La última oportunidad. Capítulo 4. Una historia de amor (primera parte)

La habitación desprendía un aspecto dramático, triste… El anciano estaba agotado de contar la historia. Llevaba tanto tiempo sin hablar, que le costaba horrores mantener una simple conversación. Una atmósfera algo tétrica rodeaba a Pablo.

-Mientras mi padre realizaba sus precarias investigaciones, muchas cosas pasaron fuera de su laboratorio. Yo emprendí mi carrera en la psicología convencido de ser capaz de curar a mi padre. Obviamente, me equivoqué. También empecé a salir fuera de ese ambiente en el que vivía, conocí a gente interesante, y también a Elena…

John se percató de la tensión en el rostro del viejo. Intentaba mantener las lágrimas que luchaban por escapar de sus apagados ojos.

-Hay un sitio donde puede leer perfectamente lo que ocurrió los últimos meses antes de que todo acabara… Miré en aquella aleja, la del fondo. El libro pequeño de tapas rojas.

Lleno de curiosidad, el escritor se levantó y fue hacia la estantería.

-¿Este de aquí?
-Si, ese es.

Cogió el libro con sumo cuidado y volvió a sentarse.

-Es mi diario. Ahí escribí todo lo que aconteció hasta ese día. Lea a partir del día 24 de diciembre de 1932.

John abrió el diario lentamente hasta dar con la fecha exacta.

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24 de diciembre de 1932

Ya iba siendo hora. Por fin hemos inaugurado la clínica Pedro y yo.
Era increíble, estaba lleno de gente importante, muy influyente.
Ya sabes a lo que me refiero. Todo parece funcionar por fin.
Tengo un buen trabajo, suficiente dinero, amigos, fama, en fin,
todo lo que deseaba. Voy a seguir trabajando, solo me queda
curar a padre. Bueno, tengo prisa, pronto escribiré y espero que
sea con buenas noticias.



4 de enero de 1933

Que cantidad de trabajo, Dios mío. Así da gusto. Creo que
tenemos que meter a alguien más en la clínica porque Pedro y yo
no damos abasto. Me ha comentado que su prima podría estar
interesada en el puesto. ¡Qué gran trabajo para una mujer,
¿verdad?! Psicología. Ya te contaré si al final la cogemos o no.

Por otra parte, mi padre sigue encerrado en ese maldito
laboratorio. No hace mi caso a mis palabras. No se que hacer…
Empiezo a desesperarme y solo hace un mes que lo estoy
intentando tratar. Ya veré como me las apaño.



15 de enero de 1933

¡Hoy he conocido a una chica increíble! Aun estoy algo aturdido.
Se llama Elena. ¡Que ojos! Estaba con Pedro tomando algo en
la cafetería., esa que hay bajo la clínica, esperándola. Es su
prima. Ya comenté que era posible que viniera a trabajar con
nosotros. Nada más verla me pareció preciosa, pero al oírla
hablar… No solo es guapa, también es inteligente, graciosa,
elocuente… increíble. Es extraño, nunca antes había sentido algo
así. Estoy deseando volver a verla. Le hemos dado el puesto, así
que estaremos juntos a diario. Creo que yo también le he caído
bien, o eso espero. Te mantendré informado.



27 de febrero de 1933

Estoy algo confundido. Ahora veo a Elena todos los días y
empiezo a no poder pensar en nada más. Pero ella siempre esta
hablando de ese tal Juan con el que esta flirteando… Lo malo es
que el también siente algo hacia ella. Que mal me siento cada
vez que lo oigo. Desgraciadamente creo que me estoy
enamorando de ella. Si, ya se, parece una locura. No hace ni 2
meses que la conozco y ya me estoy enamorando, pero tú no la
has visto. Hablar con ella es toda una experiencia. Tiene una voz
tan profunda y a la vez, tan dulce. No se que hacer. Voy a hablar
con Pedro, que él la conoce bien.



