El Guardián del Destino XL: Una noche de sorpresas

Karibdys se incorporó y sacó su nueva espada que pareció desplegar una fuerte luz azul a partir de la esfera engarzada, pero fue el efecto de la luz que entraba al pasar por el prisma que era aquella joya. Se apresuró a asestarle un golpe pero con la misma rapidez con la q se levantó frenó el movimiento que inició tras descubrir que su agresor era Vernarder. Qué había pretendido con todo eso.
- ¿Qué pretendías? – dijo Karib como pudo después del susto y con una fuerte respiración por el cansancio.
- Impedir que bajases por ahí, pero como ya estabas encaminándote hacia allí – la respuesta no convencía del todo al muchacho, pero se relajó un poco.
- ¿Por qué no querías que bajase por ahí?
- Es muy peligroso. Sólo Satertel baja por ahí, y cada vez que sube llega con la cara pálida y descompuesta. Solo Kayn sabe los horrores que se esconden ahí dentro.
- No pretendía entrar – mintió-. Solo era curiosidad.
- Sea lo que sea, debemos irnos cuanto antes – el tono de Vernarder era acelerado y asustadizo, que acompañaba con un gesto en su cara aguileña que mostraba sus ganas de salir de allí-. Los demás nos están esperando fuera de la mina.
- ¿Una mina?
- Sí, esto es una mina, pero salgamos de aquí cuanto antes, por favor.
- No me creo lo que dices. Has intentado atacarme.
- Por favor, debes creerme, ha sido por tu bien. Satertel te quiere muerto por alguna razón que no me explico. Por favor – el ladrón tenía prisa por salir de allí, pero el joven no acababa de creerse lo que le estaba diciendo. Hacía unos momentos él le había saltado encima y le había inmovilizado. ¿Estaría diciendo la verdad o trabajaría de verdad para Satertel? Fuese cual fuese la respuesta estaba atrapado. Por un lado las escaleras tras la puerta roja, y por el otro Vernarder. Éste seguía insistiéndole al joven para que se fuesen, pero no le hacía caso. Qué debía hacer. Entonces Vernarder sacó su espada larga y se preparó a luchar -. Si no vienes por las buenas, tendré que hacerlo por las malas.
Esta reacción pilló por sorpresa a Karib que también se preparó para un combate contra Vernarder. No comprendía como podían cambiar las cosas tan de prisa. Primero, Vernarder les afirmó su intención de ayudarles a escapar y ahora se iba a enfrentar a él por segunda vez.
Vernarder se abalanzó contra el muchacho con un grito de guerra que el joven paró con agilidad. Una vez se desembarazó de éste, retrocedió unos pasos para tener más espacio. El ladrón volvió a atacar con tres sucesivos golpes que Karib esquivó a duras penas. El hombre era verdaderamente más rápido que él, cosa que pocas veces había visto.
El cansancio hacía acto de presencia en los brazos del joven que comenzaba a resentirse bastante de todo lo que había ocurrido. Poco a poco fue perdiendo el control del combate y se limitó a parar los golpes que Vernarder le lanzaba. ¿Cómo iba a salir ileso de allí? ¿Sería ese su último combate? No podía serlo. No iba a serlo.
Con las fuerzas que le quedaban agarró fuertemente su arma y se lanzó al ataque que cogió al bandido por sorpresa. En tan solo dos golpes, Karib derribó a Vernarder y lo dejó tendido en el suelo con cara de asombro. El muchacho le arrebató el arma y tras dirigirle una mirada de odio escapó por el pasillo que tomó para llegar a aquel lugar. Ahora debía encontrar a Dalath y Edenma, pero estarían a salvo fuera de aquella mina o todavía se encontrarían el la celda. Vernarder les había mentido, lo que significaba que la primera opción estaba totalmente descartada, así que se dirigió hacia su antigua prisión con ánimo de rescatarlos. Si había una manera de salir de allí, la iba a encontrar.
Recorrió el túnel que le había llevado a través de aquel lugar y pronto salió a la sala donde se encontraba aquella especie de trono que le había salvado de encontrarse con Satertel. Había dos salidas más, pero cuál era la que debía tomar. Ya no se acordaba del camino por el que subió. Sólo recordaba unas escaleras que bajaban. Con ese pensamiento se internó en la gran sala y se acercó a una de las puertas del lugar. La primera era un pasillo normal y por allí debía ser la salida al exterior de lamina. El camino que debía tomar era el otro. Cruzó rápidamente la estancia, pero algo se interpuso en su camino.
Chocó contra un cuerpo grande y fuerte, al que sólo llegaba a alcanzar un poco más de la cintura. Estaba revestido por una armadura de metal. Iba vestido con ropas oscuras y agarraba una espada de dos manos que tocaba el suelo. Con miedo subió su mirada hasta alcanzar el rostro y descubrió que era quien él se temía. El pelo largo y grasiento le caía por los hombros hasta acabar en una coleta mal cogida. Los ojos, profundos y oscuros miraban al joven con odio y furia, pero en su cara se podía apreciar una sonrisa malévola. La barba, mal afeitada, había desaparecido, pero era sin ninguna duda Satertel.
