Juego de Simón dice nº101: De cómo ayudé a Alicia a convertirse en reina.

seaman reta a ELXAVI : Escribe un texto en el que entras en el Pais de las Maravillas de Alicia y no encuentras o no quieres encontrar la salida.
Texto de unas 500 palabras minimo,como maximo como tu quieras xD.
-----

De cómo ayudé a Alicia a convertirse en reina

Ya estaba un poco cansado de esperar en la parada del autobús sin hacer nada, hacia frío y llovía como hacia tiempo que no veía llover. Me asomé al periódico que hojeaba un señor de aspecto serio que esperaba a mi lado, no tenía fotos y los titulares sólo reflejaban malas noticias.
-¿No habrá nada bueno para contar a la gente?-musité en voz baja.

Oí a lo lejos el sonido de un autobús, en la parada en la que estaba sólo pasaba el autobús 107 que hacia la línea Plaza de Castilla-Hortaleza, así que me extrañé al observar que se trababa del autobús cero.
-Será una nueva línea- pensé
Así, de golpe, un pequeño conejo blanco con ojos rosados saltó corriendo a mi lado. El hecho no hubiese tenido nada de muy extraño, tampoco tenia nada de muy especial que exclamase con gran exaltación: –¡¡Llego tarde!! ¡¡Tardísimo!! ¡¡El autobús!! ¡¡Espérese!! ¡¡No se vaya!!-
La situación empezó a extrañarme cuando observé que el conejo blanco además, sacaba un reloj grande de bolsillo de su chaleco a rayas, fue entonces cuando me di cuenta que era la primera vez que veía a un conejo blanco de ojos rosados con reloj y chaleco.
El conejo blanco subió en tres saltos al autobús numero cero, y yo que llevaba mucho tiempo esperando sin que mi autobús llegase, fui picado por la curiosidad y subí detrás.
Una vez dentro, se cerraron las puertas y el conductor arrancó, me di cuenta rápidamente de que ese no era un autobús normal, por dentro parecía mucho más grande que por fuera. A primera vista, desde fuera, no parecía que el autobús número cero pudiese contener todo un salón de bailes repleto de gente en su interior, pero esto tampoco me resultó muy extraño, saludé al conductor que con una amplia sonrisa me invitó a pasar.
Yo venia de jugar al fútbol, y mi ropa dejaba bastante que desear en comparación con los trajes de gala que lucían los invitados al baile. Así que me senté tímidamente en una silla a esperar a que el autobús numero cero llegase a alguna estación y me pudiese apear. Una chiquilla de aspecto asustado se acercó a mí, su ropa tampoco parecía adecuada para lo que llevaba la gente esa noche. Tímidamente me dijo: -Hola, me llamo Alicia, y voy a ser reina-.
-¿Reina?-Pregunté intrigado.
-Si, pero para eso tengo que llegar al final del tablero, ¿te gustaría acompañarme?-
-Claro- dije yo, que no sabía muy bien de que me estaba hablando la niña.
-¿Tu también sigues al conejo blanco? Preguntó de repente, casi sin separar las palabras -¿tutambiensiguesalconejoblanco?-
En ese momento recordé al conejo blanco de ojos rosados, le había perdido el rastro por completo.
-Si.-
-Siempre anda con prisas de un lado a otro.- se quejó Alicia.
El autobús número cero frenó bruscamente, varias de las doncellas que bailaban en su interior cayeron al suelo, las bebidas se derramaron y las lámparas oscilaron bruscamente.
-¡Última parada!- Exclamó el conductor sin perder la sonrisa.
Un tumulto de gente salió estrepitosamente por la puerta principal del salón de bailes quedándose vació en cuestión de segundos. Instantes después vimos salir dando grandes brincos al conejo blanco -¡Me quedé dormido!¡Llego tarde!¡De nuevo llego tarde!
Salimos aprisa detrás del conejo, pero cuando nos apeamos del autobús numero cero no se veía rastro del conejo por ninguna parte, al autobús arrancó bruscamente y desapareció en la lejanía.
-¡Vaya! Lo perdimos- dijo Alicia.

