Lo primero que hay que aclarar es que aunque se trate del “primer dron comercial”, posiblemente no esté enfocado al gran público. Por sus características el pequeño avión no tripulado, a diferencia de los drones para aficionados, está pensado para llevar a cabo toda una gama de funciones profesionales como la inspección industrial, la topografía o la cartografía.
El dispositivo cuenta con una cabina a prueba de agua y se maneja a través de un controlador o mando y una tableta, pudiendo mantener un vuelo de hasta 26 minutos de una vez antes de volver a cargarlo. Además, cuenta con un sistema de piloto automático, AscTec, con el que Intel dice que la máquina es capaz de proporcionar “imágenes detalladas con una precisión milimétrica, ofreciendo un análisis estructural extremadamente valioso que detecta y previene daños en la infraestructura analizada”.
El resultado de este lanzamiento es la consecuencia de la compra realizada por Intel del fabricante alemán de drones AscTec, una adquisición con el único fin de utilizar su software de piloto automático, los algoritmos y los sensores para que trabajasen con la tecnología de la casa, la cámara 3D Real Sense de Intel. Según ha comunicado Josh Walden, vicepresidente y director general de la compañía:
Los drones son una plataforma de computación muy importante para el futuro e Intel se posiciona así a la vanguardia proporcionando la tecnología, los sensores, las comunicaciones y la integración con la nube para el crecimiento del ecosistema de los drones. Ahora nos centramos en continuar creando nuevas tecnologías innovadoras y liderar el segmento de los drones.
En cuanto a precio o disponibilidad Intel no dijo nada, pero podemos esperar que el Falcon 8 no será nada económico.
