rutinario, hiperseguro, antialérgico y superhigiénico, que cumple todas normativas de Unión Europea (bueno, también es aventura la tirolina en las afueras) ?
¿Por qué me gustaba salir, y gusta salir tanto? Bueno, pues porque cada noche podía pasar algo que te cambiara la vida (para bien o para mal, claro). La selva nocturna es un lugar donde resulta que las propias leyes de la lógica se distorsionan, el espacio-tiempo poético se retuerce y puede pasar cualquier cosa, por absurda, hermosa, u horrible que sea.
Por lo demás, podría parecer que las hordas de la noche están formadas por gentes simples, dominadas por sus vicios y sus bajas pasiones, pero nada más lejos de la realidad: en los bares, en los clubs, en los after hours, encontré siempre la gente más inquieta que luego, a la luz del día, no paraba de tramar cosas brillantes. Cerebros chispeantes, también bajo la luz del sol. Yo creo que por eso salían, para decapitar del todo aquella inquietud.
He salido mucho y he salido bien; creo que las aventuras noctámbulas son una de las cosas a las que he dedicado más cariño y esfuerzo en esta vida. No solo a salir, sino a pensar en salir, a hablar de salir, a recuperarme de después de salir, como un ingeniero del ocio nocturno.
Ahora me hago viejo, la gente llama el viernes para cenar y luego, si eso, tomar unas copas, que al final es solo una, así que uno acaba en casa a las 00.45, sobrio, empachado y aburrido, mirando por el balcón como la muchachada en flor se va feliz a rozarse al disco pub. Si ni siquiera ha acabado La Sexta Noche...
A mí, ahora, cuando me dicen de ir a tomar algo, ya me empieza a dar la bajona porque sé que todo el mundo se va a querer ir enseguida, con sus hijos, sus trabajos y sus preocupaciones hipotecarias, que nadie me va a seguir de sitio en antro, que nadie va a querer mover el cacas en la discoteque; entonces empiezo a beber muy rápido con la ingenua ilusión de que así me lo voy a pasar mejor, como un dipsómano británico antes de que le cierren el pub, solo que luego yo no me peleo con nadie más que conmigo mismo. Al fin, cuando llego a casa derrotado, Inda & Marhuenda me pillan con todo el puntillo, me miran desde la pantalla y me dicen pringao.
La gente es reacia a desinhibirse. Les da pereza hasta ir al teatro o mover el culo una vez al mes!!
Y no es apologia de la bebida ni de las drogas aun con el famoso: Si algo malo pasa, bebes para intentar olvidar; si algo bueno pasa, bebes para celebrar; y si nada pasa, bebes para hacer que algo pase.
Esto ha sido todo amigos.