- ¿Dónde pretendías ir, muchacho? – dijo con voz burlona -. ¿No pretenderías escapar? Mi señor te desea muerto, así que esta vez no saldrás tan bien como en nuestro último encuentro.
No podía ser verdad aquello. Estaba agotado y apenas podía mantenerse en pie, y aquel individuo iba a tacarle de nuevo. Cómo iba a salir de ésta. Por experiencia propia sabía que no iba a vencerle, pues le había destrozado en tan solo un ataque en su último encuentro, así que su primera reacción fue escapar de él dirigiéndose hacia el camino que había identificado como salida. Pronto le dejó atrás. En fuerza no le podía ganar, pero en velocidad era muy superior a él, sobre todo porque enfundado en aquella armadura apenas podría moverse con soltura. Era lo único que le daba ventaja sobre Satertel.
Su carrera le llevó a través de un camino iluminado por antorchas a medio apagar. Estaba en mejores condiciones que los que había podido ver antes, lo que le llevaba a pensar que era la manera de salir de allí. Pero iba a salir él solo. Edenma y Dalath se encontraba allí dentro. Y Satertel se interponía en su camino. Cómo iba a rescatarlos ahora.
Sin darse cuenta había llegado a la salida y una luz azulada le cegó. Estaba acostumbrado a la oscuridad de la mina y ahora no era capaz de abrir bien los ojos, pero oyó como alguien le llamaba por su nombre. Era una voz de mujer, casi una niña. Intentó abrir los ojos, pero todavía la luz del sol poniente era demasiado potente para él. Se acercó a la voz que le llamaba y poco a poco pudo entreabrir los ojos. Una figura se acercaba corriendo hacia él con los brazos abiertos. Karib no pudo identificarla, así que se preparó para una nueva batalla que, esa vez no fue necesaria. Se trataba de Edenma. Qué hacía allí fuera y cómo había salido.
- Creíamos que no ibais a salir nunca de allí – dijo casi llorando mientras abrazaba al joven que se dejó caer en sus brazos.
- ¿Cómo... cómo conseguisteis escapar?
- ¿Cómo? Pues, ¿quién va a ser? Vernarder – aquella afirmación dejó helado a Karib. Vernarder realmente había intentado ayudarle. Pero él le había atacado -. ¿Dónde está Vernarder?
- Vernarder – dijo Karib con aire ausente – está dentro. Me intentó ayudar y yo le ataqué.
- ¿Qué hiciste qué? – el muchacho se separó de los brazos de la joven y se dio la vuelta.
- Tengo que entrar a por él.
- No puedes: Ha trabajado mucho para sacarnos de allí y ahora tú vas a entrar de nuevo. No te lo permitiré.
- Pero ¿no lo comprendes? Él intentó ayudarme y yo le ataqué, y ahora mismo está ahí dentro, con Satertel detrás mía. NO puedo dejarle solo. Tengo que ayudarle – entonces una figura de pequeña estatura salí de entre los árboles. Se trataba del otro bandido.
- Derlander - dijo la muchacha-, ¿lo has escuchado?
- Todo- dijo el ladrón -, peor no puedo permitir que entres ahí dentro Karibdys. Debes de comprenderlo. Pero yo no me iré sin mi hermano.
Sin embargo, el destino les tenía reservada más de una sorpresa para aquella noche entrante. Satertel salió de la mina tapándose los ojos y buscando a Karib. Cuando por fin le encontró le dedicó una sonrisa y, con paso tranquilo se acercó a él con la enorme espada en sus manos.
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bien bien
espero q me perdoneis por la tardanza pero como se puede ver, levo como que desde navidades posteando muy muy poco, y es q no tengo apenas tiempo de nada.
Pos eso, perdón y nos vemos, ojo, q yo os leo ^^

nos e ves
:O.. que interesante!!!, cada vez se pone mejor la cosa, además en este capítulo si me ha dado fervientemente la sensación de emoción que buscabas en los anteriores.. que nervios!!!.

No nos dejes a medias, eh?... que sigo leyendo!.

Dos por ciertos, me intrigan sobre manera los hermanos ladrones... ein?.

El segundo por cierto, no podrías poner al principio de cada capítulo un resumen de lo principal hasta el momento, es que como ahora leo cuando tengo tiempo hay detalles que se me olvidan y me gustaría tenerlos presentes cuando voy a empezar un nuevo capítulo.

Te has echado novia?. ^^
novia?????????
ojala bicho ojalá

lo q tengo son prácticas, exámenes, etc etc y apenas puedo dedicarme a pasarme por EOL más que los fines de semana y y
muchas gracias por lo de emosión y tendré en cuenta lo que me has dicho de un pequeño resumen al principio.
Ehm, yo me despido ahora q tengo q terminar unas cosas

nos vemos ningu
( y a ver si me echo novia tb xD )
2 respuestas