Una mañana cualquiera. Capitulo 4º

- Tomad, bebed - dijo Melanie, que así resultó llamarse nuestra salvadora. Nos condujeron hacia un lugar totalmente opuesto al edificio donde nos habían recluído, si aquel parecía nuevo, éste en el que estábamos no estaba ni terminado. Las enredaderas rodeaban las paredes, dándole un aspecto de edificio maya antiguo.

- Gracias Melanie. Dime, ¿Por qué nos habéis salvado?

- Porque no me parece bien que repitamos los fallos que cometisteis vosotros los humanos

Un momento... ¿Vosotros los humanos?, pensé que no podía ser pero antes de preguntarle...

- Si, yo soy en parte un clon, pero tranquilos, aquí todos son clones menos vosotros tres y no tenemos intención de haceros daño, sólo queremos restablecer la paz en este mundo en guerra.

Guau, un clon pacifista, ahora si que lo he visto todo, ¿que será lo próximo? Pensé para mis adentros, esto ya parece Blade Runner con sus replicantes...

Durante las siguientes horas, Kurt, Robbie y yo mantuvimos con ella y con su compañero Jason una interesante conversación sobre cómo habían llegado a ser los rebeldes que hoy eran.

Bien, parece ser que la historia se inicia con un doctor humano que fue de los pioneros en experimentar con la clonación humana, sólo que cometió un grave error, enamorarse de uno de los clones femeninos, con lo que huyó de la ciudad con ella sin mirar atrás.
Consiguieron permanecer felices durante mucho tiempo en una casa retirada de la avanzada ciudad de donde provenian, fruto de este amor tan peculiar nació una niña pequeña, bendición de sus padres que la criaron sin ningún tipo de prejuicio hacia clones o humanos.

La niña creció y se convirtió en mujer, y el dia de su 19 cumpleaños algo ocurrió. Unas luces invadieron su cuarto desde la ventana y un tremendo ruido de motor rompió con el silencio del amanecer. A continuación su padre entró como una exhalación en su cuarto y sólo le dijo

- Corre Melanie, corre y no mires atrás, no te preocupes por nosotros

Melanie salió por la ventana justo cuando se escuchaban una ráfaga de disparos y unos gritos de dolor. Ella corrió y corrió hasta que notó que el aire le faltaba, y entonces, miró atrás.

Su casa estaba ardiendo, los cadáveres de sus padres eran arrastrados hacia la nave y toda su vida pasada se extinguía al ritmo que la madera se carbonizaba por las impasibles llamas.

- ¡No! ¡No! ¡No! - gritó hasta que la garganta le pinchaba como mil cuchillos afilados.

Tras esto siguió corriendo por las llanuras hasta que deslumbró unas ruinas, un buen lugar donde esconderse, pensó ella...





Pues si señores, me he decidio por seguir mi historia, asi que a aguantarse y a leerme [poraki] [poraki]

Recopilatorio: Una mañana cualquiera
0 respuestas