Las flores del cerezo. (9º Capítulo).

Cuando logramos atravesar el espeso bosque y descender así hasta la llanura, nos dimos cuenta que no éramos los únicos que se dirigían al castillo, por todos los caminos se veían grupos de hombres armados en la misma dirección. Si hubiéramos podido elevarnos como un águila y contemplar el valle desde el cielo, habríamos visto la cantidad de hombres que se encaminaban al centro del valle, como hormigas que vuelven a su hormiguero. La actividad en la ciudadela debía ser frenética, y los preparativos para la guerra estarían ya avanzados.

Elegimos el camino más cercano a nosotros para continuar nuestro viaje, era una calzada ancha bien nivelada, a la que habíamos llegado desde nuestra senda de las montañas. Debía ser muy transitada, ya que la arena estaba muy compacta y los rastros de numerosos viajeros eran más que evidentes. Pronto tuvimos el encuentro del que ya he hablado, al día siguiente sin ir más lejos, alcanzamos a un grupo de samuráis que nos invitaron a unirnos a ellos. Este encuentro cambiaba las cosas, ya que ahora un enfrentamiento era un suicidio, por mucha que fuera mi destreza, ni mi maestro hubiera salido bien parado de aquel trance.

Formábamos un grupo de doce, todos samuráis, y casi todos experimentados, salvo dos jóvenes y yo mismo. La mayoría eran ronins que vendían sus servicios al mejor postor, samuráis sin maestro, sin señor y sin honor. El grupo era cuanto menos peculiar, ya que lo formaban hombres de todos los puntos del Japón. Y cada uno contaba sus aventuras y batallas en cuanto tenía ocasión, entre ellos no había ningún samurai de la vieja escuela como a mí me gustaba llamarlos, exceptuando a Takeshi y a mí mismo. Éramos los únicos que nos manteníamos alerta, desconfiantes, analizando las fuerzas de nuestros compañeros así como sus puntos débiles.

No reinaba precisamente el silencio, y las jornadas avanzaban entre chanzas, bromas y gritos. No hubiera querido tener a ninguno de mis nuevos compañeros en mi mismo bando en la batalla, eran todo lo contrario a lo que debía ser un samurai, y sin embargo representaban fielmente la situación de los guerreros actuales, alejados del honor y del camino del Bushido.
Entre nuestros diez acompañantes, había una mezcolanza de edades y personalidades. El de mayor edad, lejos de ser el más sabio era por el contrario un borracho y un pendenciero. Los dos más jóvenes, evidenciaban su falta de carácter soportando las crueles bromas del resto del grupo. Los demás eran los típicos mercenarios que engrosan las filas de muchos ejércitos y en los que nadie confía.

Mi situación había empeorado considerablemente, ya no solo tenía que preocuparme por Takeshi, si no por diez hombres más. No hubiera dudado ni un instante sobre mi decisión si en lugar de acompañarme Takeshi lo hubiera hecho cualquiera de los otros, le hubiera dado muerte deshaciéndome del cadáver, pero mi relación con Takeshi era de amistad y de respeto. Ahora me veía obligado a acompañar al grupo hasta al castillo, y esperar luego una oportunidad para continuar mi viaje sin levantar sospechas.

Ya no tardaríamos mucho en llegar, marchábamos todo el día, desde el alba hasta entrada la noche. Ya que las noticias que teníamos eran que la guerra era algo inminente, y que algunas tropas ya habían partido para realizar preparativos en la frontera. Según nos aproximábamos al centro del valle, las aldeas se sucedían con mayor frecuencia, y las poblaciones eran cada vez mayores.

El día que entramos en la ciudadela de la fortaleza, era caluroso y claro. Apenas se podían ver nubes en el cielo, y el sol calentaba con fuerza. Antes de encontrarnos realmente en la ciudad que rodeaba el castillo del Shogun, tuvimos que atravesar una innumerable cantidad de pequeñas casas que se extendían fuera de las murallas, buscando el abrazo de la protección de estas. Una vez cruzadas las murallas, se accedía a la verdadera ciudadela, que a su vez estaba separada por unas segundas murallas del castillo. El alboroto era enorme, por todos lados nos cruzábamos con samuráis, campesinos armados y adiestrados para formar la infantería, guardias y soldados, que esperaban en la ciudad su turno para partir a la guerra. La ciudadela era por tanto un lugar no muy seguro, y las reyertas eran frecuentes.

Las almenas de las murallas estaban jalonadas de arqueros, más atentos a vigilar lo que ocurría dentro que fuera de las murallas. En lo alto de la ciudad, como si fuera un mundo aparte se erigía el castillo del Shogun Kintaro Katsura, alto, silencioso y rodeado de jardines, como si el alboroto de la ciudad no pudiera alterar su calma.

Takeshi y yo decidimos no quedarnos en la ciudad, y después de ofrecer nuestros servicios a un capitán de la guardia que nos asignó una compañía, con la que partiríamos en breve, montamos un campamento en un bosque cercano fuera de la aglomeración de casas y chabolas. Las cosas se aclaraban, ahora debía elegir el momento más apropiado para continuar mi camino y separarme de mi compañero durante tantas leguas.

Al amanecer de la mañana siguiente me aleje del campamento para cazar mientras Takeshi comía algo. Una bruma espesa cubría el suelo del bosque, reinaba la calma y aún estaba oscuro, las condiciones eran idóneas para dar caza a una buena presa, pero nunca hubiera imaginado encontrar en ese bosque una de tal tamaño.

CONTINUARÁ.
Sera un oso?, no se todavia si le vas a meter elementos fantasticos al relato. Habias pensado en eso o vas a seguir una linea mas realista?[comor?]
Creo que el encuentro con los otros 10 samurais podrias haberlo explotado un poco mas, aunque quiza me este precipitando y si lo hagas:?
Un saludo de un lector enganchado:)
Te posteo el capítulo 9º y así sales de dudas ;)

Gracias por leerme chicos.

Salu2.
Originalmente enviado por Delbruck
Te posteo el capítulo 9º y así sales de dudas ;)


Pero el 9º no era este?
No vale repetir capituloooos[carcajad]
mea culpa vaya empanada pues nada le diré a ningu que lo arregle :( :( :(
Originalmente enviado por Delbruck
mea culpa vaya empanada pues nada le diré a ningu que lo arregle :( :( :(


Qué tengo que arreglar?, o ya lo hice en su día?. ein?.

Mu bueno delbruck.
jeje, final parecido al anterior,con intriga incluida, y parecer que la historia se va consolidando y el personaje empieza a tenerer gran personalidad.
Gran capitulo
6 respuestas