Alicia y yo estábamos en mitad de un bosque gigantesco, tan grande que casi no podíamos ver las copas de los árboles que nos cubrían. Sin embargo el camino empedrado en el que nos encontrábamos era tremendamente estrecho -¿Cómo es posible que autobús haya pasado por aquí?- Me pregunté.
Alicia emitió un pequeño grito de sorpresa y retrocedió dos pasos, me giré y vi que tenia a mis espaldas un sapo de proporciones desmesuradas.
-Aquí nada es lo que parece pequeño- Dijo el sapo.
-Últimamente me da la impresión de que nada es lo que parece-
-Yo soy un sapo partero- explicó el sapo sin hacer caso a mi comentario- y llevo los huevos de mi mujer a un sitio cálido donde puedan eclosionar.-
-¡Oh!- dijo Alicia- ¿así qué tú eres el que se encarga de cuidar los huevos?-
-Si, no sabes el carácter que tiene mi mujer.-
Fue entonces cuando de entre los árboles apareció un sapo aún más grande que el anterior, tenia una mirada penetrante y parecía bastante enfadado.
-¿Qué haces aquí?, ¿no deberías estar de camino a esconder a nuestros pequeños?. Siempre estás holgazaneando- Pregunto el sapo aún más grande.
-Perdona mujer, estos chicos son forasteros. Pensé que podría ayudarles.-
-Ya, como si fuese la primera vez que te veo sin hacer lo que te he pedido. Eres un completo inútil.-
-Perdonen señores- interrumpió Alicia. – A nosotros nos bastaría con saber dónde nos encontramos exactamente.-
-Si, perdona encanto-Contestó con una amplia sonrisa el sapo aún más grande -¿Cómo no iba a ayudar a una niña tan encantadora como tu?. Si miras hacia el sur, veras el río número tres, en cambio, si te giras hacia el norte, observarás el río número cuatro-
-Busco el final del tablero- Observó Alicia- Voy a ser reina-
-Claro niña, entonces tendrás que ir hacia el norte y cruzar el río. Pero ándate con cuidado por allí. Antes he visto rondando al caballero rojo.-
Alicia se despidió cortésmente del sapo aún más grande y partimos en dirección norte, cuando nos íbamos acercando al río aún se oían a lo lejos los gritos de reproche del sapo aún más grande al sapo partero.

**********

-¡Cuidado!- Exclamó Alicia nada más cruzar el río -creo que al otro lado de esos matorrales se está produciendo una pelea.-
Nos agachamos para no ser vistos y efectivamente, vimos como el caballero rojo estaba en una fraticida batalla contra el caballero blanco. Desgraciadamente, el caballero blanco no salió muy bien parado del combate, cuando el caballero rojo hubo vencido y se fue cruzando el río por el que nosotros habíamos venido, fuimos rápidamente a socorrer al moribundo caballero blanco.
-Vaya, hacia tiempo que no veia por aquí a nadie que no fuera el caballero rojo- Se sorprendió el caballero al vernos-
-Yo me voy a convertir en reina- dijo Alicia.-¿Te encuentras malherido?-
-Oh, no es nada, sólo simples magulladuras, en un par de horas estaré completamente recuperado. Siempre me pasa lo mismo contra el caballero rojo.-
-No será así cuando yo me convierta en reina- Contestó enojada Alicia.
-Oh, claro, perdonadme entonces, me tengo que recoger y volver a pelearme con el caballero rojo. Ya nos veremos.-
Así nos despedimos del caballero blanco y cruzamos el quinto río.

