Cristal de Bohemia

El bar está lleno hasta los topes, una musa de ojos verdes me traspasa con su mirada de refilón mientras hago lo posible por no mostrar mi ridícula expresión de desconcierto. La gente se agolpa a mi alrededor, cerca de la barra, en las mesas... whisky, ron, cerveza y vodka se pasean en mi mente esta noche, como caudales de olvido por los que navega el último barco de desesperados que ansían un nuevo puerto en el que perderse.
Un Ducados a medio fumar turba mi visión, cabeza gacha y pelo desaliñado, solo trato de olvidar que el crisol del cual salió mi vida quizá nunca debió ser sacado de la fundición del averno. Los ventiladores del techo no consiguen aliviar este calor. Necesito respirar... ¿para qué? Mejor me quedaré en mi silla, sino la perderé. Desde esta esquina del bar todo se ve borroso.
Mi copa está vacía, necesito otro whisky. He perdido la noción del tiempo, es lo que buscaba. Me da igual que sea hoy, mañana o ayer. La relevancia del momento es pareja a mis ganas de despertarme mañana, bien en casa, bien en la calle, bien a cien pies bajo el agua de una ría olvidada. Un par de críos se me acercan. Comentan algo, no les entiendo. Uno de ellos ha dado un golpe en la mesa y dos vasos vacíos han caido al suelo. Uno de ellos ha roto, el otro saltó hasta mis pies. Levantando la cabeza cruzo una mirada con esta pareja de desalmados eunucos y mientras sus rostros estúpidos se transforman en máscaras asustadas doy otra calada a mi cigarro.

Pasa algún tiempo, no soy demasiado consciente de lo que sucede a mi alrededor. De repente, la joven musa de ojos verdes como esmeraldas labradas por el joyero del diablo se sienta a mi lado, invitándome a otra copa. No se de que hablamos, ella no se rie, pero parece interesada. Poco a poco sus ojos muestran más interés en mis palabras, desvaríos, sandeces quizá. No se cuanto tiempo ha pasado, pero ella no ha pronunciado ni una palabra. Me enjuago los ojos, bajo la cabeza y me froto la nuca, estoy muy cansado. Al levantar la cabeza el bar está vacío. A mi lado tan solo un par de jóvenes camareros terminan de recojer las sillas, uno de ellos me indica con un gesto que es hora de irse.

He vuelto a casa, nada ha cambiado. Mis ganas de continuar con mi vida contiuan siendo nímias, no son mayores que la mera sombra de un deseo. Es mejor acabar con esto. Me adentro en mi cuarto, desordenado y oscuro es un reflejo de mi alma rasgada. La imagen de un amor perdido sigue intacta en mi mesilla, alentando mi desdicha cada mañana, recordándome lo que tuve como una deuda que jamás podré pagar. Mi viejo revólver hará el resto. Despues del disparo me deplomo a un lado de la cama. Tras atravesar mi cabeza, la bala destrozó una botella de whisky vacía.
Heku, me ha encantado el relato.
Te ha quedado muy cinematografico con esa descripcion tan precisa del ambiente y de los pensamientos del protagonista.
Sin duda me gustan mucho este tipo de historias y todas las que escribais seran bien recibidas.
[oki]
Im-presionante. Uno de los mejores relatos ke haya leído por estos lares. El ritmo está llevado a la perfección, al igual que la ambientación.

Lo único ke habría preferido es ke no se suicidara. Pero es simplemente un gusto personal, ya ke me encantan los finales abiertos :)
KING_ALBe escribió:Lo único ke habría preferido es ke no se suicidara.


La vida no está hecha para los débiles :(
3 respuestas