› Foros › Noticias › El Buffer
El drama protagonizado por Sony y los hackers se encuentra lejos de concluir. Sucede que la última actualización de firmware tardó más en llegar que en ser hackeada. La ocasión anterior, Sony se encontraba buscando acción legal contra George Hotz y una orden de restricción para el grupo fail0verflow, que prohíbe hackear cualquier sistema de Sony, ayudar o apoyar algún jailbreak así como entregarlo o tener vínculos con algún software del tipo, pero todo se estancó debido a confusiones de jurisdicción. Posteriormente, la compañía prometió arreglar los problemas por medio de actualizaciones descargables.
Ayer, Sony anunció una nueva actualización de firmware que contenía una clave encriptada, la cual requería que los usuarios corrieran la v3.56 para acceder al sistema y deshabilitar la versión personalizada de firmware que permite, entre otras cosas, utilizar juegos piratas en la v3.55. Sin embargo, horas después, Edge reportó que los hackers habían logrado violar la seguridad de la actualización. Se esperaba que en cualquier momento se liberara el jailbreak que permitiría correr copias ilegales en PS3 con firmware v.3.56, sin embargo el gobierno del norte de California otorgó a Sony una orden de restricción en contra de GeoHotz, el cual le preohibe al hacker apoyar, desarrollar y practicamente tener algo que ver con el hackeo del PS3, por si fuera poco, tampoco podrá hackear ningún sistema de Sony en el futuro ni podrá publicar o divulgar información al respecto. La orden de restricción también afectó a fail0verflow, quienes tendrán que incluso entregar cualquier equipo que podría haber sido utilizado para violar la seguridad del PlayStation 3.
Con este tipo de noticias de nuevo se ponen en duda las declaraciones como la que hizo Nintendo, en la que afirman que la era de la piratería está por concluir. El avance tecnológico y la disponibilidad de herramientas por medio de la red ha engendrado una batalla entre programadores y hackers que amenaza con alcanzar proporciones épicas y cuyo final no parece divisarse en el horizonte. Lo único que podemos concluir es que la técnica de lanzar actualizaciones de firmware para detener estos ataques resulta insuficiente