La testigo clave en la condena de 5 mossos acepta declarar por dinero • Las defensas de los mossos condenados por el ‘caso Lucian’ encargaron el trabajo a Método 3
• Una cámara oculta grabó a la mujer cobrando por prestarse a mentir contra la policía en otro juicioVIDEO:http://www.elperiodico.com/default.asp?idpublicacio_PK=46&idioma=CAS&idnoticia_PK=662180&idseccio_PK=1021MAYKA NAVARRO
BARCELONA
Ana María M. P. aceptó el pasado 6 de noviembre un billete de 500 euros por prestarse a testificar contra los Mossos d’Esquadra por una agresión policial que no existió y que ella nunca presenció. La mujer, una chilena de 59 años y vecina hace más de 30 de Barcelona, se ofreció a mentir para hacerle un favor a Julián, a quien acababa de conocer. Declararía falsamente porque los Mossos son «unos represores», dijo, y prometió que su testimonio sería tan creíble que ganarían el juicio. Lo que Ana María no sabía era que todo era un montaje y que todas sus conversaciones, algunas incluso con cámara oculta, eran grabadas por la agencia de detectives de Barcelona, Método 3.
Como ella misma reconoce en una de las grabaciones, a la que ha tenido acceso EL PERIÓDICO, Ana María está «muy acostumbrada» a los tribunales. Ella fue la principal testigo de cargo del caso Lucian, una denuncia de un ciudadano rumano detenido por error contra cinco mossos del grupo de atracos que en noviembre del año pasado
la Audiencia de Barcelona calificó de torturas y condenó a tres de los policías a más de seis años de cárcel, y a otros dos a penas inferiores. El próximo día 25, el Tribunal Supremo estudiará los recursos presentados por las defensas, que no han podido canalizar judicialmente las revelaciones aportadas por la nueva investigación.
En la sentencia contra los mossos, los magistrados destacaron que el relato de la testigo presencial, Ana María M. P., resultó «plenamente verosímil» para el tribunal, lo que ayudó a dar grado de veracidad al resto de torturas que Lucian aseguró haber recibido durante el traslado y en comisaría, ya sin testigos.
Hace tres meses, las defensas de los mossos contactaron con la agencia de detectives Método 3. La investigación privada se centró en Ana María. En el juicio la mujer aseguró que la actuación de los mossos en la detención de Lucian le recordó a la DINA, la policía de Pinochet. Una portera que presenció la misma escena junto a Ana María declaró que vio al detenido en el suelo y a los policías que le hincaban la rodilla en la espalda. Había una diferencia entre las dos: Ana María nunca ocultó que era amiga de Lucian, ni su animadversión hacía los Mossos.
Los detectives de Método 3 comprobaron que la mujer había dejado su piso y alquilado una habitación, también en Barcelona. En cuanto quedó un cuarto libre en esa casa, lo alquiló un detective que se presentó como Julián. Al hombre no le costó contactar con la mujer y ganarse su confianza. Tampoco costó que Ana María hablara del caso Lucian, Luchiano, como ella le llama, porque mantiene el contacto con el hombre y su esposa, a pesar de que la pareja regresó a Rumanía tras cobrar la indemnización.
«YO TE HAGO EL FAVOR» / Una noche, tras varios encuentros en el piso que la mujer creyó casuales, Julián le comentó que había tenido un altercado con mossos. Ana María recomendó a su nuevo amigo denunciar a los policías. Otro día, tras contarle Julián que su principal testigo no se presentaría al juicio, ella misma se ofreció a hacer un testimonio falso. «Yo te hago el favor. A estos cabrones no les tengo miedo. Quédate tranquilo porque yo voy», se escucha en una de las grabaciones.
El detective le planteó a Ana María si no sería un problema que ya hubiera participado como testigo contra los Mossos en el caso Lucian. La mujer asumió el riesgo: «Ni me preocupo. Ahora aprietan un botón, sale mi ficha, y dirán: ‘¿Usted otra vez contra los Mossos?’ Y las veces que sean necesarias». Todas las conversaciones, como el fragmento de la anterior, fueron grabadas, y algunos encuentros, como el día que visitaron el lugar en el que presuntamente Julián había sufrido la agresión y que Ana María quiso ver, fueron registrados en vídeo.
«SÉ LO QUE VOY A DECIR» / En la esquina de la calle de los Almogàvers con la de Pamplona, en el Poblenou, la mujer escenificó lo que declararía en el juicio. «Lo único que vi es uno que estaba tirado en el suelo y ellos que le estaban pegando. Si yo ya sé lo que voy a decir». Y de nuevo en casa, otro día, Ana María mostró su preocupación por no haber comprobado si había cámaras de seguridad en el lugar de la agresión.
El pasado día 6, el detective acompañó a Ana María al despacho de su presunto abogado, en realidad Francisco Marco, director de Método 3. Durante la charla, la mujer aceptó un billete de 500 euros por ir a mentir en el juicio de Julián. «Mil gracias», respondió.