4 de marzo de 1933

Últimamente solo hablo de Elena, ¿eh? Prefiero no pensar en mi
padre. Cada vez veo más complicado que recobre la cordura.
Varios de mis colegas lo dan por imposible. Se pasa todo el día
ahí encerrado mezclando esos potingues. No se da cuenta de
que la idea de devolverle la vida a Sara es una locura. Hoy hace
25 años de su muerte… y aun recuerdo esos gestos que tenía.
Como se apartaba el pelo de la cara, como me arropaba por las
noches, como cuidaba de mi padre, de todo. Parece una tontería,
no era más que un crío. La verdad es que solo recuerdo
pequeños detalles estúpidos, pero soy incapaz de recordar su
cara.

He decidido decirle mañana a Elena lo que siento. Ya veremos como se da el asunto.



5 de marzo de 1933

Ya está. Le he escrito una carta diciendo todo lo que pienso.
Espero que sirva de algo… Esto es lo que le he escrito:

“Ese sentimiento. No lo soporto. No dejo de preguntarme qué hago aqui, en silencio, sin hacer nada, quieto, inmovil. No lo entiendo. Debería estar allí, contigo, diciendote lo que de verdad pienso, lo que realmente creo. No dejo de pensar en ti desde que apareciste en mi vida. Somos casi desconocidos y, sin embargo, siento la necesidad de tenerte cerca. ¿Crees que es incomprensible? Normal. Yo a veces tampoco me entiendo. Dicen que esto del amor es una locura. Hacemos cosas que carecen de sentido. Cierto. Pero yo no tengo la culpa. Necesito tenerte cerca, sentir tu piel rozando mi rostro. Sentir como respiras junto a mi cuello. Sentir como tus labios acarician los mios para sumirse en ese deseado beso. Te necesito a ti y sigo sin saber por qué. Me alivia saber que no soy el unico que "sufre" o "disfruta" esta sensación. Todos pasan por esto alguna vez en la vida. ¿Qué tontos somos, verdad? No contentos con la dificultad que supone sobrevivir a cada día, se nos ocurre dejarnos llevar por esos ideales romanticos. Pero, ¿Y qué? ¿Qué tiene de malo? No hay nada que llene más la vida de cualquiera de nosotros, que el amor que nos puede regalar esa persona. Estoy seguro de que teniendote cerca, todo tendrá sentido de nuevo. No se. Tal vez no. Pero, quizás, tal vez, pudiera volver a creer en todo esto. No se, eres distinta a las demás. Cada vez que te oigo hablar, algo siento por dentro. No se explicarlo. Solo se, que te necesito. Pero yo sigo aqui, en silencio, sin hacer nada, quieto, inmovil. Pero es normal. ¿No es normal temer a ser rechazado? ¿No es normal tener miedo de que de tus labios salga un "no" desolador y doloroso? No hay nada peor que amar y no ser amado. Yo lo se. ¿Aunque qué soy yo?¿Qué credibilidad tiene un cobarde que se esconde detras de una cortina ficticia para no decirte lo que siente por miedo a que le digas que no le amas? Ninguna, o toda. No lo se. Solo se que te quiero. No consigo quitarte de la cabeza. No quiero quitarte de mi cabeza. ¿Habria algun pensamiento más bello que la ilusión de darte un beso? No, yo creo que no. Sin embargo, yo sigo aquí, en sliencio, sin hacer nada, quieto, inmovil...”
Crucemos los dedos…
Bueno, despues de las 3 semanas de examenes que me han mantenido ocupado, por fin he podido terminar este capítulo y pasarlo a ordenador . A ver que opinais de mi regreso O_o.

saludos
Aleluya! Escribiste! :D

Vaya, me esta gustando mucho, a ver como sigues Suache, que ya estoy impaciente por ver en que quedó aquella nota... :D

Un saludo
Despues de leer el capitulo detenidamente he visto que le estas dando relevancia a la historia de amor de Pablo y Elena, y estas dejando de lado por ahora la historia del padre de este y la hermana, a ver como desarrollas los proximos acontecimientos de la historia.

Un saludo. :)
[risita] Veo que pones en práctica tus teorias sobre el amor. :D

Me ha gustado mucho el último fragmento del diario. Muy bien expilcado y a la vez no. :p
Muy bien, ya era hora.Pues esta bien, es verdad q le as dado muxa importancia a Elena y as dejado un poko de lado la historia de Sara. A ver como sigues!!
5 respuestas