En las elecciones españolas no todos los escaños son para todos: la trampa del bipartidismo.
El sistema electoral español hace que la mayoría de partidos, sacado de los dos mayoritarios, sólo tengan posibilidades de entrar en un 30% de las circunscripciones.Todas las elecciones del mundo restan condicionadas por el sistema electoral. Pero hay de más cocinados y de no tanto, y el sistema electoral español es de los más cocinados del mundo. Creado durante la transición política con la voluntad de arreciar los dos grandes partidos, penaliza claramente los partidos de alcance estatal que quedan tercero y cuarto en número de votos.
Tres clases diferentes de provinciasLa circunscripción electoral española es la provincia, y hay de tres tipos diferentes.
—27 provincias en que se eligen 99 diputados y donde se prácticamente imposible que un tercer partido obtenga un diputado. En estas circunscripciones, un tercer partido tiene que conseguir entre el 16% y el 33% de los votos para entrar al parlamento.
—20 provincias en que se eligen 145 escaños y dónde es posible, pero no sencillo, que los terceros partidos consigan diputados. En estas circunscripciones, un tercer partido necesita entre el 9% y el 14% de los votos para entrar al parlamento.
—5 provincias en que se eligen 106 escaños y dónde sí que es sencillo que los terceros partidos obtengan representación parlamentaria. En estas demarcaciones, un 5% de votos prácticamente otorga representación segura.

Esta división no afecta tanto los partidos nacionalistas, que tienen una implantación territorial mucho más concentrada, como los terceros partidos de ámbito estatal. La barrera electoral real a la mayoría de las provincias supera el 10%, y en algunos casos llega al 30%, cosa que hace casi imposible que el tercer partido obtenga ningún escaño.
En las elecciones del 2011, los partidos otros que el PP o el PSOE tuvieron esta representación:
—En las 27 provincias menores, de los 99 escaños en juego sólo 7 no fueron para el PP ni el PSOE. Y los 7 fueron para formaciones nacionalistas o regionalistas: 2 para CiU en Lleida; 2 para UPN, 1 para *Amaiur y 1 para*Geroa *Bai en Navarra; y 1 para el PNB y 1 para *Amaiur en Álava. Los otros 92 escaños fueron a parar al bipartidismo.
—En las 20 circunscripciones medianas, de los 145 escaños 23 fueron a parar a terceros partidos, pero de estos sólo 2, de Esquerra Unida (en Asturias y Málaga), no fueron a parar a partidos regionalistas o nacionalistas.
—En las 5 circunscripciones grandes, de los 106 escaños en juego 25 fueron a parar a formaciones terceras: 8 a Esquerra Unida e ICV, 5 a *UPyD y el resto a formaciones nacionalistas (9 a CiU, 2 a ERC y 1 a Compromiso).
Es fácil de observar la correlación entre la medida de la representación y la pluralidad:
—En el grupo de
circunscripciones pequeñas, PP y PSOE suman 92 escaños de los 97, el
93% de los escaños.
—En el grupo de
circunscripciones medianas, PP y PSOE suman 122 escaños de los 145, el
84%.—En el grupo de las
circunscripciones grandes, suman 81 escaños de los 106, el
76%.Si excluimos los escaños conseguidos por los partidos nacionalistas, las cifras son todavía más escandalosas:
—En el grupo de las
circunscripciones pequeñas, PP y PSOE suman el
100% de los escaños.
—En el grupo de las
circunscripciones medianas, PP y PSOE suman el
98% de los escaños.—En el grupo de las
circunscripciones grandes, PP y PSOE suman el
84% de los escaños.Sólo hay en juego realmente un 30% de los escañosLa conclusión que se infiere de estos datos es que en el sistema político español sólo se pone en juego aproximadamente un 30% de los escaños reales porque el 70% se lo quedan de seguro las dos grandes fuerzas políticas.
Por eso en el congreso escogido el 2011, de los 350 escaños 294 son del PP y el PSOE.
En el congreso escogido el 2008, de los 350 escaños 323 eran del PP y el PSOE.
En el congreso escogido el 2004, de los 350 escaños 312 eran del PP y el PSOE.
En el congreso escogido en 2000, de los 350 escaños 308 eran del PP y el PSOE. Etcétera.
La realidad es que o pasas a ser, al menos, el segundo partido en un número importante de circunscripciones o no obtendrás una gran representación parlamentaria.
Pero esto que es una garantía para los dos partidos grandes paradójicamente los es también una amenaza. Si Ciutadans o Podemos pudieran desbancar el PP o el PSOE de la segunda posición electoral, tendrían una gran prima de escaños y el partido desplazado caería a una posición irrelevante dentro del congreso. Por eso son tan interesantes las elecciones del 20 de diciembre.
Hace falta un cambio multitudinario de orientación de voto para superar el bipartidismoAun así, esto sólo pasaría si hubiera un cambio de la orientación de voto en masa, especialmente a las provincias pequeñas. Ciutadans o Podemos tendrían que superar el PP o el PSOE en Castelló, Lleida, Terol, Huesca, Cantabria, Navarra, Valladolid, León, Ciudad Real, Huelva, Cáceres, Lugo, Albacete, Burgos, Salamanca, *Ourense, Álava, la Rioja, Zamora, Guadalajara, Cuenca, Palencia, Àvila, Segovia, Soria, Ceuta y Melilla. Y la cosa es difícil porque son provincias donde el bipartidismo es hoy todabía muy fuerte y en algunos casos hay una competencia muy muy asentada de los grupos nacionalistas.

