De acuerdo con la información citada por Cinco Días (que tiene un gráfico bastante ilustrativo), el segundo trimestre fue un periodo particularmente nefasto para los fabricantes de ordenadores en España. Virtualmente todas las firmas registraron menos ventas que el año anterior en un mercado que cerró el periodo comprendido entre abril y junio con una caída del -4,3 %, "arrastradas por el desplome de las unidades comercializadas a los consumidores finales" según explica el diario financiero.
Solo el mercado empresarial ha evitado un descenso aún mayor. La actualización a Windows 10 sigue empujando las ventas en este mercado, así como el lanzamiento de proyectos de transformación digital y la adopción de los nuevos procesadores Intel Core de octava generación. En total las ventas empresariales crecieron un 3,4 %, cuando las atribuidas al consumidor final registraron una caída del 10,7 %.
Dicho esto, resulta interesante el hecho de que el frenazo en las ventas de ordenadores no es directamente proporcional a la facturación. De hecho, GFK señala que los ingresos por la venta de ordenadores en España durante el primer semestre experimentó una merma de solo el 1,7 % pese a una reducción en las ventas del 7,3 %, lo que la firma de estudios achaca al desinterés de los consumidores en la gama baja y el crecimiento del segmento gaming (que por otro lado modera drásticamente su crecimiento, pasando año a año de un alza del 40 % a algo menos del 5 %).
Por fabricantes, HP (34,6 % de cuota) y Dell (7,4 % de cuota) son las únicas firmas en el Top 10 que han logrado incrementar la venta de unidades, con un crecimiento del 12,1 % y el 36,7 %, respectivamente. La menos afortunada por número de equipos comercializados fue Asus (5,1 % de cuota), con un abisal -58 % durante el periodo. Según fuentes consultadas por GFK, la industria confía en la operación "vuelta al cole" y la campaña navideña para salvar los muebles y cerrar un 2018 "plano o en positivo".