El Guadian del Destino XXXVI: Una espada en la oscuridad

La luz se acercaba cada vez más a él, por lo que no tuvo más remedio que acelerar el paso. Era muy difícil avanzar deprisa mientras se intenta no hacer nada de ruido, y el resultado de aquello fue que Karib, más que un humano, pareciese un pato mareado corriendo. “¿Pero hasta donde llega este pasillo?” se preguntaba para sí Karib mientras seguía avanzando sin ver el final. Poco a poco fue dejando a su perseguidor más y más lejos, pero lo suficiente como para poder guiarse por aquel túnel de sombras.
De pronto notó como el pasillo empezaba a girar y dejaba la rectitud con la que se había mantenido hasta entonces. Karib se aseguró de que no había ningún otro camino que siguiese al frente y tras hacer esto continuó andando. El túnel hacía, según los cálculos del joven, un giro de ciento ochenta grados, por lo que comenzaba a desandar todo lo recorrido hasta entonces y, para su alegría, vio que, no mucho más lejos desde donde se encontraba, había una nueva sala que rompía la monotonía del corredor de piedra. Podía ser el final del camino, o simplemente una sala más de aquella especie de mazmorra subterránea. De cualquier manera, no tenía opción de volver atrás, así que siguió hacia delante.
Conforme se acercaba a aquella sala, fue más y más despacio con el fin de comprobar que no estaba allí Satertel, lo que sería algo embarazoso. Se detuvo justo a la entrada del lugar y se aseguró de que estaba vacío. Luego entró.
Era una sala mucho más pequeña que la del trono y ésta estaba llena de estanterías con cantidad de libros, pergaminos y botes, todo muy desordenado. Tenía una mesa justo en el medio y un mapa extendido en el centro con una espada sujetándolo. El mapa parecía que mostraba los túneles de aquél lugar, pero en lo que más se fijó Karib fue en la singular espada que estaba sobre él.
Se trataba de una espada corta, pero era algo distinta a las que había visto con anterioridad. La hoja tenía bordes rematados por un material de color negro, que era desconocido para él y que le daba un aspecto mucho más peligroso y misterioso a la vez. Y lo que la hacía más extraña era que, cercana a la base, se encontraba una esfera de color azulado a modo de engarce. Por su parte, la empuñadura era de un color dorado y rodeándola, y del mismo color, estaba la figura de un majestuoso dragón.
Sin pensárselo dos veces levantó el arma y se sorprendió al comprobar que encajaba perfectamente en su mano. Pero todo su entusiasmo desapareció cuando la luz que le perseguía apareció por el fondo del pasillo. Guardó el arma en la vaina que tenía en su cinturón y se escondió detrás de una estantería y unas cajas y aguantó la respiración mientras esperaba descubrir quién era su perseguidor.
El tiempo discurría muy lentamente y la luz se acercaba más y más, pero nunca llegaba a la sala donde se encontraba Karib. Se llevó la mano a la vaina y comprobó que estaba allí la espada, pero, dónde estaba su espada. Intentó hacer memoria. Dónde habría dejado su arma. Con ella combatió contra Satertel y acabó destrozada. Ahora entendía aquel pequeño misterio.
Volvió en sí en el mismo momento en el que entraba el portador de la luz en la habitación. Se trataba de uno de los bandidos. Esperó agazapado a que pasase, pero éste se quedó en la sala, como a la espera de algo. Entonces apareció Satertel por la entrada opuesta a la que ocupaba el ladrón. Aparentaba estar cansado pero tranquilo.
- He venido como me has pedido - dijo el bandido
- Ah, Vernarder. Así es. Necesito que hagas algo – respondió Satertel.
- Tú dirás, Satertel
- Quiero que prepares al muchacho y me lo traigas cuando caiga la noche, pero antes del ocaso.
- Sí. ¿Lo preparo como a los otros?
- En efecto, ya sabes el proceso. Ahora vete, debo de descansar. Ha sido una noche muy ajetreada.
- Como gustes. Me retiro.
Y de esta manera los dos hombres desaparecieron de la sala en direcciones diferentes sin percatarse de la presencia de Karib.
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Weno weno weno, aquí os dejo este. Cada vez le doy un poco más de tensión, lo consigo?

nos e ves ;)
.... ummmm.... bueno... sí, lo consigues, y sobre todo consigues hacer pensar a todo el que te lee, por donde leches ira tu mente... ein?

;)

Por cierto, has llegado a lo que tenías ya escrito anteriormente?.
eso es rapidez ninguno jajajajaja
asias por lo de q lo consigo ^^ y mi mente es muy especial. Ya verás. Solo te digo en primicia q estés atento a esa espada.

Weno, que....no, no he llegado aún. Tengo hecho hasta la parte 10 y aqui está solo posteada hasta la parte 7. Qeda tiempo tranki, además, procuro escribir conforme posteo, así espero q lleve un poco de ventaja y elaboración cuando lo posteo aquí.

Weno, asias por leerme y hasta el capi 37
2 respuestas