Si Ciutadans y Podemos no pueden penetrar con fuerza en estas provincias, cosa muy difícil, ya jugarán con desigualdad de oportunidades, porque para ellos el congreso tendrá un centenar de escaños menos. Y esto haría casi imposible de superar PP y PSOE. Querría decir que tendrían que ultrapasar muy claramente estos dos partidos en las otras circunscripciones y, de los 251 escaños restantes, tendrían que obtener cerca de 200, cosa que no prevé nadie.
A Podemos le costará mucho de conseguir un número significativo de escañosUna dificultad añadida para estos dos partidos es la presencia de fuertes partidos nacionalistas. El sistema electoral español fue diseñado para fortalecer los dos grupos principales de cada provincia y seguramente no tuvo en cuenta o no pudo evitar que esto arreciara también los grupos nacionalistas.
Donde hay grupos nacionalistas fuertes, el PP o el PSOE obtienen resultados muy inferiores porque el electorado que en otras provincias los votaría prefiere votar la derecha o la izquierda nacionales.
Históricamente, el tercer partido español hace frontera con los grupos nacionalistas y su potencia depende mucho, como si fueran vasos comunicantes, de la potencia de los nacionalistas. Fue el caso, por ejemplo, de Esquerra Unida del País Valenciano que hasta la irrupción de Compromis representaba en el congreso el movimiento valencianista y que después quedó fuera. En estas elecciones, pero, en vista de la tensión creada por el caso catalán, parece muy difícil que Ciutadans haga frontera con ningún partido nacionalista. En cambio Podemos, en muchas de las circunscripciones clave, tendrá que disputar los escaños no únicamente con el PP y el PSOE sino también con partidos nacionalistas fuertes. Y esto todavía le hace el camino más empinado.

Si miramos las provincias donde es más fácil de conseguir diputados, veremos que en muchas Podemos tendrá una fuerte competencia de partidos nacionalistas.
En el grupo de las cinco circunscripciones donde más fácilmente se pueden obtener diputados, hay Barcelona, Valencia y Alicante (con Madrid y Sevilla). De entrada, sólo en Alicante sería fácil para Podemos, pero en Valencia y en Barcelona tendrá una competición dura con los nacionalistas –salvo que finalmente consiga pactar con Compromiso, cosa que cada día parece más difícil.
En el grupo de las veinte circunscripciones medianas, Podemos se encontrará con contrincantes nacionalistas fuertes en las Islas Baleares, Girona, Tarragona, la Coruña, Pontevedra, Vizcaya, Guipúzcoa, Tenerife y *las *Palmas. Es decir, que la mitad de las circunscripciones de dificultad mediana serían también muy competitivas para ellos.
Es creíble en este entorno que Podemos obtenga un resultado espectacular en escaños? Bien es verdad que no. Incluso si lo consigue en votos será muy difícil que pueda traducir el resultado en escaños, especialmente si no puede cerrar acuerdos sólidos en el País Valenciano, las Islas y Galicia. El partido de Pablo Iglesias está en buenas condiciones para disputar los 106 escaños de las circunscripciones grandes, donde efectivamente podría ser una sorpresa histórica, pero tendría serias dificultades en la mitad de las circunscripciones medianas, que eligen entre las 145 escaños. Por eso, sólo si supera en votos el PSOE en todo el estado español Podemos está en condiciones de obtener un resultado excelente.
Ciutadans puede ser la gran sorpresa?El caso de Ciutadans es ligeramente diferente. Comparte con Podemos la dificultad de penetración en las provincias más difíciles, pero en las otras tiene la ventaja que compite, prácticamente de manera exclusiva, con el PP.
Es previsible, pues, que en Murcia, en Sevilla, en Málaga o en la Coruña Ciutadans obtenga más votos que el PP? Se puede repetir a escala española el resultado catalán? Esta es seguramente la gran incógnita de las elecciones de diciembre.

Pero, partiendo de la base que a las provincias pequeñas no será fácil de derrotar el PP, Ciutadans tendría que conseguir unos resultados extraordinarios especialmente en las provincias medianas si realmente aspira a hacer frente a los populares. En las grandes (Barcelona, Valencia, Alicante, Madrid y Sevilla), Ciutadans seguramente conseguirá un buen resultado, entre veinte diputados y treinta, por ejemplo. Para ellos, la clave es tener también resultados excelentes en las veinte provincias medianas. Sólo así podría acontecer imprescindible para un pacto de gobierno.
La batalla está pues en Cádiz, Zaragoza o Murcia, donde tendría que poder superar el PP si quiere compensar la misión casi imposible de imponerse en las provincias pequeñas, aquellas 27 que, con 99 escaños, son la garantía del bipartidismo al estado español.
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