**********

Después de cruzar, llegamos a un pequeño claro, Alicia caminaba mirándose los zapatos, me estaba hablando de algo acerca de unos gemelos que había conocido, de una liebre de Marzo y de un sombrerero loco que no hacía más que beber té. Yo no le hacía mucho caso y observaba el cielo, porque la luna parecía observarnos imponente.
-¡Un momento!, ¡esa luna me está sonriendo!-
-¡Oh!, no te preocupes, seguro que es él otra vez.-Respondió Alicia
-¿él?. ¿Y quien es él?-
-El Gato de Cheshire. Siempre está bromeando.-
Entonces de detrás de la luna salió un grande y peludo rabo gatuno que se balanceaba en la noche, a la sonrisa de la luna le acompañaron unos grandes ojos rasgados y unas orejas puntiagudas. Me di cuenta de que la luna era un gato que descansaba sobre la rama de un árbol.
-Hola Alicia, ¿quién te acompaña?- Dijo el Gato de Cheshire.
Abrí la boca para responder, pero antes de darme tiempo a hacerlo, Alicia sobresaltada interrumpió. –hola minino, no podemos quedarnos a hablar, voy a convertirme en reina.-
-¿Sabes por dónde tienes que ir, pequeña Alicia?-
-Claro que si, tengo que seguir por aquí y cruzar el...¡Oh! ¿Dónde se ha metido el río?-
Efectivamente el río había desaparecido, todo el bosque había desaparecido y nos encontrábamos en una minúscula casa cuidadosamente decorada.
-Aquí nunca sabes hacia dónde vas y de dónde vienes, Alicia.- Rió el Gato.
Me sobresalté al ver abrirse la puerta de la pequeña casita y ver entrar por ella al conejo blanco de ojos rosados.-
-¡Oh! No sabía que iba a tener invitados a cenar. Pues dense prisa en cenar que no tengo tiempo.-
El conejo nos empujó a Alicia y a mí al comedor y nos hizo sentarnos bruscamente en las sillas.
-Oiga, no queremos cenar, lo que queremos es... - No pudo acabar Alicia.
-Sírvanse rápido. No hay tiempo. ¡Vamos!-
Al ver al conejo blanco recordé que yo también debería irme, era tarde ya y seguramente en casa me estarían esperando a cenar. Pero de repente en el fondo del blanco plato que tenía delante, apareció de nuevo la burlona sonrisa del Gato de Cheshire.
-De aquí no se va nadie a no ser que inventes un camino.-
-Pero... yo no se hacer eso.- Respondí.
-Vaya, entonces tendrá que esperar a que Alicia sea reina y lo invente por ti.-
Un enorme cazo de sopa cayo encima del plato tapando la sonrisa del Gato de Cheshire.
-Vamos, comed.- Espetaba el conejo blanco -¿Ya habéis acabado? Perfecto, pues ya podéis iros.-
-Pero oiga señor... ni siquiera nos ha dado tiempo a coger la cuchara.- Respondió Alicia.
-No hay tiempo para eso, venga fuera. Tengo muchísima prisa.-
El conejo nos sacó a empujones de su casa y cerró de un portazo. El gato de Cheshire que ahora se encontraba apoyado en una rama del árbol que había enfrente de la casa del conejo, se rió burlonamente.
-¿Os gustó la cena?. El conejo nunca fue un gran anfitrión.-
-No nos ha dejado probar bocado- Refunfuñó Alicia. – ¿A dónde vamos? Ahora si que estoy perdida.
-No te preocupes niña.- El Gato abrió un agujero en el árbol donde estaba apoyado a través del cual se podía ver el claro donde estábamos hace un momento.
-Pasad por aquí y acordaros de que vosotros estáis locos, yo estoy loco y aquí todos estamos locos... -
Pasamos por el agujero del árbol y en la lejanía aun se oía al Gato de Cheshire- vosotros estáis locos, yo estoy loco y aquí todos estamos locos... vosotros estáis locos...

Avanzamos un poco más por el bosque, dejando atrás el claro y perdiendo de vista la luna (¿sería realmente la luna o el Gato de Cheshire que aún nos observaba?), cuando oímos el fluir del agua del sexto río avanzamos apresuradamente hacia él, al llegar a la orilla buscamos un punto dónde pudiésemos cruzarlo con facilidad y lo cruzamos.

**********

Alicia se paró a esperar a que me escurriese los calcetines, pues no había conseguido pasar el río sin meter los dos pies hasta el fondo en el agua.
-Ahora tendrás que hacer el resto del camino con los pies mojados.- Rió Alicia.
-Ahora tendrás que hacer el resto del camino con los pies mojados.- Repitió una voz.
-No es necesario que me repitas las cosas, no soy sordo.- Dije yo.
-No es necesario que me repitas las cosas, no soy sordo.- Repitió la voz.
Alicia y yo nos extrañamos y comenzamos a buscar de dónde procedía la misteriosa voz repetidora, encontramos una enorme tortuga anciana tirada en el suelo.
-Hola ¿Quién eres?- Preguntó Alicia.
-Encantada de conoceros, soy una tortuga de repetición-
-Una tortuga de repetición, creo que es la primera vez que oigo hablar de algo así.
-¡Oh!, pues somos una especie muy común, nos dedicamos a repetir y recordar las frases que se pierden en el aire para que no se olviden, y como somos tremendamente longevas, perpetuamos cosas que nadie ya recuerda.-
-¡Qué interesante!- Exclamó Alicia- ¿Qué frase célebre podrías repetirnos ahora?-
-No es necesario que me repitas las cosas, no soy sordo- Dijo la tortuga.
-Pero si esa frase la acabo de decir yo.- Interrumpí.
-Ya lo sé, pero es que tengo un serio problema, soy una tortuga de repetición amnésica, así que sólo puedo recordar la última frase que memorizo.-
-¡Vaya cosa!- Dijo Alicia indignada –Entonces no sirves para nada-
Alicia siguió andando y dejó atrás a la tortuga de repetición, yo tuve que apretar el paso para no perderla entre los árboles.
Después de andar un largo trecho, Alicia se detuvo.
-¿Oyes eso?- Dijo- Parece una fiesta-
Avanzamos unos metros hasta el séptimo río y observamos que al otro lado se estaba organizado una solemne fiesta.

