Las flores del cerezo. (15º Capítulo).

Desperté cuando a penas despuntaba el sol, en un amanecer frío y nublado. Estaba solo en la casa, que permanecía en absoluto silencio, salvo por el esporádico chisporroteo del pequeño fuego. Cerca de mi lecho, encontré un trozo de pan con manteca y un tazón de leche. Ya había acabado la leche y el pan cuando la hija del campesino entró en la casa. Me miró, y su rostro se inundó de rubor, sin poder mantener mi mirada más de unos escasos segundos.

Se acercó en silencio, muy despacio, y comencé a sentir calor, como si alguna herida ardiera en mi pecho. Esta sensación era nueva para mí, dedicado solo al arte de la espada, había descuidado otras facetas, y mi experiencia con las mujeres era nula. La joven se quedó de rodillas a mí lado, como esperando mi aprobación. Torpemente le pregunté por su padre, y ella con un susurro, me contestó que no había porque preocuparse. Algo en mi interior me impulsó a tomarla entre los brazos y a atraerla hacia el lecho, ella no opuso resistencia, y parecía satisfecha. Así conocí por primera vez el amor de una mujer, y entendí lo difícil que debía ser para aquella muchacha la vida solitaria en el campo con la única compañía de su padre.

Esa misma mañana me dispuse a continuar mi viaje, porque enseguida descubrí que lo que me había pasado podía ser para mi misión, más peligroso que cualquier enemigo. No me despedí de Saki el campesino, y a penas volví la cabeza para mirar a su hija, que observaba como me alejaba desde el porche de la cabaña.

Volví al camino y continué mi viaje, ya más próximo al final aumentaban mis esperanzas de solucionar pronto los tramites de la boda, y conseguir con el enlace el apoyo necesario para mí Shogunato. Pocas jornadas me separaban ya de Osaka, donde tendría que pedir audiencia ante el Gobernador para transmitirle los respetos de mi señor y entregarle una carta. Una vez entregada la misiva, tenia ordenes de obedecer al Gobernador en cuento el dispusiera. Tenía ganas de llegar a la ciudad, no solo por cumplir las ordenes de mi señor y honrar a mi padre y a mi maestro, si no también por conocer las noticias sobre la muerte del Shogun Kintaro Katsura, y la fama alcanzada por el misterioso samurai que lo venció en duelo.

Según me acercaba a la gran ciudad, las poblaciones eran más grandes y frecuentes, y se notaba un cambio en la forma de hablar y de comportarse de la gente. Estás pequeñas ciudades que rodeaban Osaka, estaban llenas de tabernas, casuchas, burdeles, posadas y sobre todo infinidad de comercios. Reinaba la pobreza y la suciedad, la mayoría de las casas estaban construidas con madera y eran frías y húmedas. Y las pocas edificaciones decentes pertenecían al gobierno a los nobles..

Me detuve en la posada de una de estas poblaciones, para pasar la noche antes de mi última jornada de viaje. La comida era aceptable, arroz abundante y algo de pescado acompañado por una sopa de mijo. Mi maestro siempre me decía que no sería un verdadero samurai, hasta que no bebiera sake, y pensé que aquella era una buena noche para empezar a ser un buen samurai. Tomé una botella durante la cena y me subí otra a mí habitación. El licor era fuerte y seco, y se servía tibio, casi caliente. Pero reconfortaba mis músculos y me adormecía haciéndome olvidar el cansancio del viaje. Sentado en el camastro de la habitación, apuré el último trago y me quedé dormido con la botella aún en la mano.

Por la mañana toda la habitación giraba entorno a mí cabeza, tenía la boca seca y un nudo en el estomago. Decidí que si un buen samurai debía beber sake, yo lo haría en pequeñas cantidades, y nunca en la víspera de una batalla. Pagué por mi estancia al posadero, preparé el caballo para la jornada final del viaje.

Pronto veríamos los muros de la ciudad de Osaka, y podría comprobar si era cierta su fama. Una de las ciudades más importantes de todo Japón, conocida por su número de habitantes y su apoyo incondicional al emperador, emblema de la Edad Media japonesa, Osaka representaba la grandeza de la ciudad fortaleza. Sus muros y sus casas de piedra eran el orgullo de sus habitantes, y alojaban a un gran número de nobles, sabios, políticos y militares.

CONTINUARÁ.
Corto pero intenso... XD XD XD. Llegamos a Osaka, y a lo que parece el fin de nuestra misión, veremos que pasa ;).

Salu2.
Ya le cogera el gusto al sake;)
Tampoco te puedo comentar mucho porque es un capitulo de transicion... Me puedo imaginar que la mision no acabe al llegar al castillo sino que mas bien empiece[ginyo]
Un saludo.
Joer, por fin me he puesto al díaXD, un poco tarde pero bueno.... VAAAAAAAAAAAAAAAAAAALE, muy tarde, ¡¡¡shut up!!!XD.

A lo que iba, después de leerme de un tirón toda la serie de Osaka que me faltaba (menos el primero que ya había leido) me ha encantado como has ido mejorando en las descripciones y como mantines esa forma de narrar.
En cuanta a la historia, fantástica como al principio, la evolución del personaje esta muy conseguida (y se ve que ta dao penilla hacerle tanto la puñeta, por eso lo de Yun no?XD). A ver que pasa ahora, como la cosa siga por donde yo creo es que eres un tío retorcidoXD.
veremos que pasa, pero se me ocurren putadillas varias XD XD

de todas formas lo decidiré según lo escriba, aunque tengo varias ideas en mente, y una de ellas incluiría una aparición del famoso maestro....

Salu2.
Juas, eso del sake y el maestro me suena a kenshin. XD

Seguro que se enamora de la chica guapa. :p
Ay, el amor.....XD
La sopa de mijo, esta rikisima, x cierto...
Osaka, ciudad natal ded mis abuelos, veremos a ver que tal se pintan las cosas alli....
Salu2.
6 respuestas