que crees el correcto. Ha despertado la necesidad de interactuar con las mujeres, sin embargo, lo que antes era una tía pesada ahora es algo con lo que no te atreves ni a soñar. Los papeles han cambiado: antes entraban ellas, ahora entras tú, y además, eso te hace pensar que ella elige (tiene poder).
Pues esta mañana, esta tarde, o esta noche, quiero que vuelvas a ser el niño que eras. ¿Recuerdas? Feliz, sin prejuicios ni condicionamiento social alguno. Ese niño que, como cada tarde, bajaba a jugar en el bar de la esquina, estuviera o no acompañado, hacía openers a desconocidas, para luego hacer un Kclose en el mejor momento. ¿No te acuerdas, ya? ¡Antes eras natural!
Para ayudarte te diré que este niño tiene un secreto (sí, es cierto). Ese niño sabe por qué ocurren las cosas, sin embargo, al ver tanta belleza queda desarmado y se vuelve inseguro (No lo hagas. Recuerda: eres un niño).
No pienses erróneamente que la chica está en una posición de superioridad y, que como es un bien escaso, es algo que no mereces. No te frustres, tu «yo niño» te va a ayudar con un secreto, y la información es poder amigo, algo mucho más poderoso que la belleza de cualquier chica.
¡Este niño tiene un coche de bomberos! ¡Un coche de bomberos que todos los niños y niñas del barrio desean! ¡Dios, cómo mola el jodido coche! ¿Pero tú lo has visto? «¿Y dónde dices que lo compraste?», preguntan todos.
Te acercas a tu amiga Laura, TB9, se te acelera el pulso y decides dar media vuelta, pero… ¿Recuerdas que ella quiere el coche de bomberos que TÚ tienes? (O de policía, o una ambulancia, no importa xD).
El único problema es que ella piensa que no lo desea, ¡pero para eso estás tú! Y es por ello, que en medio del bar o de la discoteca, lo sacas y te pones a jugar como niño que eres. Porque eres un niño, y los niños juegan y se divierten.
Laura, a su edad, ya tiene el deseo sexual activado. Entonces, ¿Qué quiere? ¿Por qué te presta tanta atención? ¿Qué hace mirando a un niño? Se da cuenta de tu sonrisa y tu autonomía, y es que, la conversación de sus amigas es mucho más aburrida que antaño. Quiere hablar contigo, quiere que le hagas caso, quiere que la contagies de tanta alegría. Y para que luego no la fulaneen (Laura es una facilona y se ha ido con X a la primera de cambio, en la edad del puterío) no hará nada. Nada de nada, como mucho, alguna miradita fugaz. Tú, que eres un niño listo, sabes que quiere tu coche de bomberos. Buscas a Laura, se lo enseñas. Ves cómo lo mira IDI, y se lo dejas un rato porque eres un buen niño: muestra de valor. Y cuando casi ha copiado esa sonrisa tan bonita que tienes, se lo quitas con un Kino (de niño) porque te aburres y quieres irte a jugar a otro sitio (eres un niño y haces lo que quieres, cuando quieres), cierras para dejárselo ver otro día. ¿Y sabes qué? La dejarás pensando en el cochecito de bomberos: Grande, fuerte, y rojo. ¡Irresistible!
Tan grande, fuerte, y rojo como tu JUEGO INTERNO.
Creo que siempre queda en cada uno de nosotros un poco del niño que fuimos, de aquel que jugaba sin prejuicios ni preocupaciones pero también creo que lo de la autonomía y tu forma de ser en este caso ante determinadas relaciones no es tan fácil de adquirir o desarrollar sino que depende en gran medida de cómo nos hayan tratado y de como esté nuestro interior porque una cosa es la teoría, es decir todo aquello que sabemos que tenemos que hacer y otra muy diferente el poder hacerlo ya que estoy en contra de ese dicho tan famoso "querer es poder", no lo comparto para nada. Y no se trata de negatividad sino de realismo.

De todas maneras si me centro en analizar el relato que escribiste tengo que decir que me ha gustado volverlo a leer porque tan solo la metáforas que empleas del coche de bomberos es muy buena y el texto en general es muy original además de que desprende una ternura e inocencia entrañable como entrañable es esa edad niño/adulto y todos los cambios que se van experimentando...
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