**********

Nada más cruzar el río, Alicia se acercó a un anciano con aspecto juvenil y a un joven con aspecto de anciano que conversaban cerca de la orilla.
-Oigan señores- Dijo Alicia -¿Qué es esta fiesta?-
El anciano de aspecto juvenil y el joven de aspecto de anciano miraron a Alicia sorprendidos, se miraron entre sí y luego rieron.
-¿No lo sabes pequeña?- Dijo el anciano con aspecto juvenil- Es una ceremonia para coronarte reina-
-¡Oh! Que bien, no lo esperaba- dijo Alicia.
El anciano con aspecto juvenil y el joven con aspecto de anciano agarraron a Alicia, cada uno de un brazo y dando grandes saltos de alegría la introdujeron, a través de la multitud que se agolpaba, en un curioso palacio de colores chillones.
Yo entré cuando la muchedumbre se hubo despejado un poco, el palacio era exactamente igual que salón de baile que había dentro del autobús numero cero que había cogido esa noche, sólo que esta vez en el centro del salón se encontraba Alicia en un solemne altar mientras la gente la observaba con cara de felicidad. Entre la multitud pude ver al conejo blanco de ojos rosados, al sapo partero aún con sus huevos intentando esconderse de su mujer, a la tortuga de reptición reptiendo cada una de las frases de la ceremonia, al caballero blanco y al caballero rojo compartiendo una gran jarra de espumosa cerveza, a un par de gemelos tremendamente extraños, a una liebre de Marzo y un sombrerero loco tomando té, y sobre todos ellos, la amplia sonrisa del Gato de Cheshire.
Yo me encontraba tremendamente cansado, así que me senté en una silla ligeramente apartado del bullicio, pero en un sitio donde pudiera ver perfectamente a Alicia, cuando fuera coronada reina, me despediría de ella y buscaría el camino de vuelta a casa.
Se me estaban cerrando los ojos cuando casi entre sueños pude ver como una señora muy gorda ponía una corona en la cabeza de Alicia y ella saludaba efusivamente a todo el mundo.

Cuando desperté había dejado de llover, y el señor de aspecto serio seguía leyendo el mismo periódico de las malas noticias, el autobús 107 se detuvo en la parada y ambos nos levantamos, me desperecé y subí, tenia ganas de llegar a casa y cenar pues el conejo blanco no nos había dado oportunidad de probar esa sopa de aspecto delicioso.

--------

Perdonar la extensión del texto, no sé por qué me puse a escribir y no podía parar. Como hacia tanto tiempo que no escribia nada, ha debido ser como cuando echas un polvo despues de un par de meses de abstinencia, que te sale todo de golpe (Perdonad también el símil XD)
me encanta! una pasada me lo he leído del tirón y a pesar de la parrafada no me pasaba el tiempo. Genial en serio! me ha gustado muchisimo. PUNTISIMO
[oki] punto para tí (se merece una versión más larga y colgarla por capítulos)
Punto para ti. Y me uno a la petición de Lodis de una versión más larga :)

Perdonar la extensión del texto, no sé por qué me puse a escribir y no podía parar. Como hacia tanto tiempo que no escribia nada, ha debido ser como cuando echas un polvo despues de un par de meses de abstinencia, que te sale todo de golpe (Perdonad también el símil XD)

Oye, que largo pero está muy bien (tienes algún exceso de repeticiones en algún momento, como "hacía" y no creo que sea necesario repetir tanto que el bus en que se sube el prota es el cero. Casi con una vez ya sabemos que sigue estando en ese mismo bus
;-), pero que eso, guapo). Me gusta sobretodo el tono que mantienes, está guay.

Sobre lo de empezar a escribir y no parar, sé a que te refieres. Pasa. Ahora, no sabía eso de follar y tal, será que no he pasado por eso [fumando]
Me ha gustado mucho. punto
VozdeLosMuertos escribió:

Oye, que largo pero está muy bien (tienes algún exceso de repeticiones en algún momento, como "hacía" y no creo que sea necesario repetir tanto que el bus en que se sube el prota es el cero. Casi con una vez ya sabemos que sigue estando en ese mismo bus
;-), pero que eso, guapo). Me gusta sobretodo el tono que mantienes, está guay.

Sobre lo de empezar a escribir y no parar, sé a que te refieres. Pasa. Ahora, no sabía eso de follar y tal, será que no he pasado por eso [fumando]


Lo del autobus numero cero lo repito continuamente a proposito, no se, me daba la sensacion de que le daba un tono mas infantil a la narracion, lo de "hacia" no es a proposito XD
Hola a quien lo lea.

Es usted un maestro ELXAVI. Punto para tí.

Un saludo.
7 respuestas