Parece que por fin avanzamos tímidamente en las reformas estructurales. Los test de estrés han distinguido las entidades financieras que son dignas de crédito internacional de los que no lo son, y la Ley de Cajas posibilita recapitalizar y gestionar privadamente las que tienen problemas. La reforma laboral se negocia tras un decreto ley que deberá ratificar el Parlamento; y la consolidación fiscal parece, aunque injusta, suficiente.
Sin embargo en España seguimos teniendo tres graves problemas:
a) El consumo está muy débil, y va a debilitarse aún más cunado los cuatro millones de parados se vayan quedando sin subsidio de desempleo, en los próximos meses.
b) Los españoles estamos fuertemente endeudados con los bancos españoles y éstos con los bancos alemanes, lo que resta recursos al sistema.
c) Nuestro entorno europeo está reduciendo gastos públicos (con políticas fiscales restrictivas) y la economía mundial no acaba de despegar, por lo que tampoco podemos esperar que aumenten sustancialmente las exportaciones por el momento.
En este contexto el ciudadano se pregunta si la economía tienen posibilidad de colapsar (en el sentido de destrucción del sistema económico tal como funciona hasta ahora), y los economistas intentan dar respuestas, de las que pretendo hacer un resumen en este post.
La versión oficial.
Las versiones institucionales (Gobierno, FMI, Banco Central, etc...), hacen sus estimaciones presuponiendo que la economía no colapsará, es decir siguen haciendo sus estimaciones en base a la lógica actual del sistema. Entiendo que no pueden hacerlo de otra forma por dos cuestiones:
1.- Si la economía colapsa, por definición sería casi imposible hacer previsiones de cuales serás las variables futuras.
2.- Sería irresponsable fundar sus previsiones en un colapso, ya que por ese solo hecho cundiría el pánico y aumentarían las probabilidades de colapso exponencialmente.
¿Cual puede ser el detonante del colapso?
Los tres problemas antes nombrados afectan directamente al decaimiento del consumo (más concretamente de la demanda agregada), lo que hace preveer que en caso de que la economía colapse lo haga teniendo como desencadenante un descontrol de los precios, en un principio por que bajen (deflación) como consecuencia de la extrema debilidad de la demanda, pero por otras circunstancias que ahora veremos podrían descontrolarse en su subida (hiperinflación). El motivo de que el descontrol de precios pueda tener reacciones tan opuestas es que para evitar que haya deflación como consecuencia de la falta de crédito, el Banco Central Europeo está prestando a los Bancos en cantidades inmensas, y a pesar de ello los bancos siguen sin dar crédito (se podría decir que porque no se fían ni de su cliente ni del sistema bancario). Pues bien si por cualquier motivo fluyese toda esa liquidez a los particulares, en lugar de ser retenida por los bancos, el mercado se inundaría de dinero, lo que provocaría inflación descontrolada (hiperinflación).
No obstante el mayor riesgo lo suponen los casi 5 millones de parados y el endeudamiento oculto de muchos ayuntamientos.
Esta dualidad entre dos escenarios probables provoca a su vez más incertidumbre ya que la forma de invertir es opuesta en ambos casos. En un escenario de deflación interesa invertir en dinero metálico, ya que el dinero gana valor con el paso del tiempo, mientras que en un escenario de hiperinflación el dinero pierde valor rápidamente por lo que hay que deshacerse de él e invertir en bienes raices, como la tierra o el oro. Notese que solo en un escenario de inflación moderada se dan las condiciones adecuadas para realizar inversiones productivas.
¿Que políticas pueden reducir el riesgo de colapso?
La mejor forma de evitar en la actualidad el riesgo de colapso es aplicar las políticas estructurales adecuadas. Recientemente España ha llevado a cabo este tipo de políticas, tal como se detalla al principio de este artículo. Sin embargo el enorme retraso en el que ha incurrido el Gobierno, hace dudar de su efectividad para disminuir el riesgo de colapso de nuestra economía.
Por su parte la política monetaria está agotada. El Banco Central Europeo, responsable de la misma, en su empeño por evitar una mayor caída del consumo que podría llevar a la deflación, está apostando por seguir inyectando dinero en el sistema y por tanto apuesta por no dejar caer del todo la burbuja inmobiliaria y bursátil, pero el riesgo de esta apuesta es que si no lo consigue, como cada vez parece más probable debido a lo que Keynes llama la trampa de la liquidez, la caída será más profunda y el daño más pronunciado.
¿Esta agotada la política fiscal? En este punto es donde los economistas se encuentran divididos entre los que creen que debe seguirse una poítica expansiva (Paul Krugman, ver comentarios al final de este artículo) y los que creen que debe seguirse una política restrictiva (Juan Ramón Rallo). En este sentido el deficit publico de los estados Europeos es bastante elevado, y el español no es una escepción. Parece razonable que los estados con una economía más debil deben hacer políticas fiscales restrictivas, como ha hecho España desde que decidió bajar el sueldo a los funcionarios, con lo que evitarán que sus primas de riesgo se disparen. Más polémica es la decisión que ha tomado una economía sólida como la alemana de llevar a cabo la misma política restrictiva. Y es polémica porque Alemania tienen margen para no ser demasiado estricto en su política fiscal y al tiempo no perjudicar su riesgo país, ya que con ello ayudaría a sostener la demanda agregada del conjunto de la Unión Europea y reduciría el riesgo de deflación. Sin embargo la actitud de Alemania ha sido considerada por muchos como insolidaria con los países de la Unión.
¿Porque no se derrumba la bolsa si hay riesgo de colapso?
La bolsa podría sufrir graves consecuencias si se atisbase la posibilidad de colapso. Sin embargo el exceso de liquidez que el Banco Central está inyectando en la economía está manteniendo artificialmente altos el precio de los inmuebles y de las acciones, ya que el dinero inyectado está siendo utilizado por los bancos para evitar la ejecución a los promotores morosos y para comprar acciones en bolsa, y no para dar crédito a particulares como sería deseable, lo que evita la caída por completo de la burbuja inmobiliaria y bursátil.
ZAS!